EXTRA I

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En una tranquila tarde en la Sala Común de Gryffindor, Hermione Granger, la brillante estudiante de primer año, se encontraba sumida en sus libros de hechizos y encantamientos. La tarea parecía interminable, y aunque amaba la magia y la sabiduría que Hogwarts le ofrecía, anhelaba un pequeño escape de la intensidad académica.

Decidió explorar los rincones menos transitados del castillo en busca de un momento de paz. En su búsqueda, se aventuró en un pasillo que rara vez visitaba y notó un resplandor colorido que emanaba de una pequeña sala lateral.

Al acercarse con curiosidad, descubrió a Pollux Black, el Slytherin de mirada aguda y astuta, completamente absorto en su tarea, sumergido en una actividad que parecía bastante inusual para alguien de su casa. Estaba sentado en el suelo, rodeado de crayones, lápices de colores y un libro para colorear muggle.

Hermione contuvo una risa al ver la imagen: Pollux, con sus mejillas regordetas y concentración evidente, pintando diligentemente dentro de las líneas trazadas en el libro para colorear. Alrededor de él, el suelo estaba salpicado de colores vibrantes y papel desgarrado. Hermione, no pudo contener una sonrisa ante la adorable imagen de Pollux sumido en su colorido mundo. Se quedó en silencio, observando cómo él daba vida a las imágenes de dragones, castillos y criaturas muggles con sus trazos cuidadosos. Sun embargo, el chico al escuchar un sonido, levantó la mirada y la encontró observándolo. Su expresión pasó de concentrada a un leve rubor en las mejillas. No estaba acostumbrado a ser descubierto en momentos de indulgencia no mágica.

"—Granger, esto no es lo que parece", dijo rápidamente, tratando de explicarse mientras intentaba esconder el libro y los crayones detrás de él. Tratando de mantener su imagen seria también a pesar de las manchas de colores en sus manos y su túnica

Hermione, con una ceja alzada y una sonrisa divertida, observó la escena ante ella. "—¿Pintando un libro para colorear muggle, Black? Eso es inesperado."

"—No es asunto tuyo, Granger. ¿Qué haces aquí?", respondió Pollux, su tono desafiante pero con un toque de vergüenza.

Hermione sonrió, apreciando la peculiaridad del momento. "—Solo estaba buscando un lugar tranquilo para estudiar. No esperaba encontrarte aquí, pintando libros muggles. ¿Te gusta colorear?"

Pollux bajó la mirada, ocultando ligeramente su rostro colorido tras su cabello oscuro. "—No es algo que deba gustarme. Simplemente... lo encontré interesante. ¿Qué tiene de malo?"

Hermione se acercó con curiosidad genuina, observando las páginas llenas de colores y los detalles meticulosos de las imágenes. "—No tiene nada de malo. Es solo que es... inesperado verte haciendo esto. ¿Cómo conseguiste un libro muggle aquí?"

Pollux, aunque algo reacio al principio, finalmente compartió la historia detrás de su curiosa elección de actividad. Resultó que había encontrado el libro mientras exploraba los rincones de la biblioteca y había decidido probar algo nuevo.

Pollux Black miró a Hermione Granger con seriedad. Sabía que lo que estaba haciendo, colorear un libro muggle, no encajaba con la imagen que muchos tenían de él en Hogwarts, especialmente entre los Slytherin.

"—Granger, no puedes decirle a nadie sobre esto. Entiendes, ¿verdad?", dijo, su tono revelando una mezcla de seriedad y ligera ansiedad.

Hermione lo miró, momentáneamente sorprendida por la solicitud de secreto. Sin embargo, comprendió la situación, sabiendo que las expectativas y estereotipos en Hogwarts a veces limitaban la libertad de expresión de los estudiantes.

"—Lo entiendo, Black. Tu secreto está a salvo conmigo. No voy a contarle a nadie sobre esto", respondió con sinceridad, prometiendo guardar el peculiar secreto de su compañero de clases.

"—Bien. No es asunto de nadie más. No quiero que la gente piense que un Slytherin está haciendo algo... inusual", explicó, eligiendo cuidadosamente sus palabras.

Hermione sonrió, reconociendo la lucha de Pollux por mantener su imagen y reputación en la casa de Slytherin. "—Entiendo. Todos tenemos nuestras cosas privadas. No te preocupes, tu secreto está seguro conmigo."



La tranquila biblioteca de Hogwarts ofrecía un escenario peculiar esa tarde. Pollux Black estaba sentado en una mesa, rodeado de libros y pergaminos, sumido en sus estudios. Onyx, su serpiente, yacía elegantemente enrollada cerca, observando con curiosidad los libros que Pollux hojeaba.

En ese momento, Hermione Granger se acercó, llevando consigo una expresión decidida y un gorrito de dinosaurio tejido en las manos.

"—Pollux, he estado pensando en algo", comenzó con una sonrisa traviesa. "—Este gorrito muggle es especial. ¿Sabes por qué?"

Pollux arqueó una ceja, apartando su atención de los pergaminos para mirar a Hermione con interés. "—¿Especial? ¿En qué sentido?"

Hermione le lanzó una mirada cómplice y se acercó a él, sosteniendo el gorrito frente a su rostro. "—Este gorrito tiene un encantamiento único. Puede leer la mente de las personas y revelar sus pensamientos más profundos."

Pollux, intrigado por la idea de algo tan peculiar, alzó una ceja con interés. "—¿De verdad? ¿Un gorrito de dinosaurio que puede leer la mente? ¿Cómo funciona?"

Hermione, sin perder la compostura, le explicó de manera convincente cómo el tejido especial estaba imbuido con magia que permitía la lectura de mentes. Onyx, la serpiente, levantó la cabeza, como si también estuviera interesada en las explicaciones de Hermione.

"—Así que, para activarlo, solo necesitas ponértelo y concentrarte en la persona cuyos pensamientos quieras conocer", concluyó, extendiéndole el gorrito con una sonrisa encantadora.

Pollux, emocionado ante la perspectiva de un gorrito mágico, aceptó el regalo con entusiasmo. Se colocó el gorrito con seriedad, ajustándolo para que quedara perfectamente en su cabeza.

"—¿De verdad crees que funcionará?" preguntó, mirandola con expectación.

Hermione asintió solemnemente. "—Por supuesto. Pero recuerda, la clave está en concentrarte. Pruébalo conmigo. ¿Qué estoy pensando en este momento?"

Pollux, jugando el juego inocentemente, frunció el ceño en concentración. Después de unos momentos, abrió los ojos con una expresión seria.

"—Estás pensando en... libros. Sí, definitivamente en libros."

Hermione soltó una risa, disfrutando de la inocencia de Pollux. "—¡Correcto! Vaya, eres muy bueno en esto. "

Pollux se sorprendió genuinamente. "—¿En serio? Esto es impresionante."

Hermione disfrutando de la pequeña broma. "—Oh, Pollux, en realidad es solo un gorrito tejido. No tiene poderes mágicos. Pero ¿no te ves adorable con él?" Onyx, la serpiente, emitió un suave siseo como si estuviera participando en la diversión

Pollux, aunque inicialmente había caído en la broma, no pudo evitar sonreír ante la inocencia de la situación. "—Granger, me has tomado desprevenido. Creí por un momento que realmente tenía algún tipo de magia." 


"El Principe Black"; Hermione GrangerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora