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Ava supo, sin lugar a dudas, que esa tal Rachel debía de llevar poco tiempo trabajando para la empresa, porque no había reconocido el nombre. Se preguntó si sería soltera, y si Jungkook había salido alguna vez con ella. Pero eso no era asunto suyo. Al romper con él había perdido el derecho a saber los detalles de su vida privada.

En ese momento su principal preocupación era el incómodo vestido de novia. Se irguió en el asiento y se llevó una mano a la espalda para intentar desabrocharse los botones de la cola. Eran muy pequeños y difíciles de alcanzar, y Ava soltó una maldición, frustrada.

—¿Estás luchando con alguien ahí detrás? —le preguntó Jungkook.

—Estoy tratando de quitarme la cola, y acabo de romperme una uña.

—Cerca hay un área de descanso. Si quieres, puedo parar y ayudarte.

—Eso sería genial. Y tampoco me importaría ir al lavabo —dijo, y entonces se imaginó entrando en los aseos de un restaurante vestida con su traje de novia y se echó a reír. La risa le sentó bien, y comprobó que el peso que había llevado encima desde la llamada de la ex novia iba menguando poco a poco.

Pero era posible que el peso lo hubiera llevado desde mucho antes de esa llamada. Aunque no hubiera recibido esa información sobre el problema de Minho, se habría preguntado si el matrimonio sería un error. Había achacado sus temores al nerviosismo previo a la boda. Todas sus amigas casadas le habían dicho que era muy normal tener dudas.

Jungkook salió de la autopista y aparcó en el área de descanso.

—No intentes salir aún. Cuando hayamos conseguido quitarte la cola, me acercaré con el coche hasta la puerta de los aseos y te esperaré ahí.

—Muy bien.

Jungkook puso el freno de mano y rodeó el coche para entrar en la parte de atrás.

—De acuerdo, date la vuelta a ver qué puedo hacer con todos estos botones —lo dijo muy serio, sin ninguna entonación sexual.

Entonces, pensó Ava, ¿por qué de repente se imaginó a ambos desnudos en aquellos asientos de cuero?

En cuanto Jungkook entró en la parte trasera de la limusina con Ava, supo que había cometido un grave error. El deseo que había creído tener bajo control... no estaba controlado. El perfume de Ava, su escote, su peinado y la mirada de sus ojos grises le hicieron recordar los días en los que había sido incapaz de mantener las manos lejos de ella.

Pero aquellos días se habían acabado, y ella se había comprometido con otro hombre. Incluso había estado a punto de casarse, hasta que algo la había asustado. Jungkook no podía aceptar que la llama de la pasión siguiera viva por ella, así que se esforzó todo lo que pudo para tratarla como un chófer profesional trataría a una clienta.

Por desgracia, estar quitándole a una clienta la cola de su vestido de novia en el asiento trasero no había sido estudiado en los cursillos de la empresa. Mientras se afanaba con los diminutos botones y lazos, no pudo evitar recordar las veces que habían mantenido relaciones sexuales en esa misma posición, ella agachada y de espaldas a él...

now or never | JJK ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora