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A pesar que a Yunho nunca le interesó tener un hermano para la oportunidad de molestar o competir por el legado de la familia y hacerle la vida imposible como veía en las familias de alta curia la llegada de Wooyoung a su vida le hizo cambiar radicalmente la idea de lo que significaba tener uno. Inmediatamente quiso cuidar de él y velar por su bien. A sus ojos Wooyoung era una pequeña criatura de alma pura que pasó por quién alguna mala experiencia debido a su modo de actuar o pensar.

El pelinegro de ojos semejantes a los de un pequeño conejo le hacía querer protegerlo de todo y brindarle nada más que bienestar, bienestar que era evidente se vio afectado durante su ausencia, y ver esa luz agonizante en sus ojos le estaba inquietando.

— ¿Quieres hablarlo? — dijo suavemente.

Wooyoung a pesar de tener las ganas de llorar atoradas en la garganta y decir alguna cosa negó con la cabeza de una manera que Yunho supo que necesitaba un abrazo. Así que eso fue lo que hizo, necesitaba más, pero en medio de el silencio de Wooyoung Yunho fue todo lo que pudo brindarle. Si Wooyoung se mantenía a raya debía tener sus razones, y Yunho respetaría eso.

— Bueno ¿Van a venir a comer o qué?

Escucharon a Hongjoong gritarles desde la cocina y lo encontraron haciendo hotcakes con un mandil de figuritas.

— No lo ensucies demasiado, es mi favorito.

— Cállate pulga — amenazó con la espátula.

— ¿Pulga? ¿¡Quién será aquí la pulga!?

— Ya van de nuevo, no más de esto, quiero un desayuno tranquilo, señoritas. — se quejó Yunho sentándose.

Pronto todos estuvieron desayunando panqueques recién horneados entre fresas silvestres que Wooyoung había cosechado y mucha miel de maple regada.

— Por favor come y si necesitas algo me dices, vendré enseguida. — era lo que Yunho le decía en la puerta mientras Hongjoong ya se encontraba dentro del automóvil.

— Pero yo n-

— No quieras engañarme a mí, Wooyoung. He estado contigo tantos años y jamás te había visto como lo estás ahora, y no me refiero únicamente a tu salud física.— una mirada baja fue lo que recibió en respuesta — Ey, pero cuando estés listo, mi pelitos de mozote.

El rubio le sonrió y se despidieron antes que el automóvil de Yunho desapareciera.

Miles de pensamientos tumbaban su cabeza cuando se hallaba sentado en la orilla de la ventana. Una parte de él quería contarle todo a Yunho que parecía hacerse una idea de lo que sucedía, estuvo a punto de hacerlo, pero también se debatía en quejarse sobre una pequeñez.

Porque la situación iba a mejorar, solo debía darle tiempo.

Justo cuando se disponía a dar una caminata al bosque pudo ver a lo lejos un ya conocido VW K70 amarillo. De pronto todo a su alrededor desapareció y se centró en el hombre que bajaba con tal porte, no percibía los fuertes sonidos de las ramas o el molesto chirrido de el columpio, no había molestos mosquitos o algo más importante a su vista que San.

Todo se reducía a él.

— Ey

Bueno, no estaba tan arreglado como San lo merecía, pero aún cabía en lo lindo.

— ¡Sannie! — corrió a su encuentro. Corrió para abrazarlo y sentirlo, materializarlo y saber que no era otra de sus alucinaciones.

— Siento no haber venido ayer, ya sabes.

— Claro, claro. No te preocupes, entiendo.

Wooyoung siempre entendía.

— ¿No viste salir a Yunho?

𝐁𝐢𝐧𝐚𝐫𝐲 | | 𝐒𝐚𝐧𝐰𝐨𝐨𝄢ˑ  ִ  ֗   ִ   ˑ  ִ  ֗Donde viven las historias. Descúbrelo ahora