— No tenemos que bajar si no quieres cielo, puede ser aburrido.
YeonJun bajaba el celular de su vista ante las palabras de su padre doncel, su entrecejo apretándose en confusión al enfocar sus ojos con los de su otro padre, quien estaba siendo demasiado paciente ante la situación con su doncel.
— Pero yo sí quiero bajar papi — respondía con tacto. — Algunos de mis amigos están aquí. SooJi dice que hay pizza.
TaeHyung le sonreía forzadamente apartando después su vista de los asientos traseros. Por supuesto que le encantaba que JungKook tuviera amigos y que saliera con ellos, incluso si era a un bar de noche. Los celos iniciales ante una situación desconocida habían desaparecido. No se sentía para nada inseguro al dejar que su esposo saliera a divertirse con sus compañeros de trabajo y que se hiciera demasiado cercano a ellos. Pero de eso a también convivir con ellos y sus familias en un domingo de parrillada era un poco... demasiado nuevo.
TaeHyung había estado tan acostumbrado a convivir con hombres del negocio, a la forma de negociar y siempre mirar entre líneas que incluso las breves charlas con sus hogareños vecinos le resultaban complicadas. Entonces conocer a los compañeros de JungKook, algunos también padres de los recientes amiguitos de YeonJun sonaba más difícil, porque... ¿qué pensarían de él?
— No tenemos que hacerlo — JungKook llevaba su mano hacia la pierna de su esposo, las comisuras de sus labios se alzaban sonriéndole comprensivo. — Podemos regresar a casa y pasar nuestro domingo sólo nosotros tres a como nos gusta.
La idea sonaba más que fantástica para TaeHyung. Los meses que llevaban viviendo en San Diego se habían sentido como los más tranquilos de su vida, eran sólo ellos tres y recientemente sus cachorritos. Sencillamente perfecto, pero aislarse del mundo entero tampoco sonaba tan bien a largo plazo.
— No, está bien — suspirando, posaba su mano sobre la que JungKook tenía en su pierna. — Sólo necesitaba unos segundos para prepararme mentalmente.
— ¿Unos segundos? Papi llevamos veinte minutos escondidos en el coche.
TaeHyung de inmediato giraba para observar a YeonJun con regaño. — No es verdad.
— Ha sido casi media hora — JungKook corregía antes de que su hijo pudiera decir algo.
— ¡Oye! Tú deberías defenderme.
— ¡Lo hago! — el pelinegro respondía entre risas.
— No es verdad, tú y Jun se burlan de m- — antes de que TaeHyung pudiera terminar su reclamo, los labios de su esposo se posaban fuerte sobre los suyos envolviéndolo en un beso que no sólo disipaba su breve enojo, sino gran parte de sus nervios.
— Ay, ya van a empezar — YeonJun escapaba del coche estacionado y esperaba más segundos de los que hubiera deseado para que sus padres también salieran de él.
ESTÁS LEYENDO
habit ✧ KookV
RomanceJung Kook y Tae Hyung prometieron dejar atrás su vida dentro de la mafia para ofrecerle algo distinto a sus hijos. Parecen haberse convertido en una familia común, pero en ocasiones es difícil olvidarse de su origen, de sus hábitos y formas de respo...