Parte 8

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LA CHICA MISTERIOSA

Aun presentaba algunas molestias en la piel debido a las quemaduras, estas estaban sanando paulatinamente, ya habían pasado unos cuantos días y había vuelto a trabajar.

- Ayúdame con la mesa 6 ¿quieres? - me dice Luci-

- Claro, ahorita lo hago - Eran una pareja de ancianos, justo ese día estaban cumpliendo 37 años de casados, lo se por el pequeño pastel que tenia grabada la celebración. Ellos reían al momento de acercarme a la mesa.

- Hola muy buen día, Bienvenidos a "Coramelatte", Seré su mesera el día de hoy 

- He, Hola chica, ¿Cómo te encuentras el día de hoy? - Me sorprendí un poco por su pregunta, ya que los clientes no suelen ser tan amables-

- La verdad hoy me siento muy bien, he sanado mucho, ya casi me recupero, gracias por preguntar.

- No es nada cariño, mi esposo -es interrumpida por un beso en la mejilla por su parte -  cariño - le dice mientras sonríe - mi esposo y yo queríamos una malteada de fresa y un latte por favor - menciona con una gran sonrisa en el rostro -

-Por supuesto, pondré manos a la orden - me retiro, al llegar al mostrador devuelvo la mirada a su mesa y jugaban,  bromeaban y gozaban juntos, era una escena placentera de ver.

Realizando su pedido no tuve problema alguno, la realidad en el tiempo transcurrido ya laborando en la cafetería, me daba mas confianza en mi misma, Jordi, Luci y Darcy. Abrían realizado un buen trabajo enseñándome, al punto de superarme muy rápido. 

De tanto pensar en estas cosas no me doy cuenta cuando paso el rato y ya estaba todo listo, voy camino a la mesa de la pareja llevando un cuchillo extra a su orden para que puedan partir el pastel, suena la nueva campana instalada en la puerta para dar aviso la entrada de algún cliente por lo que desvió mi mirada en esa dirección y adivinen quien era, si, se que adivinaron, el chico de aquel día. Comencé a verlo detenidamente sin darme cuenta que yo también estaba siendo observada, estaba ahí con la bandeja siendo sostenida por ambas manos, viendo hacia la puerta del local, imagínatelo.

- ¿Ya te encuentras mejor?

- si... si, así es 

- Me alegro por ti 

Me le sigo viendo mientras sigo ahí parada, ambos estamos en silencio 

- ¿acaso ustedes son pareja? - escuche la voz del señor desde la mesa cercana

- oh , no no no, eso no es lo que pasa aquí ¿por que la pregunta? - pregunto-

- No mas lo pensé por como te has congelado ahí parada observándolo con esos ojitos - en este momento me siento algo avergonzada, pongo las bebidas en la mesa mientras el seguía de pie al lado, la "abue" me pide que me acerque a ella con un gesto con los dedos, me pongo a nivel de la mesa y dice

- Se ve que es un buen chico, no lo dejes ir - estoy mas segura que a ese volumen el también lo escucho -

- No, creo que están confundiendo las cosas , doña....

- Cleotilde , Cleotilde Landaverde

- Doña Cleotilde Landaverde, esta confundiendo las cosas - me pongo de pie y les digo que el cuchillo lo traje por lo del pastel, observo al chaval y parece estar disfrutando lo sucedido, al fin y al cabo se veía como el premio en esta historia.

- Ya dejemos de molestarlos cariño, ya veras que las cosas van a encajar solas - menciona el señor- 

Tomo la cazoleja vacía, doy media vuelta, mirándolo de frente a lo que afino mi garganta 

-¿Como puedo ayudarle hoy joven?

- Quisiera poder decirle sorpréndame, pero la ultima vez no resulto tan bien que digamos - Recordé la situación,  quizás el café y demás no resulto tan bien, pero el hecho de que el me cuidara me dejo con un deseo de verlo de nuevo

- Si, quería agradecerte por la ayuda aquel dia...

Una gran llamarada de fuego se genera en la cocina, asustándonos a todos

- Tranquilos, todo esta bien, fue que deje pasar mucho gas - menciono Jordi desde la cocina mientras se asomaba por la puerta -

- Este lugar nunca deja de sorprenderme - le escucho decir al lado mío-

- Joven gracias por el cuchillo - menciona el abuelo-

- Estamos a la orden, Caballero - menciono retirándome lentamente-

- Ya no piensas atenderme - dice el frenándome al instante-

Dirijo la mirada a el, doy dos pasos 

- Esta bien, puedo hacerlo, ya tengo un poco mas de experiencia 

- Eso querías decirlo o estas pensando en voz alta 

- Un poco de esto, Un poco de aquello.

Un murmuro proviene de el 

- Esta bien, tomare asiento por allá - Señala una mesa que se necesita una reservación para ser utilizada por los clientes

- Se cree usted merecedor de tan encantadora mesa

Con una sonrisa de lado a lado y seguro de si mismo responde 

- Tu estarás.... - guarda silencio - Mejor ahí que muera, no me gustara decir algo y luego arrepentirme  

- Por fin, alguien que sabe medirse, ahora toma asiento, yo invito hoy - le guiño el ojo-

Queda medio confundido  y decide caminar hasta el lugar, me dirijo a la cocina a ver como esta la situación "misteriosa", Jordi se esta lavando las manos mientras que en el suelo se encuentra el delantal hecho a la medida de Jordi por la abuela del mismo, esta se encontraba ya en cama por lo que era algo invaluable para el, ya que su abuela no estaba en condiciones para hacerle uno nuevo

- Oh 'por dios Jordi, se quemo el delantal

- Ah, si , son cosas que pasan - No podía creer la paciencia de estos hombres, parecía que algunas cosas resultaban tan cotidianas para ellos-

- ¿No estas molesto por ello?

- No, para nada la verdad - Responde cuando aun lavaba sus manos - Puedes pasarme uno del almacén que esta atrás de ti

justo ese lugar no lo conocía, quizás solo era para los cocineros, agarro un delantal nuevo, estos estaban en bolsas plásticas, logre visualizar tal vez 13 de ellos, hasta pensé si era que los vendía o se le quemaban seguido. Estoy por pasándoselo estirando mi mano 

- Ya parece que los vendo ¿verdad? - Solo sonrío - jaja, es que no me duran mucho, pero bueno yo seguiré en lo mío, gracias He.... - Lucy lo interrumpe entrando repentinamente a la cocina solicitado unos wafles que había pedido hace ratico.

- Venga chica, pilas que hay varios clientes.

Me acerco a ella, me toma del brazo suavemente acercando mi oído a su boca

- Tienes visitas va condenada - no pude evitar a verla con cara se asombro por su palabras.

- Si, yo lo recibí cuando entro

- Entonces ya se por que esta sentado en la mesa de reservaciones 

- No, no , no. Yo le dije que no podría sentarse allí, de igual forma lo hizo.

- Lo estas cubriendo 

- No, claro que no

- Jum, bueno, tienes suerte que no hay reservas para hoy, atiéndelo y pues, trata de no enamorarte

- Eso ultimo díselo a el, yo soy irresistible - me retiro tocando mi cabello hacia atrás mientras le doy la espalda el estaba viéndome.

ElielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora