Chapter I

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"Una segunda oportunidad"

A lo largo de tu vida es común encontrar personas que te marcaran de distintas formas. Los reencuentros con aquellos que dejaron una impresión buena en ti casi siempre suelen ser alegres y reconfortantes, aunque en esta historia el reencuentro para un joven doctor sucedió donde menos lo esperaba y por los motivos que jamás hubiera deseado.

Aquel silencioso pasillo por el que caminaba cada mañana, hoy estaba más concurrido que de costumbre. Esos días eran los peores. Tener mas "pacientes" que atender significaba conocer mas dolorosas historias de la imprudencia humana lo que le hacía replantearse si su postura desde hace "años" atrás fue la correcta.

A media mañana ya había atendido cinco cuerpos y se iba por el sexto.

  ───Doctor Cullen.

Uno de encargados de traer los cuerpos llegó a su lado trayendo una camilla con la acostumbrada sábana por encima.

  ───Gracias Avery. ¿Causas de la muerte?

  ───Aparentemente suicidio. Se lanzó de un acantilado quizás una decepción amorosa.

El silencio que le siguió a la respuesta le sirvió al doctor para confirmar lo que su oído ya había escuchado. Los latidos del supuesto cadáver eran tan débiles que no serviría de nada avisar la equivocación que cometieron con esta persona. Encontrar cuerpos aún con el corazón latiendo era más común de lo que podrías imaginar pero este, como muchos otros, no tenía esperanza de vida por lo que el "joven" doctor optó por callar su descubrimiento.

Siguió con los procedimientos y al destapar el cuerpo la sorpresa apareció en su rostro.

  ───¿La conoce doctor?

Era evidente que después de quedarse mirándola, el chico a su lado cuestionaría.

  ───No, no la conozco.

Después de la partida del ayudante, Carlisle no perdió tiempo. No lo pensó mucho no podía darse ese lujo. Su mente solo recordaba a la dulce jovencita que un día conoció y ahora estaba postrada delante suyo.

«Espero que me perdones Esme».

Respirando profundamente se dio valor. Se acercó al delicado cuello de la mujer, retiró el cabello que lo rodeaba y mordió. En ese instante pudo percibir lo sencillo que sería ceder y drenarla. Su sangre era incluso más dulce que la de su hijo.

La mujer abrió los ojos justo cuando Carlisle se apartó. Al verlo, la mujer creyó que estaba en el cielo pero esa tranquilidad se evaporó un segundo después cuando empezó a experimentar un calor abrasador que la consumía.

Mientras el veneno se propagaba, Carlisle se apresuró. Tenía que sacarla de ahí antes que acabara la transformación.

  ───¿Qué hiciste Carlisle?

La voz de su hijo adoptivo se oyó tan pronto como llegó a casa.

  ───Edward... yo tenía que hacerlo. Ella no merecía ese final y yo...

  ───La convertiste.

Carlisle comprendía que el chico no estaba muy conforme con su "nueva vida" y que desde luego no esperaba que le hiciera lo mismo a otros.

  ───Tuve qué. La conocí cuando a penas era una niña de dieciséis y volver a verla en estas condiciones... ella tiene mucho que vivir y yo solo quise darle otra oportunidad.

El adolescente escuchaba atentamente a su creador. Carlisle era el hombre más desinteresado y amable que había conocido jamás, comprendía que su compasión lo había empujado a hacerlo.

«LITTLE BLESSING» 𝘛𝘸𝘪𝘭𝘪𝘨𝘩𝘵Donde viven las historias. Descúbrelo ahora