♥︎Capitulo 3♥︎

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Después de aquella tarde donde Jungkook pudo ver por primera vez al pelirosa en su forma humana, fue imposible quitar aquella imagen día y noche de su mente, un recuerdo que lo acompañaba en sus días y noches más solitarias, lo extrañaba innegablemente, ese omega tenia un efecto en el castaño que ningún otro incluso los de su propia manada podian lograr.. Ninguno de esos omegas era Jimin, su enemigo, el chico que llevaba conociendo a escondidas hace más de ocho años, su tonto y odioso cachorro.

Al cumplir sus diecinueve años, sus padres le informaron que lo mejor para el era emparejarse, formar una familia, que  gracias a eso le daría más seriedad a su futuro como Akela, o al menos estar en cortejo. Distintos omegas le coqueteaban mostrando sus cuellos sutilmente cuando pasaban por su lado, demostrando así la completa sumisión y respeto hacia el, su respuesta solo era una leve inclinación de cabeza y seguia su camino.

Incluso en sus celos se negaba a ser ayudado, las noches podían ser una tortura al estar solo, el dolor, calor y el sudor en su cuerpo solo lo hacía peor, donde incluso más de una vez el nombre de aquel chico se escapaba de sus labios. Su lobo lo desgarraba por dentro, suplicando que fuera en busca del menor, que lo anudara e hiciera suyo por completo.. Pero una que vez recuperaba la cordura se sentía perplejo, y no comprendía como era posible que había pasado de odiarlo a sentir esto por el, este sentimiento que ni siquiera el mismo podía controlar, tal vez en el fondo el sabía que ya no había vuelta atrás.

Una tarde donde Jimin había discutido con sus padres, había salido rápido De su casa y se encontraba de camino al río, necesitaba sentarse y pensar un poco, ese sitio seguía siendo su lugar seguro.. Caminaba en su forma humana disfrutando por completo del lugar, estaba a punto de llegar cuando a lo lejos sintió un aroma conocido, un aroma que hace muchísimo tiempo ya no tenía cerca, pero que extrañaba a sobremanera.

Jungkook estaba sentado en el borde del río, había decidido ir en su forma humana justo esa tarde, estaba observando la sutil corriente del río, cuando el aroma del pelirosa lleno sus fosas nasales, no se movió.

Jimin lo vio de espaldas, el castaño vestía una camisa negra, la cual acentuaba aún más su ancha espalda no pudo evitar mirarlo por completo, se acercó a paso lento, parando justo detrás de el, manteniendo su distancia, iba a decir algo, lo haria si el castaño no se le hubiese adelantado.

-Llegas tarde...*escucho la suave risa del omega*

-¿Puedes voltear?, deseo ver tu rostro.. *el alfa bufo*

-¿Por qué?

-Es lo justo.. Hace uno tiempo tu me viste a mi, ¿no crees que es de mala educación espiar a las personas?

El alfa se puso de pie, volteando lentamente, por fin después de años pudieron ver sus rostros frente a frente, el omega contuvo la respiración por un momento.

-¿Me viste? *el Alfa sonó avergonzado*

-No fue necesario, ya que puedo olfatear tu aroma a kilómetros.. ¿Por qué no te acercaste?

-Estabas desnudo.

-Estaba desnudo.. Pero eso no te detuvo para dejar de mirar.. ¿O si? *lo observo, directamente a sus ojos*

Jimin observaba cada centímetro del rostro de aquel chico, su mandíbula perfectamente perfilada, sus ojos redondos, sus labios adornados con un lunar justo debajo de ellos, no pudo evitar bajar el rostro y sonreír levemente. No sabía que el alfa en frente de el se encontraba igual o peor, las noches y días sin verse habían sido desgarradoras, lo extraño, necesitaba verlo, tenerlo cerca, miraba aquellos labios pomposos, perfectos para ser mordidos, esas mejillas que llamaban el ser besadas, y sus ojos, aquellos que al verlo sonreír los vio desaparecer por completo, era precioso, podía afirmar sin duda alguna, que era el chico más hermoso de todos.

Entre el amor y el odio, yo me quedo contigo - KOOKMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora