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— Philip me dijo que disparasteis primero...

— Que disparamos primero... — Murmuro riéndome con la bebé en brazos mientras le hago carantoñas. Me hace gracia escuchar a la rubia llamar al Gobernador por su nombre de pila, también me hace gracia escuchar lo lavado que tiene el cerebro y como justifica ca una de sus acciones.

Andrea habrá llegado hace unos quince minutos. Lo primero fue cachearla. Lo hizo Rick, algo agresivo e impaciente, sin ganas de que ella estuviera aquí pero sin echarla del recinto. Después ella trató de saludar, de presentarse e incluso de dar algún abrazo, pero todos estaban más bien reacios a tener algún contacto con ella.

No los culpo, que esté aquí se siente como tener al enemigo en casa.

Estamos en el pabellón que utilizamos como comedor. En realidad es el comedor de la zona A de la cárcel. Por un lado las celdas y a otro lo que viene a ser esta zona que era el área recreativa o de descanso para los presos.

En cualquier caso, un comedor.

— Si hubiera sabido que esto iba a pasar... — La mujer mira directamente a Rick, busca su aprobación, que le escuche un poco. Casi suplicante por su comprensión.— Rick, no sabía que esto ocurriría así.

Yo estoy sentada en una de las mesas con Judith en brazos. Me parece la niña más bonita del mundo, aunque tampoco es que haya visto muchas niñas desde hace un año.

— Pues así ha sido y no creo que tú jefe quiera sentarse en una mesa a charlar después de matar a uno de los nuestros. — Aclara Rick mirando impasible a Andrea. 

En realidad me da algo de pena, pero esa pena está muy metida en el fondo de mi pecho, justo debajo del disparo a Nathan y de intentar matarme. 

— Puedo intentarlo, podéis hablar. — Ella insiste. Miro de reojo a Michonne y veo como ella tan solo se ríe. Igual que yo.

La idea de hablar con el Gobernador es ridícula, pero ella está tan ciega que aun piensa que es un hombre racional.

No lo es, es un hombre narcisista en un apocalipsis sin nada que perder más que su orgullo.

 Es peligroso.

— Oh, ahora quiere hablar... — Sigo burlándome en bajito mientras juego con las pequeñas manos de la niña.
Lo hago a propósito obviamente. Lo hago con la intención de molestar.
¿A quién se le ocurre venir y presentarse de estas maneras después de un tiroteo?
No puede ser que no supiera nada. No cuando se lo está tirando.

— ¿Algún problema? — La miro aun con una pequeña sonrisa en la cara y niego con la cabeza mientras vuelvo mi vista a la niña.

— No, ninguno, tu sigue, es gracioso verte justificar a un asesino.

— ¿Perdón? — Alza la voz al escucharme llamar asesino a Philip, a mi me hace gracia. Me pongo en pie despacio relajando a la bebé. Ha pegado un bote al escucharla tan alto y se ha asustado.

¿Cómo puede el amor dejar tan ciego y tonto a alguien?

No puedo justificarla, ella está eligiendo no ver y eso me molesta. 

— Shht sht, la bebé estaba muy tranquila, no tienes que gritar — Mezo a la niña en mis brazos sin quitar la mirada de la rubia. Ella tampoco quita los ojos de mi, en realidad nadie lo hace porque está todo el grupo mirando la conversación. — Yo no digo nada, no te juzgo, tiene que tener un buen arma entre las piernas, porque sino no entiendo que es lo que te engancha tanto a él. — Es una misoginada, yo lo sé, ojalá poder lavarme la boca, pero ella tiene que reaccionar de alguna manera y siendo sincera, lo único que me ataría a un hombre como el Gobernador es el buen sexo.  — No cuando ha intentado matar a Michonne y a Glenn...no después de hacerle lo que le hizo a Maggie.

— Yo me enteré de esto el día del tiroteo.

Trata de justificarse. ¿Tan difícil es ser responsable con las decisiones que uno toma?

No vino antes porque estaba ocupada o porque no quería, no es poco válido, es un poco de cerda, pero no por ello no es una razón válida.

— Eso fue hace días, no hay excusa. — Salta Glenn para callarla. A él parece que tampoco le gusta que se justifique.

— No pasa nada, todos hacemos elecciones y tu ya has hecho la tuya, lo que no sé es por qué has venido aquí ¿Para ver a cuantos de nosotros ha matado tu novio?  — Me acerco a ella con mi mejor cara de mierda y no dejo que su vista se aparte de la mía. — ¿Para ver qué tan mal estamos? Porque me parece ridículo que pienses que a estas alturas del juego vamos a confiar en alguien que duerme junto a él todas las noches. 

— Yo no controlo sus decisiones.

— No y al parecer tampoco las tuyas.—  Veo por como tuerce el gesto que no me ha entendido. —  ¿De verdad no sabes de qué hablo?¿Te crees que él no sabe que estas aquí? 

— No tiene ni idea.

— Aysaiah.— Nathan me corta antes de que siga hablando. Ha estado detrás de mi todo el tiempo, apoyado en una pared junto a Hersel. 

— Si, mamá, me callo — Echo una última mirada a la rubia y salgo del pabellón con la bebé en brazos.

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Horas más tarde, ya anochecido el día, todos descansamos en la zona de celdas del bloque A, donde dormimos todos salvo el que haga guardia.
Hace horas que Andrea se fue en un coche que Rick le dio para que marchase segura.
Asumo que han acabado en mejores términos que los que yo dejé.
Esa rubia me saca de quicio.
Aunque quizás es porque nunca he estado tan ciega de amor y no puedo justificar todo lo que hace con eso.

Nathan habla con Beth. Los veo y algo en mi se siente como una madre orgullosa.
Veo como mi hermano mira a la rubia.
Lo conozco como si lo hubiera dado a luz yo.
Ella se acerca a él, le pregunta sobre su herida. Él presume de que es indestructible.
Ambos ríen como dos adolescentes.

Es tan tierno que me hace apartar la mirada.

— Aysaiah. — Levanto la vista. — Creo que tenemos que hablar. — Rick se sienta en el suelo a mi lado.

— Si es por como me comporté con Andrea...

— No, eso...eso no tiene nada que ver — Suspira y me mira mientras juguetea con sus manos, las tiene apoyadas en las rodillas. Las manos le tiemblan mucho. Está pasando por un momento de mucha ansiedad y la está intentando contener toda. 

Me da tanta lástima que todos confíen en él sus vidas pero él no sepa en quién confiar la suya.

 — Mañana Carl, Michonne y yo iremos a por comida y armas. Igual no llegamos hasta el anochecer. Glenn, Daryl y tu os encargareis de reforzar la cárcel. Prepararla como dijiste.

Me sorprende que esté tan decidido a preparar la cárcel. Yo esperaba que se quisiera ir, sobre todo después de la visita de Andrea.

— ¿Piensas que habrá guerra?

— Estoy seguro de ello. — Miro a mi hermano y a Beth, están juntos, riendo y charlando como si nada malo ocurriese en el mundo. Solo ellos dos, cómodos y tranquilos.

Siento que debo cuidar de ellos, mantener este lugar para que tengan un sitio al que llamar hogar en algún momento.

Siempre me he dicho de no disparar a personas, de no matar nada que ya este muerto de antes, pero veo que las cosas ya no son como eran y que por desgracia la gente si no muere, te mata.

— Pues entonces la prepararemos. 

𝐇𝐄𝐀𝐕𝐄𝐍 [𝑫𝒂𝒓𝒚𝒍 𝑫𝒊𝒙𝒐𝒏] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora