Chapter 1

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A Demetri le gustaba que se les permitiera salir a cazar a los aquelarres advenedizos con la esperanza de construir un ejército. Era algo así como un viaje especial. Aro, cayo y Marco elegían a unos pocos miembros selectos de la guardia y los enviaban. Ellos tendrían que rondar por las calles y localizar a los ejércitos de recién nacidos, y cuando el tiempo era correcto, era como la navidad para los seres humanos. Se abalanzaban, mataban y les encantaba.

Hoy estaban en uno de esos viajes, algunos vampiros sin talentos decidieron que estaban aburridos. Con el aburrimiento llegaron las ideas y una de estas idea era crear un ejército de recién nacidos para entretenerse. Al idiota que se ocurrió crear un ejército no le fue muy bien, porque después de morder a varias personas, los recién nacidos se volvieron contra él y lo mataron. El no era lo suficientemente fuerte como para para manejar a varios recién nacidos extra fuertes, y murió. Apenas se enteraron los Vulturis de este accidente, Aron envió de inmediato a Demtri y Felix a buscarlos.

Llegaron a Inglaterra y fueron a los barrios bajos de Londres donde se alimentaban los neófitos. Entraron, y comenzaron a matarlos a todos. Algunos les rogaban que os mataran, otros luchaban y los mataban. Algunos trataban de correr, a estos se aseguraba de darles unamuerte dolorosa, nadie se escapaba cuando Demetri estaba cazando.

Cuando casi terminaban, un resbaladizo Neófito logro escapar y trato de huir. Demetri tenia que admitir que el hombre era bueno, pero no lo suficiente. Demtri acabó con el resto de los neófitos y junto con Félix comenzaron a perseguirlo. El neófito era rápido, debía de tener un talento, pero a él no le importaba. Él lo mataría de todos modos, al menos que tengaun talento extraordinario que impresione a Aro.

Siguieron al neófito hasta que llegaron a un campo. El neófito, cansado y hambriento, desvio su curso y se fue a una casa. Demetri, a primera vista, pensó que el lugar debía de pertenecer a una persona que criaba perros. Había demasiados perros, incuso para alguien a quien le gustan los animales. El neófito se metio dentro de la casa y comenzó a morder a las personas que había en su interior. Demetri contó cuatro. Félix dejo a su amigo y se ofreció a ir a matar al neófito, el rastreador se lo permitió. Félix estaba mejor equipado para manejar a un neófito que acababa de comer y Demtri no quería meterse. Así que mientras Félix mataba al ultimo neófito Demetri vagaba por las tierras.

A medida que se acercó a un árbol bien alto, capto un olor. Un aroma delicioso. Un olor que le cantaba, el mínimo rastro de él en el viento hacía que se le llenara la boca de veneno. Los ojos de Demetri se volvieron negros mientras buscaba la fuente del olor, al oír un latido de corazón, Demetri camino de forma azechante hasta llegar al árbol. Miro hacia arriba y vio un par de ojos verdes mirarlo con miedo. Sonriendo al niño en el árbol Demetri salto y agarro al muchacho girándolo en el aire de tal manera que su cuello quedo expuesto y lo mordió. El seguidor gimió al saborear el delicioso néctar que fluía en su boca, el nunca había probado un humano que supiera tan bien.

Demetri acabo con su festín cuando aterrizo sobre sus pies y Félix apareció mirándolo con los ojos muy abiertos. Demetri separo sus colmillos del cuello del niño y se lamió los labios queriendo recoger hasta a última gota de sangre que pudiera conseguir del cuerpecito en sus brazos.

-Demetri- Felix empezó.

-El cantante- Demetri respondió rápidamente. Los ojos de Félix mostraban su comprensión.

-Los que estaban adentro están muertos- Félix declaro.

-Hmm- Le respondió. El acuno el pequeño cuerpo en sus brazos deseando que el niño hubiese sido más grande para que pudiera haber saboreado mas su sangre, pero uno no siempre consigue lo que quiere.
El rastreado estaba pensando que hacer con el niño, si dejarlo afuera o meterlo adentro con su familia, cuando escucho un gemido y un lloriqueo.

Fork it overDonde viven las historias. Descúbrelo ahora