Eliel

Coincidimos

A los días me encontraba caminando por el centro, recordando lo sucedido en la última ida al lago. La intriga de saber si de verdad que esas personas seran las nuevas dueñas de la propiedad de don Erick.

- ¡Oye¡, ¡ten más cuidado ¡- me dijo una persona mientras chocábamos sin querer los hombros

- Demonios, una disculpa - lo observo por un momento, era un joven caucásico entre 26 a 30 años, portando la chaqueta del equipo local de futbol, algo que si me puso algo nervioso era eso blanco que se notaba en el contorno de su nariz.

- estúpidos, en mis tiempos te hubiera partido la cara - agregó-

Salió casi corriendo mientras acomodaba su mochila y definitivamente me dejo confundido. Ya una vez fuera de mis pensamientos me oriento, girando la cabeza, observo la pequeña cafetería que había visitado unos días atrás.

Me acerco, mientras claramente recuerdo la joven vista ahí mismo, teniendo aquella esperanza de verla nuevamente.

Llego a la puerta y abro la misma, dejo pasar a una pareja de jóvenes que salían del lugar, mientras me agradecían y yo asentía con la cabeza.

El sonido de una botella de vidrio me hace percatar de lo que esta sucediendo Velteé y una de las meseras con mayor antigüedad había dejado caer unas vasos de plástico y un par de botellas al suelo, el cliente que atendía se dispuso ayudarle, mientras ella ponía la bandeja en la mesa veía que se encontraba desocupada. Ambos se agachan y se vio como una típica película de "amor"- Que suerte tienen algunos. Camino unos metros y tomo un asiento.

Observo detenidamente el establecimiento, me encanto como destacaba el rojo (a pesar de no gustarme mucho), con los demás colores, tenia pinturas estilo "aesthetic", cuadros de perros jugando póker, y unos que otros paisajes al parecer pintados por los artistas locales. Me embobe un buen, no se por que diantres no había visitado mucho antes.

!Hola¡, Bienvenido a "Coramelatte" seré su mesera el día de hoy... escucho decir de una joven que se aproximaba a mi por la espalda -Sacándome de mis pensamientos- y a que no adivinan, era justamente ella.

Hola... - dije

Hola, ¿Ya sabes que pedir?. O ¿necesitas mas tiempo?

Eh, mejor deme unos minutos mas, le respondo con una sonrisa, apenas disimulando mi asombro y alegría al verla.

Asiente con la cabeza manteniendo una ligera sonrisa y se retira.

De verdad no podía creerlo, era una extraña sensación, que sinceramente no se porque sucedía, pero estaba dispuesto a averiguarlo. En la mesa se encontraba el menú, un servilletero junto a un ramo pequeño de flores. Tomo el menú y empiezo a leerlo, era un lugar con pocas opciones.

Levanto la mirada y ella ya esta observándome, le hago un gesto con la mano para darle a entender que ya tengo pensado que voy a pedir.

Se acerca - dígame joven ¿Qué fue lo que mas le llamo la atención?

-mostrando la menor expresión posible dije - Me atrevo a pedir una orden de alitas de 8, por favor 

-Ella asintió con la cabeza y se alejo. Al llegar a la barra escuche que hablaba con la mesera de mayor experiencia mientras me miraban de reojo. yo hago como que no veo nada mientras navego en mi celular.

Veo que viene casi como apenada y pregunta.

- ¿Puedo ofrecerle algo de tomar?, - claro, ¿ que tienes en existencia? Pude notar que no tenia idea de lo que vendían en el local, apenada me ve y me dice -Discúlpame un momento- mientras se retiraba con un poco de ira por si misma, va a donde su tutora y le pregunta las bebidas en existencia, estuvo un momento, toma fuerzas y regresa.

 - joven, tenemos naturales como ser: naranja, fresa, uva y maracuyá. También bebidas calientes y café. 

- ¿tienes capuchino? 

- ¡Si!, justo hoy me estaban enseñando a hacerlo - menciona entusiasmada 

-perfecto con mas ganas te pido uno, por favor.

-Perfecto, así será

- ¿Puedes acompañarlo con una dona?

- si joven, ¿de que sabor la prefiere?

- esa si la dejo a tu criterio, sorpréndeme

Ella asiente con la cabeza y se retira con un mejor semblante, no pude evitar pensar luego de ello en su mirar, te hipnotiza.