𝐈𝐋𝐇 ⌇ I give her all my love, that's all I do and if you saw my love 𝙮𝙤𝙪'𝙙 𝙡𝙤𝙫𝙚 𝙝𝙚𝙧 too.
Harriet Rose amaba la vida, el otoño y
los libros. Mientras que Charlie amaba
l...
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A LA MAÑANA SIGUIENTE, LA SOCIEDAD DE LOS POETAS MUERTOS ASISTIÓ A clases con normalidad, tratando de aparentar que la noche anterior no se habían desvelado y escapada.
Sin embargo, el profesor Keating notó sus sonrisas cómplices, sus ojos cansados y como parecían tener la cabeza en otro lado. Y eso lo hizo sonreír, dando su clase con más emoción.
Harriet cubrió sus labios al bostezar, soltando algunas lágrimas que cayeron por sus mejillas, lo que logró avergonzarla. Sus ojos pasearon por el aula; asegurándose de que nadie la hubiera visto, pero sus ojos pararon en Charlie Dalton.
Y él ya la estaba viendo.
Durante unos segundos solo se observaron sin reaccionar, quedándose sin aliento ante la mirada del otro, hasta que Charlie sonrió y el brillo travieso en sus ojos se hizo más notable.
Entonces fingió que bostezaba.
Harriet rodeó los ojos, regalándole una falsa sonrisa para luego regresar su mirada al señor Keating.
Y, de todo el grupo de amigos, Neil y Knox fueron los únicos que notaron eso.
Cuando la clase termino, todos se levantaron con prisa; tomando sus cosas para ir directamente al comedor.
Charlie fue el primero en salir corriendo, siendo seguido por Pitts y luego Meeks.
—Hola, amigos —Knox se acercó a Harriet y Neil, saludándolos con una sonrisa llena de cansancio.
—¿Qué vas a pedirnos? —Harriet le preguntó con una ceja alzada, sonriendo.
—Iré a dormir, ¿Pueden ir a despertarme antes de las siguientes clases? —preguntó, juntando sus manos, fingiendo rogar.
Neil sonrió con burla, pero asintió con la cabeza, entonces Knox salió corriendo también.
—Tu y yo nos sentaremos solos hoy —Neil le dijo a Harriet, comenzando a caminar hacia el comedor.
Harriet alzó una ceja—. ¿Por qué? —le preguntó con curiosidad, viéndolo mientras caminaban.
—Tenemos que hablar de muchas cosas —él le contestó, sin detener su caminata.
Harriet no contestó, solo lo siguió como una niña regañada seguiría a su madre/padre. Se sentía un poco de nerviosa por lo que fueran a hablar, pero conocía a Neil perfectamente; no podía ser nada malo.
Y si lo fuera, él seguiría siendo tan lindo y amoroso como siempre lo era.
Al menos con ella.
Cuando llegaron al comedor los ojos de Charlie fueron de inmediato a ellos, sonriéndoles y esperando que se acercaran a la mesa con él, Meeks, Pitts y Cameron.
