Capitulo I El Vaticano

17 2 0
                                    

Un  joven cardenal irrumpió en el salón de reuniones, con la respiración agitada y el rostro iluminado por el frenesí de su descubrimiento. Aún bajo los últimos destellos de la luz lunar. Finalmente, en el corazón del Vaticano, pronunció sus palabras con un tono que reflejaba tanto asombro como certeza.

— ¡No es plana, es redonda! — exclamó el joven cardenal, mientras sus ojos reflejaban la urgencia de su revelación.

En la penumbra del salón, la noticia resonó como un eco, interrumpiendo cualquier discusión previa. Los ojos de los presentes se volvieron hacia el joven, sorprendidos por su atrevida afirmación.

El Papa Juan Pablo IV , líder de la cruzada en gestación, se puso de pie, sus ropas sagradas ondeando con solemnidad. Miró al joven cardenal con intensidad, buscando entender la magnitud de sus palabras.

— ¿Qué dices, joven? — preguntó Pablo , su voz resonando en la sala. — ¿Cómo puedes afirmar tal cosa?

El joven cardenal, aún jadeante, intentó recuperar la compostura para explicar su descubrimiento. En ese momento, la creencias en el Vaticano estaba a punto de intensificarse, desencadenando una serie de eventos que cambiarían el rumbo de la cruzada que se avecinaba.

El joven cardenal Lucius Benedictus Josephsson sostuvo la mirada del Papa Juan Pablo IV, sus ojos reflejando la seguridad de su descubrimiento.

— Estaba sentado en las orillas de la muralla, observé cómo a lo lejos en el horizonte la tierra poseía una forma redondeada —dijo Lucius con convicción—. Al investigar más y observar a otros astros, pude ver que también poseen una forma redondeada.

El murmullo en el salón se intensificó. Algunos cardenales compartían miradas inquisitivas, mientras que otros susurraban entre ellos, debatiendo la sorprendente afirmación de Lucius. El Papa Juan Pablo IV, con semblante serio, se acercó al joven cardenal.

— ¿Cómo puedes estar tan seguro de esto, Lucius? —preguntó el Papa, su voz resonando con autoridad.

— Mi Santidad, no es una afirmación basada en la fe, sino en la observación y la reflexión. Nuestro entendimiento del mundo puede expandirse si estamos dispuestos a cuestionar nuestras creencias.

El Papa Juan Pablo IV reflexionó por un momento antes de asentir.

— La verdad puede revelarse de maneras inesperadas. Pero, ¿cómo afectará esto a nuestra cruzada, Lucius?

La atención de todos se centró en Lucius mientras él comenzaba a exponer sus pensamientos sobre la relación entre la nueva comprensión del mundo y el propósito de la cruzada. La sala se llenó de debates apasionados y discusiones sobre cómo integrar este conocimiento en sus creencias.

Al rato de un tiempo la sala quedo en un profundo silencio ya que el el Papa iba a dar su veredicto .

-Dada la nueva informaciones presentada por Lucius , sus afirmaciones ,seguiremos con la cruzada para descubrir no solo la verdad sino tambien, para expandir nuestro reinado mas alla .-Dijo el Papa mientras observaba a Lucius . - A su vez la misma sera comandada por el .

El joven cardenal Lucius Benedictus Josephsson, ahora designado para liderar la cruzada, aceptó la responsabilidad con humildad y determinación. A medida que la noticia se extendía entre los miembros del Vaticano, la sala se llenó de un murmullo expectante.

Lucius se acercó al Papa Juan Pablo IV con gratitud en sus ojos.

— Mi Santidad, estaré a la altura de la confianza depositada en mí. Juntos buscaremos respuestas y expandiremos nuestro reinado —aseguró Lucius con firmeza.

La Guerra de las Culturas Destinos unidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora