Prologo

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Unos ojos marrones observaban el cielo con nostalgia, el alba dejar atrás a la noche estrellada para darle la bienvenida al nuevo día, Lucerys suspiro, se supone que el joven debería estar en camino a Bastión de las Tormentas pero no podía aún tenía un mal presentimiento alojado en su pecho como si algo muy malo fuese a pasar.

Sus manos temblaban y no por el frío, sus nervios estaban al límite así que tomó la decisión de tranquilizarse antes de volar en ese estado. Tomó un libro y salió del castillo a un lugar tranquilo cerca del mar, allí se sentó a leerle a Arrax quien dormía plácido al escuchar a su compañero.

Intentó retomar la lectura, pero no podía, su mente era un lío tratando de darle sentido a todo lo que está pasando, la traición descarada del lord mano y la reina al coronar a su tío Aegon pasando sobre los deseos de su abuelo rey, desde el incidente del ojo Alicent y Aemond mostraron la verdadera cara, eso decía Daemon y ahora le daba la razón, no entendía cómo su madre y ellos fueron tan ciegos ante su familia.

Se supone que debería estar preparado para todo, incluido pelear otra vez contra Aemond, quería ser valiente como Jace y cruel como Daemon, pero no podía imaginarse tener otra daga en su mano apuntando otra vez contra su tío.

De repente el joven dragón levantó la cabeza hacia el cielo, un gruñido feroz sorprendió a Lucerys, siguió la mirada de Arrax hacia el horizonte. Fue reconocida al instante la silueta de la majestuosa Vhagar con el sol a su espalda, pensó que iba camino al castillo pero se giró hacia su dirección, con rapidez se levantó preparándose para cualquier ataque. Arrax a su lado se colocó en posición de ataque al sentir la inquietud de su jinete por el vínculo.

—¿Por qué está aquí?—susurró esa pregunta al viento marino esperando una respuesta.

Sus ojos observaron alrededor con atención esperando ver barcos y Sunfire junto a Vhagar en un ataque directo hacia su madre, pero solo era la gran dragona aterrizando a unos metros de la blanca playa.

El cuerno sonó, avisando a la reina y su consorte la llegada inesperada y poco grata de un nuevo visitante.

La tensión iba subiendo, Lucerys no sabía que hacer ¿Sería lo suficiente rápido para subir a Arrax y volar hacia el castillo? Ya era tarde, su tío bajó del dragón.

Era tarde para llamar a los guardias de que estaban siendo atacados, su miedo lo paralizó a tal punto que le dio la ventaja al enemigo, o eso pensaba.

Aemond camino a paso lento, su mano estaba firme en su abdomen evitando perder más sangre, estaba agotado y ya no importaba, así que caminó directo a tal vez la única persona que quería ver, tan desesperado está de volver a ver a la misma persona que lo mutiló años atrás.

El corazón de Lucerys se rompió, ver a su tío acercarse herido, con el pelo blanco manchado de sangre, uno de sus pómulos morado tras un golpe, hubo una sola vez que vio a su tío así, recuerdos dolorosos de lo que pasó hace años inundaron su mente otra vez.

Tambaleante el príncipe segundo se paró enfrente de su sobrino, tragó saliva antes de hablar pero la boca le sabía a metálico.

—No sabía a dónde más ir...— explicó el pelilargo antes de desvanecerse.

Por primera vez los reflejos de Lucerys son rápidos y atrapa en un fuerte abrazo a su tío inconsciente.

Si Lucerys fuera como su padrastro terminaría el trabajo ¿Su hermano que hubiese hecho? Probablemente volaría hacia el castillo para dar la alarma de la llegada de Vhagar ¿Su madre qué haría? Tantas preguntas, Lucerys dirigió sus ojos a los dragones que lo miraban con atención, le sorprendió la dragona muy herida, su dragón Arrax se acercó a Vhagar acariciando con su cabeza la mejilla de la dragona que se esforzaba por respirar.

Volvió su atención a su tío, sus manos se sienten resbalosas por la sangre del mayor, sabía que se iba a arrepentir de esto, Daemon decía que tenía que tener corazón de piedra, pero no podía con Aemond, no podía dejarlo morir no después de todo el daño que le hizo, la culpa de lo que pasó seguía pesando en su amable corazón.

Con una orden colocó a Aemond en el lomo de Arrax.

—Quédate aquí Vhagar— pidió a la dragona, esta lo miró un momento antes de echarse en la tierra.

Volvió a respirar, esperaba que la dragona fuera como su dueño y gruñera ante cualquier palabra suya, los dioses estaban con él, ya que esta se quedó quieta.

—Vamos Arrax— dijo el rizado antes de darle una última mirada a Vhagar, quien los vio con tranquilidad.

Lucerys camino al lado de su dragón, cuidando que Aemond no se deslice del lomo hacia la tierra, no volaron, pero corrieron hacia el castillo.

Al llegar, los guardias los estaban esperando junto a sus padres y su hermano Jacaerys, Lucerys vio con horror a Daemon y su madre, sus ojos fueron al príncipe segundo inconsciente en el lomo de Arrax, inmediatamente el príncipe rebelde desenvaino Hermana Oscura y se acercó con una única intención.

—¡NO! ¡DETENTE!—gritó Luke, se interpuso en el camino de su padrastro.

—Luke apártate—le ordenaron ambos padres, pero el rizado seguía impidiendo el paso al mayor.

Arrax gruño en un aviso llamando la atención del príncipe canalla.

—Necesita un maestre.

—Luke, es un traidor, él merece—

—Sé lo que es, pero está muy herido, al igual que Vhagar.

—¿Qué? ¿Quién atacaría a Aemond y Vhagar?— preguntó Rhaenyra sorprendida, conoce muy bien la historia de Vhagar como máquina de guerra a manos de Visenya, qué dragón tan grande fue capaz de herirlos era la pregunta que rondaba en la mente de la nueva reina.

—No sé—respondió el príncipe acercándose a Arrax para tomar su tío entre sus brazos.

Daemon tomó la oportunidad de distracción para acercarse con Hermana Oscura sobre la cabeza de Aemond, un pelo rizado paso por su visión, Lucerys se lanzó sobre el cuerpo de su tío protegiéndolo del ataque.

—¡No!—gritó la reina deteniendo a su esposo.

—Rhaenyra.

–—No Daemon, no derramaremos la primera sangre—determinó con una mirada seria hacia su esposo— llamen al maestre— ordenó sin inmutarse a la mirada molesta del rubio.

Los guardias se acercaron, Erryk tomó al príncipe Aemond en sus brazos para llevarlo lo más rápido posible.

Antes de seguir al caballero, Lucerys miró a sus padres y a su dragón al lado de ellos, la montura de Arrax estaba manchada con sangre. Lucerys se estremeció, en una plegaria silenciosa rogó que aun este a tiempo de salvar a su tío de ser llevado con el extraño. 

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N/A:

¡¡¡¡Hola a todos!!! 

Hace mucho tiempo que no escribía, prácticamente abandone la escritura y los fanfics hace mucho tiempo por muchos motivos la verdad, ahora regreso con este nuevo fanfic de mi nuevo ship fav: Lucemond. Admito que es una historia vieja, subí este prologo el año pasado por AO3, pero todos los demás capítulos que vienen son nuevos.

Déjenme saber en los cometarios si les gusta el fanfic.

Que tengan una linda semana.

AnithaSakura.

AnithaSakura

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Dragones y Tormentas- Lucemond.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora