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Daryl Dixon

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Daryl Dixon

Fue una noche difícil, Andrea perdió a su hermana y tuvo que dispararle, Carol a su marido y la familia morales decidió separarse de nosotros. Estaba algo irritado y también cansado, se me hacía difícil conducir la moto y no veía la hora de encontrar un lugar para descansar llevábamos horas en la carretera, según Rick había un lugar al que podíamos ir.

La camioneta frena de golpe y me di cuenta que al aparecer ya habíamos llegado, pero el gran problema eran los caminante que estaban por todos lados esto era como un maldito cementerio.

Rick cansado pedía que abran la puerta y a mi me estaba pareciendo una pérdida de tiempo, ya estaba oscureciendo y no teníamos donde quedarnos además estábamos rodeados de caminantes y algunos aun seguían de pie.

- Rick está oscureciendo-hablo Jonatan con un tono cansado.

- es suficiente Rick, aquí no hay nadie y solo perdemos tiempo -comenté con molestia, me di la vuelta para irme pero detrás mío sentí que unas puertas se abrieron.

...

Era un lugar amplio y en el solo había un tipo, no me fiaba de él pero él tampoco se fiaba de nosotros ya que nos estaba apuntado con un arma.

- ¿no hay nadie más contigo? -pregunto Maddison mirando a todas parte, el negó- entonces ¿a quien le hablaste?

- ¿hablas de Vi? Vi saluda a los invitados.

- hola invitados, bienvenidos.

- pueden quedarse aquí pero deberán hacerse unas muestras de sangre.

- si, está bien- hablo Rick.

Nos llevó a una sala donde nos hizo sentar para tomar nuestra sangre me parecía algo estúpido pero si eso nos dejaba quedarnos aquí no me opondría. Observe a Maddison de reojo ya que era su turno, se notaba tensa y Jonatan la empujó levemente para que se acerca al hombre.

- le tiene miedo a las agujas- hablo Jonatan con una sonrisa burlona.

- eso no es cierto-Maddison se sentó y respiró profundo- ¿es necesario? Porque si estuviéramos infectados ya tendríamos fiebre.

- ya viole las reglas con dejarlos entrar, al menos déjame ser cuidadoso.

Estábamos en el fin del mundo, rodeados de caminantes con el constante peligro de morir y Maddison le tiene miedo a las agujas, era realmente estúpido.

Luego de que cumpliéramos con lo que pidió nos dio un recorrido mostrándonos unas habitaciones que se veían cómodas y duchas con agua caliente, eso sonaba placentero.

Me acerqué a Maddison y la tomé por los hombros susurrándole de que debía visitarme a mi habitación, sentí su mirada fulminante sobre mí pero luego hizo que me acercara mas a ella.

𝖊𝖑 𝖎𝖓𝖎𝖈𝖎𝖔 𝖉𝖊𝖑 𝖋𝖎𝖓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora