19

372 29 0
                                    

Cuando la puerta se cerró, Ava no podía ver muy bien, pero no importaba. En los próximos minutos iban a ser otros sentidos los que más utilizara... oyendo las olas, la respiración de Jungkook, el chasquido del látex al ponerse el preservativo.

Aspiró su fragancia masculina, que tan bien recordaba y que habría bastado para excitarla. Entonces él la encontró en la oscuridad, y comenzó a acariciarle el rostro, los pechos, la cara interna de los muslos como solo él sabía hacer.

—Te he echado tanto de menos... —le susurró, bajando con su boca por el cuello hasta la curva de sus pechos.

—Y yo a ti —respondió ella. Le acarició la musculosa espalda y se preguntó cómo había podido sobrevivir tanto tiempo sin hacer eso. Entonces sintió cómo la lengua le endurecía el pezón al tiempo que la mano se deslizaba entre sus muslos, y el placer fue casi insoportable.

Cuando Jungkook descubrió lo húmeda que estaba, soltó un gemido.

—Ava, perdóname —se colocó encima de ella, posicionándose entre sus muslos—. Hubiera querido ir más despacio, pero...

Ella lo agarró por las caderas y lo hizo acercarse más.

—Yo lo necesito tanto como tú.

Jungkook profundizó en su calor, con la facilidad que le otorgaban todas las noches de pasión que habían compartido.

—Pensaba... que nunca... oh, Ava. Mi dulce Ava... —soltó un gemido ahogado y empujó hacia su interior.

Fue como subir al Cielo. Ava lo rodeó con las piernas, manteniéndolo dentro de ella para alargar todo lo posible el glorioso instante. No había sensación parecida, y ningún otro hombre podría colmar su deseo de aquella manera. Solo Jungkook.

—Me encanta estar dentro de ti —le susurró él al oído.

—Y a mí que estés así.

—Tal vez, si nos quedamos muy quietos, podamos estar así durante un rato antes de que ocurra algo —sugirió él mordiéndole el lóbulo de la oreja—. ¿Crees que podríamos?

—No —la tensión sexual vibraba dentro de ella, irresistible—. Ya está ocurriendo algo.

—Tendría que haberlo sabido. Siempre estabas al borde cuando te besaba. ¿Y si hago esto? —preguntó al tiempo que movía las caderas en círculo.

Ella ahogó una exclamación de placer.

—Hazlo y veras lo que pasa.

—Creo que lo haré —dijo él. El movimiento era suave, pero devastador. Con el pecho le rozaba ligeramente los pezones y sus labios apenas se tocaban—. ¿Qué te parece?

Ella gimió y se arqueó contra él.

—Has desarrollado nuevas... habilidades.

—Tú eres quien me inspira.

—Y tú... me vuelves loca —dijo ella.

El vestido de satén le acariciaba la espalda desnuda. Empezó a jadear con fuerza, sintiendo la proximidad del clímax.

—Estupendo. Quiero que enloquezcas, Ava.

Con una poderosa embestida la llevó al orgasmo más explosivo que jamás hubiera tenido. Meses de frustración, deseo y abstinencia llegaron a su fin en una erupción de incontenible placer. Ella gritó su nombre y se aferró a él como a un ancla en la tormenta.

Y entonces él siguió moviéndose, más rápido, entre desesperados jadeos en busca de aire, hasta la violenta sacudida de su propio orgasmo.

Momentos después, se arrimó a su cuello y susurró:

—Mucho mejor ahora.

—Mmm —murmuró ella abrazándolo con fuerza—. Sí, yo también estoy mucho mejor.

—No —dijo él con un suspiro—. Me refiero a que ha estado mucho mejor de lo que recordaba.

Ella estuvo de acuerdo, aunque sabía que eso significaba que tenía un grave problema.

now or never | JJK ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora