『02』

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02

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1400, Italia

Los momentos a solas que la joven tenia los ocupaba para practicar su magia, Caius le dio un par de grimorios que tenían guardados en la gran biblioteca del castillo, Esther estaba fascinada los primeros hechizos que venían en el libro eran fáciles y muy poderoso, estos se dividían en dos secciones, defensa y ataque, algunos de estos se podían combinar para que sean ataques-defensivos.

A la tercera semana en el casillo italiano, Caius le dijo que las reinas -Didyme y Suplicia- la deseaban conocer, Esther no se podía negar si era una petición de las mismas reinas, asi que con los nervios a flor de piel fue a la torre en donde las reinas estaban esperando.

Ambas mujeres estaban felices por conocer a la nueva, a la compañera de Caius, ya sabían que era una bruja novata y eso les llamaba la atención, normalmente sus parejas eran protectores cuando se trataba de otro ser sobrenatural cerca.

Esther tuvo que ser guiada para no perderse por el castillo, a pesar de estar viviendo en el casi un mes, apenas salía de su habitación. Caius poco le explico sobre las reinas y eso aumentaba sus nervios.

—Sus majestades— el vampiro se inclinó ante las reinas —Esther Vethier— a Esther le molestaba el que la siguieran llamando por su apellido, pero nunca diría nada.

—Querida, estábamos emocionadas por conocerte, el tacaño de Caius no quería compartirte— Esther se ruborizo, no esperaba tal recibimiento.

—Disculpa a Suplicia, es la más emocionada por conocerte. Soy Didyme la esposa de Marcus y ella es Suplicia la esposa de Aron.

—Un gusto conocerlas soy Esther la compañera de Caius.

—Entonces es cierto, Caius tiene una compañera, al principio pensaba que solo eran rumores— Suplicia hablaba con entusiasmo.

—Suplicia calma, la pones más nerviosa— Suplicia se disculpó con la mirada e intentaba controlarse —ven toma asiento, no mordemos.

Esther rio un poco con la broma y se sentó, sus nervios poco a poco la abandonaban y la seguridad empezaba a crecer.

—Dinos Esther de ¿dónde eres?

—Soy de un pueblo cerca de la capital de Francia.

Y así empezó la tarde para el trio de femeninas, las reinas estaban felices de tener a otra mujer en el castillo y Esther por fin tenía esa libertad para poder hablar con más personas o en este caso con más vampiros. Caius sabía que su compañera estaba en buenas manos con las reinas, esperaba que se llevaran bien pues convivirían juntas por siglos.

La strega dei Volturi [PROX]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora