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¡ 𝐉𝐀𝐕𝐎𝐍 !
-Uhm, él es Kai, mi amigo.- Dijo Jennie y miró hacia abajo,
obviamente evitando la mirada de cualquiera. Muchas veces me odio por ser tan observador y poder entender los gestos fácilmente. Tal vez sea una ventaja como CEO, pero no como novio de una mujer infiel.
-¡Oh, hola! Nunca te conocí antes, ¿eres amigo de mi novia desde hace mucho tiempo?- Pregunté de repente, las palabras se escapan naturalmente de mis labios.
¡Gran actuación, Javon!
Internamente puse los ojos en blanco sobre mis propios pensamientos. Jennie abruptamente dispara su cabeza hacia arriba, mirándome. Le envié una amplia sonrisa, todo lo contrario de lo que realmente está sucediendo dentro de mí. ¡Sigue así, Wanna!
-Ah, sí. Nos conocíamos desde el séptimo grado y estábamos tan cerca en ese entonces, como si nadie pudiera separarnos, ¿verdad, Jen?- El chico llamado Kai respondió y miró a Jennie con una amplia sonrisa en su rostro, como si realmente indicara que estaba realmente feliz de haberla conocido. Oh, cómo quiero quitarle esa sonrisa de la cara.
-¿En serio? Eso es genial. ¿Por qué no vamos a almorzar juntos entonces? Para conocernos más. Tengo muchas ganas de escuchar algunas historias ocurridas en su amistad.- Dije con una sonrisa y puedo sentir que Jennie está tan tensa.
-U-Ugh, en realidad Kai tiene que irse ahora, dijo que tiene algo importante para a hacer ahora mismo, ¿verdad Kai?- Jennie respondió abruptamente, obviamente en pánico.
-¿Seguramente puede reprogramar eso? Quiero decir, ¿no es grosero rechazar una invitación suplicante al viejo amigo de mi novia, sí? Bueno, de hecho, será mi regalo.- No sé de dónde viene esta confianza o más estupidez. Lo que sé es que parece que estoy empezando a desenterrar mi propia tumba debido a esta decisión mía.
Jennie estaba a punto de replicar cuando Kai sostuvo su mano y le sonrió cálidamente.
¡No toques y sonrías a mi novia así, idiota!
-Sí, claro. Es un placer almorzar con gente tan prominente.- Dijo mientras nos miraba, o tal vez a mí.
-Genial! ¿Vamos?- Dije y los guié hacia la entrada del restaurante sin mirar a una cierta morena. Pero antes de que pudiéramos entrar, sentí una mano cálida y muy familiar que me detuvo en seco y cuando miré por allí vi a la mujer que estaba causando el dolor insoportable en mi corazón.
