Prologo

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Dime, ¿estarías dispuesto a ayudar a aquellas personas que te hicieron tanto mal, te hicieron llorar, sangrar, lamentar e incluso intentar arrebatarte tu propia vida con tus manos?

El que esté dispuesto a ello, es un ser al cual se le debe de arrebatar la vida, el perdón tras tanto, no, absoluto dolor debe de ser tomado como es. Un recordatorio para la brutalidad inculca humana.

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El silencio era devorador del subsuelo en donde su alma yacía cautiva de toda libertad alguna. Cabiz bajo su persona era todo un misterio para quien le viera a traves de los barrotes que le tenían cautivo, entre el áspero y húmedo concreto de su celda.

Incluso carente de toda vida, aquél joven cadáver se encontraba pintado de una inmensa infinidad de cicatrices, cada una peor, más profunda, más horrorosa.

Pero la más llamativa era la que por su carácter y profundidad se daba el descaro de relucir en su máximo esplendor sobre aquella espalda, dos largas líneas que partían sobre cada una de sus 33 vértebras, hasta sus costillas fantasma. Un simple y sádico abrazo.

Dando un pequeño gramo de vida, al mover su cabeza, el movimiento era acreditado al oír de unos simples pies bajo la oscuridad húmeda del lugar. Más atentó empezó a mover más su cabeza con más y más interés, hasta que simplemente se detuvo, elevando su cabeza por fin dejo ver aquél rostro entre la penumbra.

Ojos sin brillo únicamente un vacío negro; completamente inundados por la mortalidad del vacío, cabello largo y andrajoso de un color verde oscuro; tan sucio y mal cuidado.

Un par de 4 pecas en aquellas mejillas, labios rasgados y secos, por la carencia de agua, como el constante mastique de estos mismos labios, reventadolos dejando ya cicatrices sobre ellos.

Suspendido del suelo se encontraba colgando de sus hombros como un Cristo putrefacto; aquéllos hombros se encontraban atravesados por dos simples ganchos de carnicero, repletos de oxido y se encontraban amarrados a dos cadenas colgantes del techo de concreto.

[Queridos colegas! Hoy es un bello día, pues me han venido a recoger. Créanme hijos de puta, nunca los extrañare, les veré pudriéndose!] Habría explotado, casi gritando. enloquecido por completo y cuando acabo su discurso de odio, gritos llegaron de la oscuridad, gritos de furia y rabia. [Si! venga griten más! Enloquezcan  y empiecen a matarse entre si bastardos malnacidos!.]

Sus oraciones, estaban llenas de cólera y que terminaron causadon lo que queria. Los gritos causaron caos. El simple pasillo oscuro de celdas se habría vuelto el descenso al infierno: y más sabiendo que los complejos en donde se encontraban se enfocaban en retener a los internos más enfermos, salvajes y psicópatas. Que hayan llegado a caer en la verno.

Volviendo su mirada caída al frente, vio a traves de los barrotes y del otro lado de ellos, sus verdugos como jueces se encontraban delante de él, observandole atentos.

[Oh Qué alegría! Los he echado mucho de menos, mis buenos y cercanos amigos, acérquense y abran para que podamos hablar.] Su hablar, era diferente a su decir hace rato. En donde la cólera y la locura, eran su máximo exponente. Esta vez, ya no se encontraban ahora el resentimiento era más notable. [Toshinori, aizawa, aunque no lo crean, los he extrañado en verdad, pero ¿donde se encuentra hizashi, acaso sigue siendo e-.]

[Cierra la boca, venimos a negociar, no colmes nuestra paciencia. Evita hablar sobre nuestros viejos amigos y tal vez te saquemos de aquí.] Comento seriamente, causando más tensión con el muchacho peliverde que tenía delante. [Nezu, te trae una gran propuesta. La nueva generación de la clase 1. A Necesita una[...] Niñera.]

[Disculpa, no escuché adecuadamente ¿Ellos necesitan una que?] Pregunto viéndose claramente confuso, ante lo dicho por el hombre pelinegro, quien se veía incomodado por decir esa última palabra.

[Esta solicitud es debido al constante riesgo de ataques terroristas y de villanos que hemos estado viviendo, peores que en nuestras generaciones. Nezu ha cambiado y se ha estado preocupando con mayor intensidad sobre cada uno de los estudiantes.] Confeso serio, viendo como el peliverde empezaba a comprender.[Si aceptas te sacaremos de aquí, se te devolverán muchas cosas, pero a cambio de que sigas reglas.]

[¿Y esas serían?]  Estirando el torso se dio el lujo de oir con mayor interés aquellas reglas que pondrían.

[Si llegas a matar a cualquier persona no importa quien, te mandaremos devuelta aquí, debes de cuidar a los chicos dentro y fuera de la academia y obedecer a todo lo que te pidamos.] Hablo con calma observando al peliverde, que les observaba atentos. [¿Estás interesado?]

Silencioso se dio el lujo de pensar. Era una buena propuesta, las pocas reglas eran simples, seguir al pie de la letra para él, lo único en lo que le veía un poco de revuelo era cuidar de los chicos y chicas. Nunca fue bueno con las personas de su misma edad y ahora sería la niñera de personas menores a el.

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El cielo era tan brillante, la brisa era tranquila y sus pasos eran
Constantes. Caminando al lado del hombre  pelinegro con vendas, este mismo se veía un tanto nostálgico.

[Bien, extrañaba el sol. Bueno aizawa, seré la niñera de tus chicos, pero ahora mismo vienen mis propias reglas ante este acuerdo.] Su decir era cómico acreditado a su locura inculcante en su forma de ser, cuando obtuvo el mirar de malestar del hombre, sonrió bajo la mascarilla que traía. [Que los mocosos no pregunté por mi pasado; aún sigue siendo difícil para mí, que ningún héroe ajeno a la academia sepa de mi; no deseo ver a emi y por último que nadie cuestione mis métodos.]

[La Clase 1A Necesita Una Niñera]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora