(No) Quiero ser policia

23 4 5
                                    


Capítulo 2

(No) Quiero ser policía.

Cuando era niño le gustaba un dibujo animado de un policía algo torpe, pero de buen corazón. Cuando en preescolar la maestra le pregunto qué quería ser respondió sin dudar: Quiero ser policía.

Cuando los adultos se enteraron de su respuesta, todos lo aprobaron... Él estaba feliz que aprobaran su decisión, porque sería un buen policía como el personaje que tanto le gustaba.

Le tomo años entender, que todos aprobaban su decisión por que su familia había producido varios comisionados, jefes de policía y ministros de seguridad.

Lentamente, su mundo lleno de inocencia se fue ensuciando con las directrices de los adultos. Y el niño que una vez  quería ser policía, porque había un dibujo animado de "un policía torpe, pero de buen corazón"... Ya no quiso ser policía, pero lo seria porque su familia se lo imponía y cuando a sus labios llegaba una protesta. Alguien siempre sacaba su inocente respuesta dada en preescolar.

Dillinger, era sinónimo de policías. Pero no cualquier policía, si no los de la más alta jerarquía.

Él, Shira Dillinger, tenía que ser un policía de la más alta jerarquía y ser lo mejor de lo mejor en la academia. Al ser un alfa, toda la familia daba por sentado que ocuparía el primer lugar en todas las instancias de examen desde el inicio hasta su finalizacion.

Durante los exámenes de ingreso, una cabeza roja llamo su atención. No había nada en particular, solo le llamo la atención porque era un foco rojo entre un montón de castaños y azabaches.

...

-¡Ey Shira! –Detuvo sus pasos y miro apenas hacia atrás, con sus lacios mechones negros acariciando como alas de libélula su pálido rostro. Enmarcando sus tornasolados ojos naranja-rojizos.- Te iba a preguntar cómo te fue en el examen, pero estoy seguro que sacaste el primer lugar. –Otros tantos no demoraron en ponerse a su alrededor, obvio todos eran "segundas generaciones" de policías de muy alta jerarquía.

Desde temprano debían cultivar a quienes serían sus socios más adelante. Y qué mejor que una amistad con el hijo del actual ministro de seguridad, para garantizar un futuro suavemente navegable.

Shira casi no hablo en todo el trayecto hasta el vehículo que lo venía a retirar. Solo por ser un auto gubernamental, se le permitió el ingreso al predio de la academia de policía. Aunque el edificio donde se hacían los exámenes era el más externo de todos... Aun seguía siendo el campus donde se preparaban a las futuras fuerzas de seguridad de la nación.

Con una leve inclinación de la cabeza, se despidió de todos y subió al auto.

-Tks.-Uno de los que hasta hace unos segundos adulaba al muchacho de cabellera negra, realizo una mueca- Se cree mucho porque es hijo del ministro y por qué es un alfa. –Como beta, al igual que el resto, se encontraba ocasionalmente con algunos alfas de la vieja escuela. Que seguían siendo patanes que se creían la cúspide de la pirámide por ser alfas.

-Caso especial. –Una voz autoritaria llego a sus espaldas, un docente estaba parado solo unos metros de ellos. Un muchacho delgado, con cabellera roja se acercó al hombre. Al parecer era el "caso especial" que acaban de llamar.- El director quiere verte. –El muchacho solo sonrió, asintió al intimidante alfa con uniforme y le siguió.

-¿Caso especial? –Todos se miraron entre ellos y comenzaron a preguntarse quién era esa persona.

-No tengo idea, pero mi tío es docente aquí... -Informo uno, con un brillo curioso y ligeramente malicioso en los ojos- puedo preguntarle.

Una semana después.

2° 781

Shira observo el número que tenía en la mano: 781. Ese era su número de aspirante a la academia. Estaba en segundo lugar, nunca había sido el segundo en ningún examen. Una sonrisa apareció en sus labios, su padre había estado diciendo que seguramente era el primer lugar en el examen de admisión.

