20|| Cena a solas

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Gia ya tenía tres semanas, y era la niña más tranquila que había visto, casi nunca lloraba, alguna vez pero poco.

Ahora la tenía en brazos ya que en unas horas Ferran y yo nos íbamos a cenar, estas tres semanas han sido cansadas y necesitábamos un descanso, la íbamos a dejar con mi padre, más bien mi padre vendría a casa, la madre de Ferran no podía.

—Se que echarás de menos a mami y a papi pero ni llores cariño—limpie un poco sus lagrimitas y sonreí—papi ahora viene y pasarás tiempo con el no te preocupes—al escuchar eso se callo de golpe y abrazo aún más a su peluche de tiburón

Ferran y ella no se separaban dormían juntos, yo estaba olvidada, sólo me quería para comer.

La puerta se abrió y Ferran apreció sonriendo, llegó hasta nosotras y me dio un beso en los labios u luego uno a Gia en la cabeza. Este la cogió en brazos pero tenía que ducharse.

—Tienes que ducharte, hoy tenemos la cena—este puso un puchero

—Déjame disfrutar de mi bebé un ratito—suspiré

—Lo digo en serio Ferran, metete con ella a la bañera si hace falta pero dúchate—al escuchar eso me miro como aprobando si era verdad y asentí—estaré allí para que no pase nada

Subimos los tres y quité la ropa de Gia mientras Ferran se desvestía, cuando acabo no pude negarme a mirar su cuerpo. Joder...

—Importante vigila el agua en la cara—el asintió y se sentó en la bañera, el agua les tapaba y me puse en en bordillo Gia movía sus pies y los cogí dándole besos—que bichillo eres tú

—Le encanta el agua

—Pues si, porque la has metido dentro y ha abierto los ojos rápido

Este se la puso más en el pecho como si hubiera alguien que le quisiera hacer algo, yo también quería meterme, a si que, me saque todo y me metí con ellos.

—Mami también quería—susurró Ferran mirando a nuestra bebé está saco la lengua y sonreí

—Que calentita—me abracé a mis rodillas

—Si, la verdad es que si—Ferran alzó hacia arriba Gia y está reía

—Ala, y me toca el culo de cara—solté una risa

—Si es preciso, ¿a que si bebé?

Hemos de admitir que mi hija de cuerpo era una obra de arte, normal el padre fuerte y la madre normal. Me puse encima de Ferran y él me dio a Gia nos quedemos los tres abrazados y en silencio.




Estábamos ya en el restaurante, teníamos las manos cogidas mientras sonreíamos como tontos.

—Estas muy guapa—sonreí y bebí vino

—Tu también estás muy guapo amor—dejé la copa de vino y le giñe el ojo

—Ahora cuando lleguemos a casa no estará la niña—susurro

Al final mi padre se la llevo a su casa.

—Ya, pero ahora pensemos en otra cosa—sonreí picara—Porque mi mente está pensando que me des duro en la cama...

—Sheila...no digas eso, aún no hemos comido—me encogí de hombros

—Solo digo la verdad

—Me estás poniendo a mil Sheila—sonreí y me quité el tacón para acto seguido poner mi pie en su entrepierna y apretar un poco, un gemido quería salir de su boca pero lo impidió—porfavor...

La comida llegó y saqué el pie de debajo de la mesa, me estuvo contando que hicieron en el entrenamiento y yo solo asentía.

—¿Que has echo tu?

ÁGAPE; Ferran TorresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora