¿Eres un sugar daddy?

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Hongjoong le amarraba la pulsera a Mingi mientras esté le sonreía tiernamente.

— Hoy iremos con mi padre — comentó Mingi mientras se colocaba su camisa.

— ¿Hoy? — cuestionó abrochando los botones de la camisa.

— Sí, pero primero vamos a ir a mi departamento para tomar una ducha — dijo dejando un pequeña beso en la mejilla del menor.

— Tengo que pedir permiso... ¿O ya le pediste permiso a mis papás? — termino de abrochar la camisa del contrario.

— Sí. Ayer le pedí permiso a tu papá — abrazó al castaño y este le correspondió el abrazo.

— Tengo miedo de ir... ¿Y si no le caigo bien?

— Le vas a caer bien, yo estaré para ti en cualquier momento. — se recargó en su escritorio.

— Eso espero...

Escucho el teléfono de Mingi sonar indicando un nuevo mensaje.

— ¿Quién es? — cuestionó con curiosidad

— Es Hwa, dice que eres muy ruidoso

Las mejillas de Hongjoong se tornaron de un rojo carmesí y tapó su rostro.

— ¡Fue tu culpa! ¡Eres muy brusco! — golpeó levemente el pecho del mayor.

— Es broma, solo me dijo de unos papeles.

[🐿️]

— Mingi, cada día te consigues a alguien más joven que tú. — habló el hombre mayor mientras comía un poco de carne.

— El próximo mes cumple dieciocho

— ¿Eres un sugar daddy? — cuestionó su padre con asombro — Tienes veintitrés, Mingi y el diecisiete.

— ¡Papá no soy un sugar daddy! — habló haciendo un mohín — No estoy tan viejo.

— Le llevas seis años... Sugar daddy.

— Tu si eres un sugar daddy, eres un viejo con mucho dinero — Mingi soltó una risita — Solo que eres un viejo muy viejo.

— ¿Así nos llevamos? Hongjoong, ven. Te voy a enseñar las fotos de Mingi chiquito — se levantó de su asiento y fue a su oficina a buscar los álbums de fotos, Hongjoong lo iba siguiendo con una sonrisa.

— Mira, Honggie. Este de aquí es Mingi — señaló una foto donde era el pelinegro con unos cinco años de edad lleno completamente de lodo — Aquí está en pañales.

— ¡Papá! ¡No le enseñes! — pidió.

Al final Hongjoong se estuvo todo el rato con el señor mirando las fotos. Mingi estaba ahí solo justificando sus fotos, el pelinegro salió de ahí por una llamada de su empresa.

— Estoy feliz de que mi hijo haya encontrado alguien como tú, sinceramente la otra chica nunca me agradó. De todas las personas que ha traído Mingi, tú eres mi favorito — comentó el señor.

— ¿Kazuha?

— Escuchar su nombre me da asco, nunca le perdonaré todo el daño que le hizo a mi hijo. — dejo el álbum en el escritorio — Mingi es muy afortunado de encontrar a alguien como tú

— No, yo soy el afortunado

— Mi hijo es algo tonto en algunas ocasiones por favor siempre hablen antes de tomar decisiones — comentó.

— Un tonto muy atractivo...

[🐿️]

— Estoy muy cansado... Ya hay que dormir...

El cuerpo desnudo de Hongjoong fue tapado por una suave colcha calientita. El pelinegro depósito un pequeña beso en la frente del castaño y se fue a su armario para ponerse ropa interior

— Honggie — lo sacudió un poco.

— Otra ronda más no... — se quejó.

— Se que estás cansado. Pero te voy a dar un regalo — hizo que Hongjoong se sentará en la cama — Toma — le extendió la pequeña caja.

El castaño la agarro y después la abrió.

— ¿En verdad no eres un sugar daddy? — cuestionó con una sonrisa.

— ¿Por qué lo dices?

— Acabamos de hacer cositas y me estás dando un teléfono que recién acaba de salir.

— Es que el otro que me aventaste se estrelló y no te lo podía dar en ese estado, así que te compré otro — apuntó el teléfono — ¿No te gusta?

— Mejor ven aquí a dormir, necesito calor, hoy hace mucho frío — dijo tapándose con la cobija.

— ¿Vas a dormir desnudo? — cuestionó.

Hongjoong se levantó de la cama y recogió del suelo una camisa para tapar un poco su desnudes, camino al armario de Mingi, abrió el cajón donde tenía ropa interior suya, sí, suya. Mingi había comprado varía ropa para que Hongjoong tuviera que ponerse cuando visitará o se quedará en su departamento.

Se puso la ropa interior y después una pijama. Luego se acostó nuevamente en la cama y jalo al pelinegro para que se acostara.

— Abrázame — ordenó.

Mingi abrazó al castaño mientras dejaba pequeños besos en el rostro del menor.

— Te amo mucho, ardillita.

— Yo también te amo, mucho.

— ¿Mañana me acompañas hacer compras? — cuestionó.

— ¿Qué clase de compras?

— Leche, cereal y todo eso... — respondió — y te compraré todo lo que quieras.

— ¿Un paquete de leche de fresa? — preguntó con una sonrisa.

— Te compraré dos.

Hongjoong soltó una risita y después beso los pectorales del pelinegro

— Soy un sugar daddy muy guapo ¿No? — bromeó.

— Muy guapo y tierno. — llevo sus mano a la parte baja de la espalda del pelinegro y le apretó un glúteo — Eso fue por el día que me apretaste mi pompi.

— Bien que te gusto o miento? — Mingi rio.

— Posiblemente...

— Ardillita goloso.

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