Cambios

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Ahora mismo era el cumpleaños número veinticinco de su hermano mayor. Se encontraba en la sala esperando la llegada de este, pero simplemente nada. Ya habían pasado de la media noche y nada de nada.

Desde el día en que le revelaron su segundo género, algo había cambiado en la relación que tenía con Satoru, ya no era como antes. Su hermano había dejado de apegarse a él y prácticamente se había ido a vivir a su universidad, regresando únicamente en vacaciones y fechas especiales, como el cumpleaños de su padre, porque al suyo no iba, solo le enviaba un regalo y una carta con dos palabras: "Feliz cumpleaños".

Esperaba que ese día fuese distinto... esperaba que ese día su hermano llegara... pero nada, la esperanza de verlo cada vez era más baja y el sueño comenzaba a inundar su cuerpo.

Desde hacía una semana aproximadamente, su cuerpo había comenzado a sentirse extraño.

– Cariño... creo que es mejor que vayas a dormir, parece que Satoru no regresará hasta mañana...

Su padre omega se sentó a su lado, acariciando su rostro.

– No... Nii-san siempre ha venido para su cumple, quizás hoy se retrasó... ¿no?

Era más una forma de autoconvencerse que otra cosa.

– ...

Su padre se acomodó los lentes antes de suspirar y abrazar a su hijo, dejando que su aroma saliera, aunque ahora sabía que eso no funcionaba, estaba acostumbrado a realizar eso.

– Yūji... debes de entender que él está en la edad en la que ya no regresará a casa en estas épocas... es normal que se quede con su pareja.

Ante estas palabras, el menor miró con sorpresa, al contrario.

– ¿Mi hermano tiene pareja?

Nunca había escuchado de eso, aunque era algo normal que ahora nadie le dijera nada. Desde que se enteraron de que era un Beta y no un Omega, el padre de Satoru había abandonado a su padre y todos los privilegios que habían tenido hasta ese momento, cesó. Incluso ahora el llamar a Satoru "hermano" era solo mera costumbre.

– No lo sé cariño, no lo sé. Pero imagino que su padre ya le ha concertado un matrimonio arreglado. Satoru cumple veinticinco años y si no tiene hijos pronto, será visto como un alfa defectuoso.

Asegura antes de darle un suave beso en la frente al menor.

– Pero nii-san no es defectuoso, es todo lo contrario. Es el mejor alfa... siempre cuida de las personas y siempre está feliz aunque haya cosas que le preocupen o enojen. Siempre procura que los demás sean felices incluso aunque él este triste... ¿por qué sería defectuoso por no tener un hijo?

– Son cosas complicadas y difíciles de decir, cariño. Por ahora es mejor que vayas a dormir, yo tengo que salir a hacer unas diligencias. Me acaban de informar que algo está pasando en mi empresa y me pidieron que fuera.

Informa para levantarse y darle una sonrisa de calidez al menor. Acción que solo logró confundir más a Yuuji.

Actualmente todo lo que sabía de alfas y omegas era de lo que podía leer en clases y de lo que sus amigos le comentaban, aunque ahora fuese un beta, no quería ser alguien inútil y si podía ayudar a su hermano y a los demás, claramente lo haría.

– Esta bien papá, me iré a dormir.

Sin realmente quererlo, fue hacia su cama y se acostó en esta, cerrando los ojos en búsqueda de quedarse dormido.

El sueño que comenzaba a tener se vio interrumpido cuando un fuerte golpe en la puerta de su cuarto le hizo levantarse.

Con cautela cogió el bate de beisbol que tenía en la cabecera y armándose con el mismo se levantó de un solo salto y abrió la puerta, pero antes de que pudiera atacar, unos ojos azules como el cielo le hicieron tropezar y caer al suelo.

Cerró los ojos en la espera del golpe, pero lo abrió tan pronto sintió que, en lugar de dolor, algo suave estaba chocando contra su boca.

– mhgn...

Intentó golpear al contrario, pero el gruñido contrario le hizo detenerse y enfocar bien su vista. La persona que ahora mismo estaba encima de él, besándolo con anhelo y deseo, no era otro que su propio hermano... que ese sujeto que prácticamente lo trataba ahora como el aire.

– Nii...

No pudo ni hablar cuando el más alto lo calló con su dedo gordo, metiendo el mismo en la cálida boca contraria, presionando los labios y la lengua.

– No te muevas... si lo haces, será cien veces más doloroso.

Y con esas simples palabras, el cuerpo del contrario se estremeció, notando por primera vez lo horripilante que podía ser un alfa en su estro... porque solo eso podía confundir tanto a un alfa como para ver a un simple beta como omega. 

Créditos de la imagen:Autor: 小黑蘑菇

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