chocolate caliente ๋ ࣭ ⭑ - Las Leyendas

Reencuentro

Había llegado el momento, la hora usual en la que abandonaba el presente y se proyectaba astralmente hacia el pasado. Se recostó sobre su cama y colocó su cuerpo recto recargando sus manos sobre su estómago, intentaba vaciar su mente mientras hacía ejercicios respiratorios para que su cuerpo se relajara; últimamente tenía problemas para hacerlo, terminaba con migraña o simplemente no podía, y desde lo ocurrido no estaba segura de si realmente quería volver, pero tenía la responsabilidad de hacerlo.

Tras varios intentos simplemente se rindió, aunque sabia que no podía dejarlo así.

En algún momento se le pasó por la cabeza investigar algo que le ayudase pero no quiso tomar la iniciativa y puede que este sea un buen momento para hacerlo. Tomó su teléfono y comenzó a buscar formas de como lograrlo o cosas similares. Indagó por varios sitios hasta que se encontró con un artículo el cual decía que hay música la cual facilitaba un proceso similar, sin más que esperar la puso y comenzó nuevamente con su rito; poco a poco podía sentir como su cuerpo se elevaba y perdía conexión con la realidad, se sentía aliviada de por fin haberlo conseguido, habían sido varios días de intentos fallidos y le preocupaba el cómo estará todo en el pasado.

Su único consuelo era que nada era lo suficientemente grave como para que Fray Godofredo tuviera que ir por ella al presente.
Pero no todo iría tan bien como ella esperaba, pues de un segundo a otro sentía como su cuerpo se hundía, esa sensación reconfortante que la abrazaba ya no era tan sutil, esta se transformó en algo que la rodeaba al punto de sentirse asfixiada, sentía como si su cabeza estuviese a punto de estallar. Presa del pánico y sin saber qué hacer intento moverse para provocar su salida de ese trance, y sin darse cuenta estaba gritando. Aquellos gritos traspasaron sus paredes llegando a los oídos de su madre, estos llegaron hasta la sala preocupándola inmediatamente, corrió hacia su habitación para checar que todo estuviera bien. Cuando llegó todo lo que vio era a su hija recostada.

Una pesadilla, supuso

Se acercó lentamente, y la despertó con suavidad. Apenas vio que su mamá estaba a su lado la abrazó mientras ríos de lágrimas recorrían sus mejillas.

La mujer acariciaba con cariño el cabello rojo de la menor, quien se encontraba más tranquila, su cabeza dolía pero ya no tanto como antes.

— Teo, se que desde que te recuperaste del coma dejaste más tu celular y comenzaste a meditar, lo cual es bueno pero todo tiene un límite, no crees?

— Lo sé solo que... tu no lo entenderías.

— Solo digo que deberías salir más seguido, no estar todo el día aquí en tu cuarto, hoy hace buen clima, ¿por que no vas por un helado?

Se quedó pensando por unos instantes, quizá su mamá tenía razón, se había obsesionado tanto con arreglar lo que estaba sucediendo atrás que había ignorado su presente, se estaba estresado de más y con la cabeza llena de cosas no podía pensar claramente, quizá era buen momento para descansar y despejarse. Pensaba que al salir finalmente podría disfrutar y alejarse de sus responsabilidades, pero simplemente no podría evitar pensar de que estaba malgastando su tiempo, Leo estaba muy grave y solo ella podía ayudarlo, no tenía tiempo para esto, pero no podía ir al pasado y sin el artefacto con el cual podía llevarla hasta ahí todo le parecía tan imposible.

Compró su helado y se dispuso a comerlo en una de las mesitas que ofrecía el local para que los clientes se sentasen. Mientras se lo comía estaba buscando formas de poder contactar con una época remota, navegaba entre páginas en busca de algo de utilidad

Médiums, cristales, pócimas y objetos encantados eran lo que más encontraba, pese haber presenciado tantas cosas de esta índole se sentía un poco escéptica al respecto, y aún más tomando en cuenta de que esto solía costar mucho dinero. Al terminar con su helado dejó su búsqueda a un lado y comenzó con su camino a casa, ya había aprendido su lección sobre usar su teléfono a media calle, aunque ahora que no podía proyectarse a voluntad la idea de volver a hacerlo sonaba tentadora, rio para si misma aceptando que hacerlo nuevamente sería muy desesperado.