Capítulo 1: La sala que viene y va

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Bajó la mirada, entonces pudo notar como el color comenzaba a mutar pasando de oro al tono de su mano, los detalles rosa se movieron hasta delinear los dedos que aferraban la barra, comenzaban a dolerle las extremidades así que relajó sus manos y pudo observar que el oro se aclaraba al mismo tiempo que los detalles se volvían palo de rosa y formaban pequeñas ondas que parecían tener origen en la palma de su mano como si estuviera tocando un líquido. Comenzó a tocar diferentes lugares de la barra queriendo comprobar los efectos que provocaba su tacto, notó que mientras más fuerza ponía las ondas se reducían ofreciendo un aspecto tenso, no dejó de hacerlo ni siquiera cuando notó un peso sobre sus hombros, la mirada de aquel chico le taladraba la espalda, se sintió cohibida por un momento pero lo ignoró hasta que el peso se suavizó, sabía que aún la miraba.

Él estaba confundido, agitado, y el primer impulso que tuvo fue gritarle, decirle que se largara de su lugar pero se contuvo, sabía que él ya no valía nada en el mundo mágico, sabía que no tenía derecho a hacerlo ella había entrado primero, era él el que estaba invadiendo su privacidad él era el intruso, pero no tenía otro lugar a donde ir, había entrado a ese lugar bajo la petición: un lugar tranquilo en donde pueda tener un poco de paz. Draco no concebía un concepto de tranquilidad en el que se encontrara con alguien más.

Ver, mirar, observar, aparentemente las mismas palabras pero existen pequeñas diferencias que las hacen para cada ocasión, ver es en conjunto, mirar es enfocar a una persona o algún objeto y observar es mirar con inteligencia, es decir, extraer la información subyacente. Draco había estado viendo, perdido en sus pensamientos y no había notado, hasta que comenzó a observar, que la chica tenía el cabello casi lacio hasta media cintura, estaba seguro de que nunca la había visto en Hogwarts, se veía indiferente a su presencia, sin rechazo, sin odio hacia él, ni siquiera lo veía ella parecía feliz haciendo aparecer pequeñas ondas en la barra ella irradiaba paz una paz que logró llegar al rubio que no se había relajado en años, por primera vez desde que se la hizo dejó de sentir la marca tenebrosa, dejo de escuchar en lo mas recóndito de su mente los gritos de lovegood siendo torturada y los gritos de terror de Hermione Granger.

Tenía los ojos casi negros, transmitían calidez, aquella que le faltaba a los ojos grises que debajo de una fachada de dureza  se inundaban de dolor sin que él pudiera evitarlo, sus sentimientos se inflaron en su pecho, y tuvo más miedo que nunca porque Draco malfoy aún era un niño, sintió el extraño impulso de abrazar a aquella chica, sus movimientos le recordaban a la mujer que más amaba, a la adoración de su vida, a esa mujer que lo seguía queriendo a pesar de sus errores, la que tenía un porte de altives que lo reconfortaba, Narcissa Malfoy lo era todo para él, el pequeño Draco anhelaba un abrazo de su madre.

-Hola

Su tono era amable, era la primera persona que le hablaba así a Draco y no es que muchos lo hicieran, en realidad era más su decisión, hacía mucho que todo su mundo se había venido abajo. El slytherin quiso llorar, quería aferrarse a la chica, su expresión al sostener su mirada pudo revelar lo angustiado que estaba, con el ceño fruncido y los ojos que decían a gritos que estaba aterrorizado, pero Draco no hizo lo que sus impulsos le dictaban, cambió su expresión a una seria aunque ya era tarde para enmendarlo, el rubio había sido educado para creerse superior a los demás, para no mostrar debilidad y ahí estaba él con un nudo en la garganta frente a una desconocida, sin embargo él tenía muchas dudas.

-¿Cómo entraste aquí?

La chica sonrió ligeramente, obligándose a mantener los pies en el mismo lugar, el chico se veían tan… triste, tan frágil que por un momento tuvo la estúpida necesidad de protegerlo, pero no, ella no podía hacer eso él era un desconocido y quien era ella para reconfortar a una persona que no se lo había pedido, sin embargo aquella mueca de dolor le había traspasado el alma.

-Estaba caminando y la puerta simplemente apareció ¿no debería estar aquí?

El rubio sintió curiosidad, qué pasaba por la mente de aquella chica qué había pedido al entrar, por qué la sala lo dejó entrar si él pidió paz y Draco no se imaginaba a ninguna persona que le llamara paz a estar con él.

-Esta es la sala de los menesteres ¿En qué pensabas cuando apareció la puerta

Quien me haces ser (Dramione)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora