chapter zero: bigger than the whole sky

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prólogo !
( ¿alguna fuerza te tomó porque no recé? )

prólogo !( ¿alguna fuerza te tomó porque no recé? )

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MALÍA ESTABA MUY CONTENTA. su día de la semana favorito, sin dudar ni un segundo, eran los viernes.

Desde que se levantaba ese día sabía que esa tarde al salir del colegio, su mamá las pasaba a buscar e iban a la casa de sus abuelos; se quedaban a dormir y podían ver su novela favorita a la noche, después de disfrutar de la comida casera de su nonos.

Le encantaba visitarla a su abuela, adoraba el olor a sahumerio que llenaba su casa chiquita, le encanta como se mezclaba con el olor a vainilla y canela que se impregnaba  cuando hacían repostería.

— Mami, llegamos. — la voz de Romina rebotó entre las paredes de la casa. — chicas, sáquense las zapas que después le ensucian todo el piso a la abuela.

Apenas cerraron la puerta unas patitas resonaron en el piso de madera, lo siguiente que vieron las tres Montiel, fue a la perrita de su abuela venir corriendo contenta hacia ellas.

Humita, la perrita que había sido adoptada hace unos meses por su abuela, amaba los viernes también porque significa tres cosas: poder jugar y correr con las nietas de su dueña (también degustar la comida casera por abajo de la mesa, pero las adultas no tenían porque enterarse de eso.)

— Ay pero si son las nenas más lindas de todo el Alto Valle.— La voz dulce de su abuela sonó fuerte haciendo que ambas nietas dejaran de acariciar a la Cocker cachorra y corran a abrazarla.

La mayor, las esperaba de brazos abiertos para darles un abrazo fuerte, como si no las hubiera visto en mucho tiempo.

— ¿Cómo les fue en el colegio? ¿Te portaste bien Malu? —automáticamente su mirada se dirigió a su nieta mayor, que sonrió inocentemente.

— Yo nunca me porto mal abue, Ivan es el que me molesta siempre y mi mamá dijo que me defienda.

— Sí, igual, cuando te dije que te defiendas nunca me imaginé que me iban a llamar de dirección diciendo que le arrancaste un cacho de pelo al nene, peque.

— Eso por robarme todos los lápices de mi cartuchera de hello kitty.

Romina había tenido que ir varias veces al colegio de sus hijas para reunirse con la directora. Un compañerito de su hija se la pasaba molestándola y convengamos que su primogénita no era la nena más paciente de todas.

— Bueno, bueno ya esta igual. Seguro ese nene ya no te va a molestar más. — le dijo su abuela a su nieta mayor, sonriendo con dulzura — Vayan corriendo a la cocina a saludar al Nono, que las esta esperando con fideos caseros que hizo hoy a la mañana.

La mujer acarició su pelo y ambas chicas obedientemente corrieron con Humita atrás intentado morder sus guardapolvos.

— ¿Cómo estas, hija? — la sonrisa de Martha Montiel se desvaneció completamente al mirar a su única hija.

snow on the beach ; gran hermano !Donde viven las historias. Descúbrelo ahora