Fork it over

Capítulo 11: La vida es como una caja de Prongs

Charlie estaba en el patio trasero esperando cerca de la barbacoa a que algunos filetes se asaran para la cena, crudos para los chicos, bien hecho para Bella, ya termino medio para él. Era su propia recompensa por lo tranquila que estaba su casa últimamente. Bella seguía refunfuñando por ahí pero había disminuido en los últimos tiempos. Ella no era particularmente cálida hacia los chicos, pero Charlie imaginó que no era nada personal contra los chicos. Bella nunca tuvo que compartir a sus padres antes y ahora había dos en la imagen y ella no debe saber cómo tratar con otros. Charlie quería ayudar, lo hizo, pero Bella era una mujer joven y ahora que tenía que aprender a trabajar a través de estas cosas por su cuenta.

-Charlie, he terminado de preparar el maíz- Harry llamó a su atención, con una placa con una pirámide de maíz en sus manos.

-Buen trabajo deportivo. Vamos a cocinarlas rápidamente y así las podemos comer- Charlie tomó el plato y comenzó a colocar el maíz en la parrilla. -¿Cómo le va a tu hermano con las ensaladas?.

Harry se rió.

-Está teniendo problemas con la ensalada de patatas. Él sigue diciendo que la ensalada de papas necesita rábanos, pero ninguna de las recetas los tiene. Sin embargo, creo que por fin se hubo por una ensalada de patatas con tocino- explicó Harry.

Charlie gimió ante el sonido de tocino.

-Dile que todo es mejor con tocino.- Charlie no conocía a nadie que no amara el tocino, bien a excepción de aquellos vegetarianos y veganos, o lo que se les llama. -¿Has visto a Bella?-

Harry negó con la cabeza. -No desde que dijo que la enviaste a la tienda a comprar helado para el postre. Ella no ha regresado todavía.-

-Ah, tal vez- Charlie fue cortado por el sonido de un coche estacionando en la entrada. No era ruidoso y destartalado como la camioneta de Bella, sonaba más suave y más nuevo. -Bueno, ¿quién podría ser?.

Charlie y Harry caminaron juntos a través de la casa para ver un coche negro elegante con vidrios polarizados en la calzada estacionado al lado de la camioneta roja de Bella. La puerta del lado del conductor se abrió lentamente y dio un paso hacia fuera un caballero grande y robusto en un traje gris de tres piezas. Tenía el pelo negro corto con estilo, y una tez de oliva pálido.

-¡Felix!- Harry gritó y luego se lanzó a través del patio y en los brazos del hombre.

¡Mi pequeño oso de peluche! ¡Cómo te puedes extrañé!- El hombre exclamó mientras giraba con Harry y luego lo abrazaba. -¿Me ha estado extrañando? ¡Mas te vale que si!

-¡SI! Nunca es lo mismo sin ti alrededor-Dijo Harry.

-Puedo ver que no perdiste tiempo en ponerle tus garras encima- Dijo Demetri desde el porche delantero. Charlie miró a su sobrino mayor y frunció el ceño.

-¿Conoces a este hombre?- El nombre sonaba familiar, pero quería estar seguro.

Demetri dio un suspiro sufrimiento. -Este es mi amigo Félix. Él es un gran tipo de verdad, es algo coqueto y como se puede ver, tiende a olvidar el mundo exterior cuando está jugando con Harry-

Charlie volvió a mirar al muchacho y demostró mientras sacaba un coche de juguete de su bolsillo y le explicó a Harry que el próximo coche que compra va a ser como es. Él se vio completamente inmerso hablando con Harry.

-Ya veo... así que mejor le damos la bienvenida.- Charlie caminó hacia adelante y se aclaró la garganta para llamar la atención del hombre.

El hombre, Félix, miró hacia él y sonrió. -Lo siento, lo siento. Yo sólo perdí mi pequeño Harry Berry. Soy Félix Austerlitz, es un placer conocerte- Félix le tendió la mano y Charlie la agarró en un firme apretón de manos.