Capítulo 3

0 0 0
                                    

El aroma a café de las feromonas llenaba el aire, embriagándolos a ambos. Los ojos negros del alfa transmitían seguridad, haciéndolo sentir único en el mundo para Alex. Las manos del alfa se aventuraron debajo de la camisa, descendiendo hacia los pantalones.

Con una naturalidad que indicaba complicidad, el alfa introdujo la mano en los pantalones, tomando el miembro de Alex, que respondía húmedo a sus caricias. Un suspiro escapó de los labios de Alex cuando el alfa comenzó a bajar por su pecho dando besos en un camino hacia su miembro y luego empezó a lamerlo y introducirlo complementamente en su boca a realizar movimientos que despertaron sensaciones intensas.

Las manos del alfa recorrían las piernas de Alex, mientras su cuerpo anhelaba más. Los dedos del alfa se dirigieron al trasero de Alex, explorando y presionando un lugar que le provocaba placer. Sin esfuerzo adicional, Alex alcanzó el clímax y el alfa, con una sonrisa, lo recibió en su boca.

Con el tiempo, las feromonas empezaron a disminuir, y Alex recuperó gradualmente sus sentidos. El alfa lo ayudó a sentarse y acomodarse la ropa, mostrando una preocupación genuina. Preguntó si se encontraba bien, y Alex, aún asimilando lo ocurrido, respondió con un toque de desafío en su voz.

- Estoy bien - dijo Alex,

Mirando a los ojos del alfa, este que había desencadenado su primer celo. Con una sonrisa, Ethan simplemente dijo:

- Me alegra. Ahora sabes cómo encontrarme si alguna vez necesitas ayuda, Alex. Por cierto me presento soy Ethan Blackwell.

...

Ese encuentro eran una tortura para Alex. Su cuerpo reaccionaba cada vez que pensaba en Ethan Blackwell, el alfa que había desencadenado su primer celo. Sin embargo, en la universidad, Alex hacía un esfuerzo consciente por evitarlo, sabiendo que cualquier conexión con un miembro de la poderosa familia Blackwell podría acarrearle problemas con su propia familia.

Era plenamente consciente de su posición en el mundo. Siendo un omega recesivo, era considerado por la sociedad como algo menos que un beta. Su único propósito, según las expectativas tradicionales, era tener hijos, pero ni siquiera eso parecía posible para él debido a su condición recesiva. Ante los ojos de la sociedad, su única función parecía ser un juguete de diversión para los alfas, una realidad que en ocasiones se reflejaba en la manera en que Ethan Blackwell lo trataba.

En la universidad, no había rumores sobre lo que sucedió en los baños, y Alex se sentía aliviado de que los alfas amenazantes no hubieran dicho nada o que no supieran quién era en realidad. Los días pasaban entre las clases, el trabajo a medio tiempo, las horas dedicadas al estudio de arte y el refugio de su habitación.

Volver a la cotidianidad se convirtió en su mejor opción. Destacar en medio de una sociedad donde los roles estaban estrictamente definidos no era una elección viable, especialmente considerando la presencia dominante de su padre y sus hermanos alfas. La discreción se convirtió en su escudo, ocultando sus verdaderos deseos y el caos emocional que experimentaba cada vez que recordaba aquel encuentro con Ethan Blackwell. La vida continuaba, pero en lo más profundo de Alex, un dilema persistente lo mantenía en vilo, preguntándose qué depararía el futuro.

....

Las semanas pasaron, y Alex luchaba con la dualidad de su situación. El recuerdo del encuentro con Ethan Blackwell lo perseguía, como una sombra persistente que se negaba a desvanecerse. Mientras tanto, Ethan parecía haberse vuelto más presente en su vida de lo que Alex hubiera imaginado.

En la universidad, los caminos de Alex y Ethan se cruzaban ocasionalmente, generando chispas de tensión no resueltas. Las miradas furtivas y los breves intercambios de palabras creaban un juego sutil entre ellos, un juego que Alex no estaba seguro de querer jugar.

Una tarde, después de una clase, Alex se encontró caminando solo por el campus. Los colores del atardecer teñían el cielo de tonos cálidos mientras él reflexionaba sobre su situación. La voz de Ethan interrumpió sus pensamientos.

Ethan - Hola, Alex.

El omega se volvió hacia el alfa, su expresión neutra ocultando la tormenta interna.

Alex - Hola, Ethan.

La tensión entre ellos era palpable, pero Ethan parecía determinado a romperla.

- ¿Puedo hablar contigo por un momento? - preguntó Ethan con sinceridad en sus ojos.

A regañadientes, Alex asintió, y ambos se apartaron del bullicio del campus. Se encontraron en un rincón más tranquilo, donde las sombras del atardecer proporcionaban cierta privacidad.

- Alex, entiendo que lo que sucedió entre nosotros complicó las cosas - comenzó Ethan con seriedad. - Pero no puedo dejar de pensar en ti.

La confesión de Ethan tomó a Alex por sorpresa, su mirada encontrándose con la intensidad en los ojos del alfa.

- Esto no es solo sobre el celo, ¿verdad? - murmuró Alex, sus propias emociones revelándose en su voz.

Ethan suspiró, reconociendo la verdad.

- No lo es. Hay algo entre nosotros, Alex, algo que va más allá de las feromonas y las expectativas sociales.

La honestidad de las palabras de Ethan resonó en el aire, creando una pausa cargada de significado. Alex, lidiando con sus propios sentimientos contradictorios, se esforzó por encontrar las palabras adecuadas.

- No puedo permitirme meterme en problemas - admitió Alex, su voz apenas audible.

Ethan asintió, tratando de comprendiendo la realidad que los rodeaba.

- Lo entiendo. Pero quiero que sepas que no soy como los demás. No quiero que seas solo un secreto en mi vida.

El lienzo de la verdadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora