única parte

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kinktober 2023, día 26: shower sex

Steve y Eddie han estado saliendo por más años de los que es posible recordar. Han estado enlazados por una adolescencia tumultuosa e insegura en la que han tenido que esconder el fervor de sus inmensurables sentimientos, así como también han sobrevivido a la inevitable y tediosa distancia establecida por caminos universitarios apartados el uno del otro.

Han atravesado la emoción del reencuentro y eventualmente, han conseguido cruzar entre los agobios de la adultez temprana y el descubrimiento de trozos de vidas que no pudieron compartir en su momento. Están juntos de nuevo, inevitablemente.

Luego de recibir aquellos títulos universitarios y verse a los ojos durante cuatro, casi cinco, largos años, Steve y Eddie finalmente logran encontrarse en la misma página, y deciden —entre un centenar de abrazos, miles de lágrimas y un millar de besos amortiguados por sollozos—, naturalmente, que lo mejor es empezar a vivir juntos y olvidarse de los prejuicios del mundo y las mortificaciones que vienen adheridas a la existencia.

Es una decisión bastante sencilla que resuelven en primera mano al encontrar un modesto y acogedor departamento en un edificio antiguo de Illinois, donde los mechones del sol se cuelan por los ventanales de la sala y la brisa fresca circula entre las recámaras del bonito complejo durante la primavera.

Lo han amueblado a su gusto y antojo, y han cubierto cada esquina con recuerdos acogedores que les permite llamar hogar a aquel sitio en particular. Hay fotografías de ellos y sus amigos por todas partes, una serie de adornos que Steve ha insistido en colocar para añadirle cierta personalidad al espacio, y un jarrón de flores en la repisa de la sala que Eddie reemplaza cada semana y media a sabiendas de que Steve las considera el mejor regalo que le han podido dar en todos sus soplos de vida.

Lo están haciendo bien. Al menos, al principio parecía que iban por buen camino. Sin embargo, y a medida en que las semanas se van transformando en meses y los meses en años, la emoción de vivir juntos rápidamente se va transformando en la realización de que sus rutinas son increíblemente diferentes y que, aquel hecho.

Les está complicando las cosas más de lo que les gusta admitir. A duras penas consiguen verse. Incluso durmiendo en la misma cama, Steve y Eddie encuentran particularmente complicado coincidir durante los días, hasta el punto en que, en ocasiones, ni siquiera alcanzan a intercambiar saludos o darse más allá de un beso entre sueños.

Sus rutinas y sus horarios son un desastre, trenes de carga en la misma vía que colisionan sin remedio alguno, destinados a una destrucción que ninguno de los dos parece poder evitar aun buscando mil y un maneras. No pueden renunciar a sus empleos sin ninguna razón en particular, ni mucho menos tratar de ajustar los minutos en sus relojes fisiológicos para, aunque sea, robarle segundos a las noches.

Eddie regresa del trabajo demasiado tarde en la madrugada como para que Steve pueda mantenerse despierto para verlo, y Steve se marcha minutos antes de que salga el sol para estar en su escritorio puntualmente a las siete de la mañana, lo que complica la posibilidad de que Eddie pueda despedirlo en la puerta y desearle un buen día.

No coinciden en nada, en lo más mínimo a decir verdad, hasta el punto en que hay días en los que Steve puede estar saliendo por la puerta justo cuando Eddie se está quedando profundamente dormido. Se pueden contar con los dedos de una sola mano la cantidad de besos que se dan dentro de las veinticuatro horas, y ni hablar de los escasos momentos de intimidad que ni siquiera comparten porque es simplemente imposible.

Es un quicio, pero aun así, ambos hacen hasta lo imposible por preservar su noviazgo y no caer en el espiral eterno de la desolación, mucho menos la soledad compartida. Se esfuerzan porque se quieren, más que al vivir, y ese día Steve consigue salir del trabajo una hora más temprano con la solemne esperanza de alcanzar a su novio aunque sea unos minutos antes de que le toque marcharse.

Great fairy's fountain ❋ steddie au! | ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora