Capitulo 4

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Las horas habían pasado, sin suerte de haber conseguido un trabajo, los hermanos se dirigieron al mismo bar de la otra vez que en estos momentos era su única opción de ganar dinero. Estuvieron ahí parados un rato, lo cual no fue mucho pues a los pocos minutos de estar ahí un hombre se les acercó, no se parecia en nada al de la otra vez, tenia pinta de que podría ser su abuelo, exagerando un poco, a los ojos de Bill no era mas que un degenerado buscando satisfacer sus necesidades con alguien menor, como lo era Bill.

[•]

Degenerado. Eso era el señor que venía en nuestra dirección, sin pensarlo dos veces le di una mirada a Tom para que se pusiera detras de mi, no correria el riesgo de que ese tipo le hiciera algo.

Cuando el mayor llegó hasta nosotros me empezó a coquetear a lo que yo le seguí el juego, fingiendo interés en él, luego de unos minutos nos llevó en su auto a un hotel, al llegar a la habitación repetí la acción de la otra vez con Tom, dejandolo en el baño con mis audífonos y un peluche, está vez no lo dejaría ahí toda la noche, no me quedaría dormido.

(...)

– Eres muy lindo, corazón– Acariciaba mis mejillas con sus asquerosas manos bajando hacia mi abdomen, dónde empezó a despojarme de mi ropa quedando en boxer.

– Tienes un cuerpo perfecto– Asco, dejaba besos por todo mi cuerpo, dejando rastros de su saliva haciéndome sentir más sucio de lo que ya estaba.

Sin perder más tiempo, empezó a lubricar mi entrada para después meter su miembro en mi, (dolor, asco, sucio, náuseas) era lo que sentia en ese momento, no dejaba de tocarme o besarme, haciéndome sentir como la mierda, jamas pensé estar en esta situación.

Ponía todo mi esfuerzo en aparentar que la estaba pasando bien al ser follado por este tipo, era lo que tenía que hacer si quería una buena paga de su parte.

Estaba cansado, tenía un dolor inmenso en la parte baja, habían pasado como treinta minutos y el seguía y seguía, parecía una bestia sin intenciones de parar por un buen rato. Suplicaba que se detuviera, sentía que me había desgarrado por su brusquedad, pero poco era lo que le importaban mis suplicas, seguía tocandome con sus sucias manos de cerdo, todo su sudor y su saliva estaba en mi, eso solo me hacía más sucio, mas repugnante ante mis ojos.

– ¡P-pare, se lo suplico! ¡Mgh!

– Oh cariño... Eres tan exquisito– Asqueroso.

– ¡Ahh! ... D-duele demasiado...– ¿Cuando terminara? Quiero que deje de doler.

Acelero sus movimientos, besaba la boca del menor haciendo difícil que este pudiera respirar correctamente. A los segundos el mayor terminó en el, dejando rastros de su semen, rastros de un acto asqueroso que jamás saldrá de la cabeza de Bill.

Sin más que decir, el mayor se vistió, dejando en la mesa de noche una buena cantidad de dinero, para después abandonar la habitación, sin perder más tiempo Bill se limpio y fue hacia el baño, dónde yacía su pequeño hermano durmiendo tranquilamente, abrazando su peluche, Bill lo llevo en brazos hacía un pequeño sillón que estaba ahí, no dejaría que su hermano estuviera en esa sucia cama, sentía que su inocencia se iria y era lo que menos quería, la inocencia de Tom no podia ser destrozada mucho menos por los actos de Bill.

Con Tom en brazos, Bill cayó rendido por el cansancio, cayendo en un gran sueño.

(...)

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Perdóname pequeñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora