Asesina

Capitulo lll: Tomando las Riendas

Capitulo lll: Tomando las Riendas

Al abrir la puerta de mi apartamento, realmente no sé qué paso en que instante me perdí  solo recuerdo ver que Joey estaba tendido en el suelo y encima de él estaba Rodrigo.

Joey trataba de quitárselo de encima pero él le lanzo un puñetazo, dejándole correr un hilo de sangre por la comisura de la boca de Joey, la vista se me nublaba de poco, veía entrecortado los sucesos, me sentía mareada

Recuerdo haber visto como peleaban, destrozando todo lo que estaba a su alrededor, veía sus cuerpos moverse, veía que se hacían daño, cuando de repente Joey dio un grito desgarrador, entre en pánico y al ver claramente bien vi que Rodrigo le había clavado un chuchillo en la zona lumbar.

-¡QUE ACABAS DE HACER RODRIGO! –dije pegando un grito de desesperación

-pues cariño no me vas a delatar, te advertí de que no le digieras nada a nadie, ahora pagaras las consecuencias – Joey estaba retorciéndose en el suelo, mientras que Rodrigo empezaba ahorcarme- ¡TE DIJE QUE SOLO SERIAS MIA O NO LO ENTENDISTE! – en su cara se veía la demencia, sus ojos eran los de un lunático, no podía dejar de temblar, no entendía pero las lágrimas no dejaban de correr por mi mejilla, yo era su presa y el mi depredador que solo quiera comer mi vida de apoco

-suéltame –dije entre jadeos con la voz entre cortada, me estaba quedando sin respiración

El me mordió el labio superior,  me soltó y cogió el cuchillo mientras me ordeno llamar al hospital y decir que nos habían asaltado y que había un herido.

Me dijo que decir exactamente, esperamos a que llegue la ambulancia

Estábamos en el hospital, Joey había entrado a urgencias, la policía interrogaba a Rodrigo, cuando caí en el suelo, solo recordaba que todo se me nublaba a mi alrededor y caí en el suelo

***

Desperté en un cuarto del hospital, en el sillón estaba Rodrigo, al verlo me asuste y no supe que hacer, el se levantó y se dirigió a mi  

-Linda ya despertaste, como te sientes –dijo con voz dulcec pero llena de cinismo la cual me causaba repulsión

-Aléjate de mí, porque no entiendes que no quiero nada contigo, amo a tu hermano, por favor no me vuelvas a hacer daño ni a mí ni a le por favor –dije en un suplicio, no podía parar de llorar

-Isabela, Isabela, Isabela él se metió en mi camino,  yo solo reclamo lo que es mío y eso eres tú, o no lo entiendes –dijo mientras pasaba su mano por mi cuerpo, tocándome los senos y mi zona intima mientras yo pasaba saliva, tratando de  que sacara su mano de mí y pidiéndole que no haga eso, pero el miedo me consumía  - no te soltare, eres mía y hare contigo lo que quiera

- no soy un objeto, y no soy tuya, nunca lo seré, solo vete y no te denunciare   

- pues no, no me denunciaras, por que mira cariño, mientras estuviste desmaya te hicieron exámenes y lo que pasa es que tendremos un bebé, mientras que mi hermano el, pues tal vez no tenga tanta suerte, pero si más de la que yo esperaba que tuviera si, el quedara paralitico, es lo  más probable, ahora es más indefenso que antes y podría matarlo rápidamente, además la policía creyó la estupidez que les dije de que simplemente fue un asalto a mano armada lo que nos hicieron, son unos ingenuos – rompía en llanto, no podía creer lo que decía de pronto puse mi mano sobre mi abdomen pensando que tendría un hijo de ese monstro  

Ya había anochecido, él se quedó conmigo, no me sentía tranquila teniéndolo a mi lado, quería salir huyendo de ahí

Espera hasta que se durmiera, me levante al baño, pero al estar entrando él se abalanzo hacia mi encerrándonos en el baño, empezaba a tocarme, me cubría la boca

-no quieras hacerte la valiente, no te servirá

Empezaba a besarme en el cuello, jugar con mi cuerpo, el terror que sentía hacia que sucumbiera ante sus amenazas, esta vez solo cerré los ojos y  pensaba en que dejaba que pasara todo eso por la seguridad de Joey y la de mi fututo hijo

Había pasado ya varias semanas, ya no contaba la verdad, no me importaba las hora, ni los segundos, sentía que mi vida se había vuelto un infierno, no podía imaginar cómo había pasado todo esto, siempre había sido alguien confiada segura y fuerte

 Mi vida era como la de muchos, desde pequeña admirada por mis familia, pase momentos difíciles en familia sabia como afrentarlos, cuando entre al colegio, la secundaria y bachillerato siempre fui alguien segura, no me dejaba mandar de nadie, tenía mi carácter,  tu ve una vida feliz hasta que cumple 19, solo pensaba que si nunca hubiera conocido a Joey nada de esto pasaría, nada de esto me estaría pasando, solo pensaba en lo cruel que estaba siendo el destino conmigo.

Estaba cansada de que el miedo se halla apoderado de mí, estaba cansada de vivir a la sombra de él miedo que alguien había sembrado en mi vida, ya no iba a ser amarrada a la oscuridad en la que estaba metida, ya no más.

De pronto sentía que todo dentro de mi había cambiado, algo malo sucedió en mis entrañas pero esa sensación era de mi agrado, mi mirada, mi caminar cambiaron,  esta vez todo el miedo, la angustia se había vuelto odio rencor, solo pensaba en vengarme de quien se había estado burlando de mi vida todo este tiempo, esta vez no quiera ser la misma niña linda de pelo largo que vivía entre las sombras, esta vez él la pagaría con su vida y no me importaba el precio que tendría que pagar.

Esa noche salí a la azotea del apartamento, mientras veía la luna, escuchaba música el llego y se sentó a lado mío

-curioso –dijo el asombrado

-que es curioso cariño –dije con altivez en mis palabras como que si no me importaba

-que es la primera vez que me vez sin que empieces a llorar o suplicar que me valla, no estas temblando y queriendo huir

-pues no esta vez no – cogí mi celular y cambie de canción poniendoMake Me Wanna Die -  The Pretty Reckless, sentía que esa canción impartía mi ira de la mejor manera  y empecé a hablar con odio y repulsión -  pues ya no tengo que temer, tú has pasando todos este tiempo haciéndome sentir una porquería, has hecho que toda mi vida se volviera una basura, un infierno pero sabes algo me canse, me canse de que una rata asquerosa como tu dirija mi vida hacia un vacío y ya no lo permitiré –me levante caminando tranquilamente

-tu no vas a ningún lado aunque te quieras hacer la fuerte seque estas muerta de miedo- se levanto y me tiro contra la pared – acaso no te da miedo lo que le haga a mi hermanito

- sabes algo maldito púdrete, has lo que quieras, ya no seguirás impartiendo las reglas de mi vida, esta vez yo toma las riendas, púdrete en el infierno, no volveras a ponerme un dedo encima, nunca veras a mi hijo que viene en camino, el no sera un monstro ni un miserable como tu –le di un rodillazo en la entre pierna y me encerré en mi habitación

Esto recién iniciaba, no descansaría hasta ver que esté acabado, hasta que su vida se extinga tal como lo hizo el conmigo