-¡Oh! ¡Fantástico! ¡Increíble! ¡Fenomenal! -era lo que salía de la boca de Apolo con una expresión de angustia en la cara, su primer día como rey y todo se había ido al carajo, primero que nada, los invaden, segundo: el sujeto de toda esta rebelión lo quería para él solo y tercero... tercero... bueno, algo más debía de estar mal para que él se sintiera así. El Omega daba vueltas alrededor de su habitación buscando una salida ó algo, no le importaba renunciar a su corona (nunca fue para él), solo quería irse. Ahora, ser un maldito campesino no sonaba tan malo después de todo, quería irse y encontrarse con sus padres adoptivos, decirle que estaba demasiado agradecido y que le encantaría volver a vivir con ellos-. Primero el Reino es atacado en mi primer día en el poder, luego un gigantón viene y dice que soy suyo... -estaba nervioso y alterado; a punto de sollozar.
El Omega salió al balcón y vió toda la destrucción que habían dejado esos tipos enfrente de su palacio, tantos cuerpos, tanta sangre, tanta... de pronto visualizó a su "querida hermana" abajo de su habitación, estaba forcejeando con uno de esos sujetos de armadura negra. Un momento ¿Ella estaba viva? Por lo que entendió, el bárbaro enorme le dijo que no mataban Omegas, solo alfas, así que, estaba demasiado extrañado.
Pero de todos modos, ella estaba en pésimas condiciones para venir a salvarlo. No tenía a nadie, absolutamente a nadie para que viniera y lo rescatara... el quería morir en estos momentos. Un momento, si saltaba del balcón podría salvarse, salvarse de que ese bárbaro que se notaba que llevaba varios días sin bañarse no lo tomase, jamás. Pero no, era demasiado arriesgado, para iniciar, todo su cuerpo quedaría destrozado si se dejaba caer del balcón.
-¡Ayuda! ¡Alguien! ¡Por favor! -eran sus gritos de agonía, esto de verdad era una pésima pesadilla de la que quería despertar. Pero no, sabía que sería en vano. A cómo Apolo pudo, se levantó y se paró en la orilla del balcón de piedra, esto de verdad era tan desesperante y aterrador -. No puedo vivir así... no quiero y no debo... -tanto Haggis como Atenea alzaron la vista luego de escuchar los gritos de alguien arriba de ellos. Atenea abrió los ojos como platos al ver la maldita locura que el estúpido de su hermano estaba apunto de hacer ¡¿Lanzarse del balcón?! ¡¿En qué cojones estaba pensando Apolo?! Haggis también se tensó, la Reina se quería suicidar, esto iba a ser muy malo, su amo ya se había encaprichado con ese Omega como para que este fuese tan egoísta y se quitara la vida así nada más.
-¡Apolo! ¡No! ¡¿Qué demonios estás haciendo?! -gritó una muy mal herida Atenea, aunque Apolo no le agradaba del todo, él era muy importante para Artemisa. Apolo la ignoró por completo, el Omega asustado de ver hacia abajo, intentó relajarse, tan solo sería un pequeño golpe, flotaría y después su cuerpo caería allá abajo, no le importaba si los salpicaba, solo quería ser libre, nada más. Apolo inhaló y exhaló, para después hacer un intento por ir a su perdición, pero en cuanto lo hizo, sintió como alguien agarraba fuertemente un trozo de su vestido. Esa persona lo jaló tan fuerte que incluso lo lanzó hacia el duro suelo del balcón. Tanto Atenea como Haggis suspiraron aliviados, menos mal.
Apolo se sobó la cabeza, quien sea que lo haya jalado hacia acá, se le había pasado la mano (fue demasiado brusco), el Omega se sentó en el suelo de piedra y abrió los ojos como platos al ver a ese sujeto enfrente de él. Leónidas arrugó la frente ¡¿Acaso ese Omega pensaba que se iba a librar de él así de fácil?! De donde él venía, eso era una enorme muestra de cobardía. El Omega se estremeció al ver a ese sujeto caminar hacia él, sus pisadas eran demasiado pesadas.
-¡¿Se puede saber que demonios hacías?! ¡Por qué querías saltar del maldito balcón! -bufó con molestia, en el momento que capturaron a ese Omega, se volvió suyo y de nadie más, Leónidas era quien decidía por él -. Si ya te quisiera muerto, lo estarías... -susurró para después acercar una mano a la cabeza del Omega y jalar de su cabello. Apolo hizo una mueca de dolor ante ese toque, e incluso trató de forcejear con él para que soltara su cabello, pero no, ese tipo no se detenía.
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La reine qui a fini par être l'esclave du tyran.
FanficDespués de regresar de ver la cosecha de trigo, Apolo se encuentra con una extraña mujer fuera de su casa. Aunque claro, eso no es lo descabellado. Lo descabellado es lo que esa mujer tiene para contarle ¿Él un príncipe perdido y Heredero al trono?