Era momento de dejarte ir.

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Chiara se sentía culpable, avergonzada y arrepentida. 

Chiara estaba hecha un lío. Su corazón se desgarraba entre dos amores que la consumían y la elevaban. Violeta, la chica que le abrió las puertas de un universo desconocido, que la hacía temblar con cada gesto, cada roce, cada suspiro. Violeta, la que le generaba un huracán de sensaciones, desde el rencor hasta el amor más intenso. Y después estaba Ruslana, su primer amor, su primera vez, la que le mostró lo que era el amor auténtico. Pero también la que le hizo padecer como nadie, la que le quitó su alegría cuando sus padres las alejaron por el honor de la realeza. Chiara aún sentía el dolor de aquel adiós, el hueco que le dejó en el corazón. Chiara arribó al internado con las cicatrices abiertas, sin saber si algún día la volvería a encontrar, sin saber si algún día acabaría esa historia que quedó inconclusa.

En la mañana siguiente decidieron no ir a clase de interpretación tenían una charla pendiente.

Violeta sintió un nudo en la garganta, no sabía qué decir. Quería a Chiara, pero también tenía miedo de lo que implicaba estar con ella. ¿Qué pasaría si Matthew se enteraba? ¿Qué pasaría si la prensa los acosaba? ¿Qué pasaría si Ruslana volvía a buscarla?


―Chiara, yo... yo también siento algo por ti, pero no sé si estoy lista para esto. No sé si puedo arriesgarlo todo por ti. No es solo mi reputación, es mi vida, mi familia. Tú sabes lo que significa ser destruida por la prensa, sabes lo difícil que es mantener una relación en este mundo.


―Violeta, no me digas que tienes miedo. Tú eres la mujer más valiente que conozco, la que se atreve a cantar lo que siente, la que no le importa lo que digan los demás. Tú eres la que me inspira a ser yo misma, la que me hace sentir viva.


―Chiara, no es tan simple. Yo te quiero, pero también quiero a Matthew. Él ha estado conmigo en los momentos más difíciles, él me apoya, me respeta, me ama. No puedo hacerle esto, no puedo engañarlo.


―Violeta, tú sabes que Matthew no es el hombre para ti. Él es aburrido, predecible, convencional. Él no te entiende como yo te entiendo, él no te hace sentir como yo te hago sentir. Él no te merece.


―Chiara, por favor, no hables así de él. Él es una buena persona, y yo le debo mucho. No puedo dejarlo así, sin más.


―Violeta, ¿y qué hay de mí? ¿Qué hay de nosotros? ¿No crees que merecemos una oportunidad? ¿No crees que podemos ser felices juntas?


―Chiara, yo... yo no lo sé.


Chiara sabía que era inútil seguir hablando. Violeta tenía su decisión tomada y no iba a cambiarla por nada ni por nadie. Chiara se sintió como si le hubieran arrancado el corazón. Todo lo que había hecho por Violeta, todo lo que había sacrificado, todo lo que había soñado... ¿para qué? ¿Para que ahora le dijera que ya no la quería, que ya no sentía nada por ella, que quería estar con otra persona? Chiara no podía creerlo. No podía aceptarlo. No podía soportarlo. Se acercó a Violeta y la besó con toda la pasión, el amor y el dolor que sentía. Fue un beso desesperado, un beso de despedida, un beso de ruptura. Luego se separó de ella y la miró a los ojos. Sus lágrimas caían sin cesar.

―Adiós, Violeta. Te quiero más que a nada en este mundo, pero no puedo seguir viviendo esta mentira. No puedo seguir rogándote que me ames, que me quieras, que me elijas. No puedo seguir luchando por una relación que solo existe en mi cabeza. Espero que algún día te arrepientas de lo que has hecho, de lo que me has hecho. Espero que algún día te des cuenta de lo mucho que te he querido, de lo mucho que te he dado, de lo mucho que has perdido.

Dicho esto, se dio media vuelta y salió corriendo de la habitación. No quería ver más a Violeta. No quería escuchar más sus excusas, sus mentiras, sus palabras vacías. No quería sufrir más por ella. Se fue sin mirar atrás, dejando atrás su amor, su historia, su vida.

Violeta se quedó paralizada en el umbral de la puerta, viendo cómo Chiara se alejaba de ella para siempre. No podía creer lo que acababa de pasar. ¿Cómo había llegado a este punto? ¿Cómo había perdido a la mujer de su vida? Intentó gritar su nombre, pedirle que volviera, que le diera una oportunidad, que la perdonara. Pero su voz se ahogó en un sollozo. Las lágrimas le quemaban los ojos, el pecho, el alma. Se dejó caer al suelo, abrazando sus rodillas, sintiendo un vacío inmenso en su corazón. Recordó todos los momentos felices que habían compartido, todas las risas, las caricias, los besos. Recordó cómo se habían enamorado, cómo se habían prometido estar juntas para siempre. Recordó cómo había cometido el mayor error de su vida, cómo había traicionado su confianza, cómo había roto su corazón. Se odió a sí misma por haber sido tan estúpida, tan egoísta, tan ciega. Se dio cuenta de que no había nada que pudiera hacer para recuperarla, que la había perdido para siempre. Se sintió morir por dentro, sin esperanza, sin futuro, sin vida.

I kissed a girl ― Chiara + VioletaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora