La música resonaba a todo volumen en cada esquina de los cuartos ocasionando en ciertas zonas vibraciones debido a la intensidad. Las luces se encendían y apagaban siguiendo el ritmo de las canciones mientras que las personas bailaban en la misma sintonía.
La casa de Amber se encontraba repleta de gente por todos lados; en la parte baja las personas bailando, en la segunda planta las parejas que decidían tener sexo y en el jardín los que fumaban o se drogaban. Era como si ya tuvieran decidida cada zona y todos supieran a donde dirigirse.
En el centro de la pista de baile se encontraba una mesa llena de caballitos con tequila al tope del que todos aprovechaban al máximo. Los chupitos se terminaban y en cuestión de segundos ya estaban llenos de nuevo.
— Bienvenido Matt – John apareció detrás de mí – esta botella debe de abrirla el festejado ¿no?
— Sin duda – declaro Gleen y me tendió la botella – y como es la costumbre...
Todos en ese lugar sabíamos a donde iba aquella charla. La costumbre en cada fiesta era que cada vez que alguien cumplía años debía de beber de una botella el mismo número pero en segundos. Yo cumplí dieciocho años por lo que debía de beber durante dieciocho segundos de una botella de cascadita y sin parar.
Se formó un círculo alrededor de mí y de mis colegas. Todos gritaban, aplaudían y bufaban como locos esperando a que comenzara la cuenta regresiva. Me quede parado en el centro con la cabeza levantada mientras John acercaba la botella a mi boca y el líquido descendía por mi garganta.
— Dieciocho, diecisiete, dieciséis, quince – los gritos de todos en una misma sintonía me mareaban – catorce....
El líquido me quemaba la garganta a medida que avanzaba. El sabor dulce y agrio de la bebida se mezclaban entre sí provocándome irritación. La garganta se calentó después de pasar los diez segundos por lo que ya no se sentía el mismo ardor que en un principio.
— Cuatro, tres, dos, uno – la habitación estallo en gritos y chiflidos.
Pase el último trago como si fuera agua mientras que con el dorso de mi mano limpie las comisuras de mi boca quitando todo resto de bebida, todos a mi alrededor seguían gritando como si no hubiera ningún mañana. La botella de la que antes yo tome ahora pasaba de mano en mano por todos los de la sala hasta terminarse.
Me bebí un poco menos de la mitad del contenido y aún seguía teniendo resistencia para continuar bebiendo. El tequila era fuerte, sin embargo, no me pegaba tan rápido como a los demás.
— ¿Quieres algo de beber? – le susurre a Henna.
Ella se encontraba junto con los demás en el círculo formado. Se movía con sensualidad al ritmo de la música resaltando sus curvas a cada movimiento que hacía. Su vestido azul marino le quedaba espectacular y los tacones a juego le daban un toque de superioridad. Henna solía usar un tono azul casi siempre en su ropa ya qué resaltaba su tono de piel y además era su color favorito.
— Yo voy por la bebida - grito a través de la música.
— De acuerdo.
Debía de ir al baño de emergencia por lo que accedí con facilidad a que ella trajera las bebidas.
— Te acompaño - Milán se ofreció a ir.
Ella solo asintió con la cabeza y ambos desaparecieron entre la multitud. Me daba más tranquilidad que Henna estuviera acompañada por mi mejor amigo a que fuera sola y un maldito pervertido se quisiera aprovechar.
— ¿Matt? - una voz conocida de escucho detrás de mí - ¿Te han soltado la correa finalmente?
Di la media vuelta forzando una sonrisa.
— Ya ves - levante las manos - a veces es más que necesario.
— Claro - asintió.
Amber llevaba un vestido negro pegadito con un escote pronunciado en el pecho, sus curvas resaltaban con intensidad y apenas la prenda cubría su trasero. Su cabello negro brillaba hasta caer a los costados de su cintura, su pintalabios rojo resaltaba su rostro, el rímel en sus largas pestañas le daba un toque más profundo a su mirada.
Una sonrisa adornaba su cara remarcando sus pómulos y dejando ver un hoyuelo es su mejilla derecha.
Había que admitir que se veía provocativa.
— No pensaba verte aquí - dijo.
— Ni yo - admití - aunque debo decir que no esta tan mal.
Una sonrisa se dibujó en su rostro.
— Claro, la he organizó yo.
Me contuve tratando de no poner los ojos en blanco.
Amber era demasiado egocéntrica por lo que darle un cumplido más la elevaría por el cielo y claramente nadie quería eso. Ya era suficiente por ahora. Me despedí de ella y tomé rumbo a la cocina, las ganas de ir al baño se me quitaron segundos atrás y siendo honesto no quería volver a toparme con ella el resto de la noche; cosa que sería imposible ya qué era su casa.
La cocina se encontraba hecha un desastre; platos sucios, vasos rojos tirados por todos lados, botellas vacías y unas cuantas rotas, botana alrededor de la mesa y el piso blanco ahora se encontraba un tanto gris. Fuera de eso todo parecía estar bien o al menos eso creía.
En la esquina de la encimera una chica yacía sentada con las piernas abierta mientras que unas manos la tomaban por los muslos. Era imposible saber de quien se trataba ya qué se encontraba de espaldas a mí y la luz estaba apagada. Su cabello colgaba como cascada en su espalda mientras unos gemidos de placer resonaban en la habitación, era evidentemente lo que estaba sucediendo y no pretendía ser partícipe de ese acto porno.
Quien fuese qué estuviera ahí estaba completamente loco, cualquiera los podría ver desnudos. Gire sobre mis talones dispuesto a marcharme por donde entre, sin embargo, una voz conocida resonó frágilmente en la oscuridad. Un escalofrió me recorrió el cuerpo erizándome la piel.
Trague saliva con dificultad.
Me acerqué con cautela a la pared evitando hacer todo ruido posible y oprimí el apagador. Al instante la luz iluminó cada esquina de la habitación dejándome atónito ante el acto expuesto frente a mi.
— ¿Henna?
La voz se me quebró.
NOTA: ESPERO QUE LOS CAPÍTULOS HAYAN SIDO DE SU AGRADO, SI ES ASÍ KO DUDEN EN IR A SEGUIRME A MIS REDES SOCIALES
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SI TODO FUERA ETERNO
DiversosMatthew es un chico guapo, carismático, dedicado y apasionado por el deporte. Su popularidad en el instituto ha provocado la atracción de varias chicas, en cambio, el solo tiene ojos para Henna; su novia. Todo en su vida parece ir bien: buenas notas...