Una vida normal

15 5 2
                                    


Capítulo 6

Una vida normal.

Al regresar de la cena, Shira encontró en su mesa un paquete de gomitas de ositos. Observo el otro lado vacío, supuso que era su forma de pedir disculpas por la descortesía cuando se cruzaron en la entrada.

Tras pensarlo un poco, opto por salir a compra algo a las máquinas expendedoras cerca de los dormitorios. Suponía que, cuando cierta persona volviera, tal vez aceptaría su respuesta a la ofrenda de paz.

Alex no era mal tipo, pero era obvio que si lo provocabas podrías encontrar algo peligroso escondido. Tantos años siendo criado entre círculos de poder, le habían sabido enseñar cuando había tormentas escondidas tras el cielo soleado.

...

Alexandre estaba corriendo en la pista de atletismo, tras varias vuelas sintió que ya podía volver al dormitorio sin decirle palabras inmerecidas a Shira. Había retado en su momento a su mejor amigo, por morder a todos los alfas que se le acercaban.

Hoy se dio cuenta, que no era quien para decirle que hacia mal... A fin de cuentas, él también tenía prejuicios contra los alfas. Solo que los suyos habían sabido estar mejor escondidos, porque en caso contrario no habría calculado a los estudiantes alfas que lo molestaron al inicio y para calmar su conciencia hizo lo mismo con los betas.

Empezó a caminar para dar fin al ejercicio.

No era una buena persona, no era un santo. Había tramado cuidadosamente para hacer caer a esos alfas, que abusaban de su posición de alfas en la escuela... Porque sencillamente le molestaban, había pensado la mejor forma de que fueran atrapados infraganti... Él también debería considerar si era digno de ser policía.

Aunque fuera un sueño de su niñez, debería considerar fríamente si realmente era apto para serlo. Los buenos policías, no traman contra las personas...

Ya más tranquilo, completamente relajado, comenzó a caminar hacia los dormitorios.

-Seguro que Shira me arroja las gomitas a la cara apenas cruce la puerta -Soltó una risa ante su propio comentario y camino observando el cielo apenas estrellado. -En alta mar, el cielo se veía realmente hermoso... Tal vez, deberíamos arreglar con los chicos una salida a una zona donde las estrellas se vean... -Se paró y observo el firmamento- como me gustaría ver las estrellas.

-Si quieres, con gusto te ayudo a verlas -La voz, hizo que la expresión pacifica de Alexandre desapareciera y esa mascara sin emociones hiciera acto de presencia.- ¿Por qué la cara seria?

-Estos son los dormitorios de hombres, las mujeres no deben acercarse. -Su tono fue en extremo frio- incluso si son alfas.

-Hay vamos... no estamos en los dormitorios de hombres. -Alexandre metió las manos en su bolsillo. - Me has alineado desde el primer momento.

-Me tomaste una foto sin mi permiso -Dio unos pasos para el costado- Déjame en paz.

-Oye. -La chica se puso en su camino- Solo quiero hablar contigo... No seas tan orgulloso.

-No quiero hablar contigo, así que déjame en paz. -Repitió Alexandre, para luego volver a alejarse.

-Me hiciste quedar en ridículo frente a todos. -La voz sonó amenazante detrás de él.- Espera ahí y escucha lo que tengo que decir. -El pelirrojo la ignoro y apresuro su marcha, no paso mucho hasta que el olor de una feromona llego a él.

Al fin se detuvo.

-Es ilegal usar feromonas en público, más aun en las instalaciones de la escuela.

Tus cadenasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora