Tom rápidamente se acercó a una especie de puerta y comenzó a hablar parcel — La lengua de las serpientes — En ese momento el basilisco se hizo presente, era enorme, como lo imaginaban. Se voltearon y corrieron lo más rápido posible pero Harry tropezó y cayó.
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—Harry levántate— Ordené tomándolo del brazo.
En ese momento Fawkes volvió a entrar con su similar canto, aturdiendo al basilisco y deshaciendose de sus ojos. Fueron algunos segundos, segundos que Harry y yo aprovechamos para escondernos en una especie de cloaca.
—Su tonta ave cegó al basilisco, pero aún así los escucha— Grito Tom a lo lejos.
Pasaron algunos minutos mientras el basilisco nos buscaba, algo que fue en vano ya que Harry lanzo una piedra para confundirlo, algo que funcionó. Salimos corriendo hacia Ginny, Harry se acercó y toco su mano.
—Esta helada.
De nuevo el basilisco se hacía presente a pocos pasos de nosotros, baje mi mirada y vi algo brillante dentro del sombrero, lo tome y vi que era una espada. Tome a Harry del brazo y lo eleve a una especie de rocas, tenía un plan, pero no sabía si funcionaría.
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Fué muy rápido y solo ví como tenía la espada entre mis manos, la clavé contra el basilisco dandole en su hocico y atravesando con esta su cabeza. Intente moverme, pero fué absurdo, ya que uno de sus colmillos atravesó mi pierna, haciéndome caer desde la altura en agua. Solo recuerdo a Harry clavando el colmillo que saco de mi pierna e introduciendolo en algo, y a un Tom desapareciendo; Me desmayé.
Me desperté minutos más tarde, visualice la figura de Harry, Ginny, Ron y el estúpido de Lockhart.
—¡Emma! Muchas gracias— Ginny me abrazaba mientras seguía repitiendo lo agradecida que estaba.
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Nos encontrabamos en la oficina de Dumbledore (Ron, Harry y yo).
—Se podrán dar cuenta que en las últimas horas han roto distinguidas reglas y que existen muchos motivos para su expulsión— Dijo serio Dumbledore.
—Si señor— Dijimos al unisono.
—Sin embargo se han ganado el mayor premio por salvar a Hogwarts. Así que señor Wesley, envié esta carta— Le dió un sobre —A Azkaban, queremos que Hagrid vuelva— Sin más que decir Ron se retiró.
—Emma, Harry, les tengo que dar las gracias. Demostraron ser leales ante la cámara secreta, eso hizo que Fawkes les ayudará, y segundo, siento que todavía hay cosas que les atormenta ¿Me equivoco?— Volvió a hablar Dumbledore.
—Solo me he dado cuenta de que Tom Riddle tiene varias cosas en común con nosotros— Dijo Harry.
—Es cierto, Harry, cuando Tom intento.... Ya sabes, te transmitió algunos de sus poderes, involuntariamente, pero lo hizo. Emma, yo no soy quien para hablar acerca de ti, pronto lo descubrirás.
Se escucharon pasos dirigiéndose a la misma oficina en la que estaban.
—Dobby, así que el es tu amo, les sirves a la familia Malfoy. ¿Tu lo sabías?— Hablo Harry, se refirió a mi con lo último.
—No— Dije rápidamente —No me permiten salir.
—¿Descubrieron quien fue el culpable?— Lucius hablo.
—Voldemort, pero ahora uso un recuerdo y lo transmitió por eso— Dumbledore le enseño el diario —Aunque la señorita Walker y el señor Potter lo averiguaron.
—Bien, solo espero que la señorita Walker y el señor Potter estén aquí para salvarnos.
—Descuide, lo estaremos— Dijo Harry mirándolo.
—Luego ajusto cuentas contigo— Me señalo —Vamonos Dobby
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Harry rápidamente le pidió a Dumbledore el diario, él asintió y se fueron de la oficina.
—Señor Malfoy— Gritó Harry
—¿Qué quieres Potter?
—Esto es suyo— Le extendió el diario.
—¿Existen pruebas?
—En la biblioteca, ví como lo dejaba en el caldero de Ginny Wesley.
—Ash, toma Dobby— Se lo dió y luego se marcho.
—Abrelo— Dijo Emma.
Dobby abrió el libro y encontró un calcetín, sonrió ampliamente y abrazo la prenda.
—¡Dobby!— Grito Malfoy.
—El amo le ha dado un calcetín a Dobby, el amo le ha otorgado una prenda a Dobby. Dobby es ¡Libre!— Sonrió.
—¡Tú!— Se acercó a Harry —Has liberado a mi sirviente, ¡Avada Keda... —Dobby lo saco volando— Nadie se mete con ellos.
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Los alumnos se encontraban charlando en el comedor, felices porque estaban por terminar el segundo año. Para Emma no era felicidad, se iba a ganar uno que otro maleficio por ayudar a Potter, por eso decidió sentarse en la mesa de las serpientes.
Una pequeña castaña sonriente se poso en el marco de la gran puerta y corrió a los brazos de sus mejores amigos, Harry Potter y Ronald Wesley. Volteo su mirada y conecto con la pequeña Walker, le indico que saliera del comedor; Eso hizo.
—Hola— Dijo una vez que salió.
—Muchas gracias— Sonrió Hermione —¿Te puedo abrazar?— Emma solo asíntio y Hermione hizo lo que faltaba, la abrazo.
—Me tome la molestia de tomar tus apuntes— Emma le entrego un pequeño cuaderno —No quería que te atrasaras.
—Gracias.... Creo que es hora de volver.
—Claro.
Minutos después Dumbledore se levantó y como "agradecimiento" cancelo todos los exámenes. En eso entro Hagrid.
—Disculpen la tardanza, una tonta lechuza llamada Errol, se perdió— Camino hacia la mesa de los leones y llamo a Emma, está rápidamente se levantó y fue hacia ellos, sentándose a lado de Hermione — Chicos, solo quiero decir que gracias a Harry, Ron, Hermione y Emma, yo seguiría, ya saben. Solo les diré gracias.
—Hogwarts no es lo mismo sin ti— Harry se levantó y lo abrazo.
A este abrazo se le juntaron Ron y Hermione, Emma estaba indecisa, pero no la penso más y se unió al abrazo. Abrazando un poquito más a Hermione.
Dumbledore comenzó a aplaudir y todos los alumnos hicieron el unisono.
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