Epílogo

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Hola a todos! Y acá el final de este drama que se me había olvidado publicar jeje.

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gracias a todos por leer

5 años después

Jacaerys, Lucerys, Baela y Rhaena, se habían ido a estudiar al extranjero. Se quedaban en casa de la madre de las gemelas, que no tuvo problemas en recibirlos a los 4 mientras estuvieran estudiando allá.

Viajaban los fines de semana a su hogar, porque no eran capaces de vivir alejados de Daemon y Rhaenyra.

Joffrey que estaba terminando la secundaria, pronto se iría con sus hermanos también.

Aegon, Visenya y Viserys, estaban felices en el colegio y tenían una vida familiar de ensueño, ahora que su padre había arreglado hace algunos años sus horarios para poder pasar mucho más tiempo en casa.

Aemma estaba creciendo rápidamente, aunque Rhaenyra desearía que ella continuara siendo una bebe eternamente. 

Iban de vacaciones a la playa en verano, aunque comenzaban a aburrirse de ir siempre a la misma playa, incluso Jace bromeaba con que a su madre no le gustaba, porque siempre que iban a la paradisiaca isla de Maui ella parecía triste.

No entendía por qué, pero asumía que era porque estaba aburrida de esa playa.

Jace no podía saber que era porque su padre aprovechaba de recordarle lo que ella había estado haciendo en esa playa año tras año, cada vez que iban hacia allá.

Rhaenyra parecía feliz cuando iban a la montaña, y su padre parecía feliz de verla jugar como una niña en la nieve.

Su madre solía llorar cuando volvían de la montaña, pero él le prometía que volverían más seguido, aunque eso nunca era tan seguido.

Jace no entendía por qué su madre siempre lloraba cuando debían volver a casa, pero suponía que era porque se aburría mucho en casa. 

Ella casi no salía, y aunque le insistían en que saliera, ella simplemente decía que estaba bien en casa.

Jace había notado que sus padres dormían separados un tiempo, pero ahora dormían juntos nuevamente y eso lo tranquilizaba, porque no podía imaginar una vida donde sus padres se separaran.

Aunque Daemon ya no tenía encerrada a Rhaenyra en esa casa, ella tenía pánico de salir.

Cada vez que lo había intentado, había tenido que lidiar con los celos de su esposo. 

Él nunca volvería a ser el mismo y ella prefería no provocarlo nuevamente.

La vez que le dijo a Aegon que la dejara en paz, no fue la última vez que él volvió a llamar. 

La llamó un día desde un teléfono público y ella pensó en colgar, él le dijo que estaba bien, que se había casado, y que a pesar de que había quedado inválido, ahora vivía una vida feliz.

Rhaenyra sonrió y le deseó la mejor de las suertes, pero cuando colgó, Daemon la había escuchado hablar con él. 

Él le creyó que él la había llamado para decirle que se había casado, dejando esa historia en paz por fin, pero no luego de interrogarla y asustarla por lo molesto que parecía. 

Daemon seguía siendo el mismo esposo preocupado por su familia, amable, y de vez en cuando, cuando la inseguridad no lo consumía, romántico. 

Pero la inseguridad nunca se alejó de él, se volvió una criatura insegura, que cuestionaba cada paso de su bella esposa.

Sus hijos jamás notaron en las fiestas a las que comenzaron a asistir cuando volvieron a entablar relaciones con los Velaryon, como  Rhaenyra evitaba hablar con hombres.

Solo se acercaba a Corlys, e incluso huía de Laenor, a pesar de que habían vuelto a hablar.

Nunca escucharon a su madre y a su padre hablar cuando volvían a casa de esas fiestas.

- No coquetee con nadie- decía ella mirándolo con miedo, rogando que él no estuviera molesto, que no le recordara su traición- Me viste, solo me acerqué a Corlys- dijo ella y él acariciaba su rostro.

- Lo sé, te vi, tranquila ¿Por qué clase de monstruo me tomas?- preguntó él y ella lo abrazó.

Ahora estaban mejorando, pero situaciones como esa se habían tornado oscuras tiempo atrás.

Cuando ella hablaba con algún hombre en alguna fiesta social, él la interrogaba, le gritaba, la acusaba de haber coqueteado con cualquier hombre, incluso mujeres y ella solo podía llorar rogando que no la tratara como una prostituta.

Pero habían mejorado, aunque ella viviría siempre con aquel miedo.

Poco a poco él volvía a ser el mismo, pero ella sabía que aquella parte vengativa y demente que nació en él jamás se iría.

Podía tener una vida ''de ensueño'' como decían muchos, cuando fingía que todo estaba bien, cuando no recordaba tener algo dentro de su cuerpo que mostraba donde estaba, cuando no recordaba que él revisaba su teléfono constantemente, cuando no recordaba que a sus ojos ella siempre sería una traidora.

 A veces ella se atrevía a salir, pero le daba miedo que él estuviera vigilando donde estaba, que él encontrara en sus pasos algo sospechoso, y que se molestara nuevamente. 

Si fingía e ignoraba eso, ella era feliz, infinitamente feliz.

Ahora podía disfrutar de sus hijos, y de una vida familiar, ya no estaba sola en casa, aunque en su corazón el peso de su traición siempre pesaría.

Había perdido mucho por esa traición, su vida de antes, incluida su libertad, pero de alguna forma era feliz.

Aunque alguien pudiera llamarla loca por ser feliz así, ella era feliz.

Tenía una hermosa familia. Era todo lo que le importaba.


El escondite de los dragones (Daemyra endgame)Where stories live. Discover now