Apropósito respondió mal algunas preguntas cuyas respuestas conocía, pero no esperaba que no obtuviera el primer lugar.

A lo sumo no habría gran margen de distancia entre él y el segundo lugar, por lo cual sería una victoria por un breve margen.

Ahora resulta ser, que quedo en segundo lugar con una gran diferencia con el primero (unos 15 puntos).

El examen de admisión no incluía la parte física, esta se tomaba luego del filtro que realizaba el examen teórico y solo era simbólica. Más bien era para armar los grupos acordes, a las capacidades de los reclutas, para el posterior entrenamiento.

-¿Soy el 215°? –Una voz incredula llego a su costado. A solo unos metros una enorme sonrisa aparecía en el rostro apenas moreno del dueño de un cabello pelirrojo. –Entre... -su voz sonaba algo incrédula, para luego exclamar con toda la alegría que podía transmitir- ¡ENTRE! ¡LO HICE! ¡ENTRE! –Su festejo contagio al de otros estudiantes.- ¡LO LOGRE! ¡ENTRE! ¡SERE POLICIA! ¡ENTRE! 

Muchos otros también comenzaron a celebrar sus ingresos y a comentar emocionados sobre ello. Puede que se encontraban por debajo de su puntaje esperado... pero aun así ingresaron.

¿Y que si no eran de los primeros lugares? Habían ingresado a la academia y eso era lo único que importaba.

Iban a ser policias.

Había que ser felices, porque lo lograron.

Shira no entendía por qué esa felicidad por un mediocre puesto 215°. Ese número quería decir que había 214 personas mejores que tú... Pero ese beta extraño, era feliz con ese miserable puesto 215 y su absurda felicidad se contagió a otros alfas y betas presentes.

Era como si ese beta pelirrojo, fuera una llama que los atraía a todos a su alrededor. Y los hacia arder a todos de una alegría, que para los estándares de vida con los que fue criado, era injustificada.

Había arreglado con el chofer, que lo esperar en la puerta. Al llegar a la misma, vio un contingente de personas muy extraño. Alfas, betas y omegas de todas las edades aguardaban a unos metros de la puerta. Algunos llevando flores y otros sostenían una pancarta sin desplegar.

-¡AHÍ VIENE ALEX! -Informo una entusiasmada voz de mujer. Su dueña era una joven omega de cabello castaño.

-¡ABUELOS LO LOGRE! –El beta pelirrojo llego con una veloz carrera, casi dando saltos cada pocos pasos para llegar más rápido.- ¡CHICOS LO LOGRE! ¡ENTRE!

La pancarta fue desplegada por un omega rubio y un omega más joven de cabello castaño.

¡FELICITACIONES ALEX POR TU INGRESO A LA ACADEMIA!

A los costados, estaba una versión chibi del personaje de policía que le gustaba de niño. Las flores llegaron a los brazos del muchacho, los abrazos fueron dados y las felicitaciones inundaron la entrada.

A otras distancias, había otros potenciales estudiantes siendo recibidos por sus familias tras las buenas noticias o consolados por estas ante el fracaso. Él parecía ser el único que no tenía a nadie esperando... Bueno lo esperaba el chofer, pero ese era su trabajo.

Bueno... ¿Y que si solo estaba la persona a la que le pagan para esperarlo? Ya había pasado el tiempo que necesitaba que alguien lo esperara, para informar su éxito en el examen. 

En ese momento no habían estado y no los necesitaba ahora.

Tras subir al vehículo, su teléfono dio un pitido avisando la llegada de un mensaje.

Klaus.

Estoy seguro que lograras entrar a la academia ¡Éxitos!

Tras leer el mensaje, salió de la aplicación sin responder. 

Al igual que todos los mensajes anteriores, no se molestia en darle una respuesta.

Esa persona no merecía que le respondiera.

Tus cadenasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora