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Sowon ᡣ𐭩 Afterglow

Cuando la chica fue trasladada a su clase en segundo año de preparatoria, Joshua no se imaginaba que comenzarían sus dolores de cabeza con tan sólo la mención de ese nombre.

Una joven de cabellos castaños que le llegaban casi a la cintura, de mirada brillante y perspicaz, porte elegante, todos en su aula quedaron embelesados por la belleza de la recién llegada quien parecía una modelo, Sowon se presentó con voz tímida y melodiosa. Ella era la chica que todas las madres querrían al lado de sus hijos con tan sólo verla. La joven fue ubicada justo en frente del puesto que compartía con Jeonghan, su mejor amigo quien por ese tiempo lucía orgullosamente su cabellera larga teñida de color castaño rojizo a nivel de los hombros.

Todo había sucedido en un parpadeo, demasiado rápido para su joven corazón; y sus distraídos ojos similares a los de un ciervo no creían ver a Jeonghan despierto durante todas las lecciones, Joshua creía estar soñando, Yoon Jeonghan sin dormir en algún turno era algo que no se veía todos los días, ni tampoco el observar como a su exclusivo círculo conformado por el de angelicales facciones y él se integraba la nueva alumna de su clase.

Sowon era una chica que al entrar en confianza mostraba la parte alocada de su personalidad, era amable y atenta, era simplemente perfecta en casi todos los sentidos, era perfecta para su mejor amigo, y en el fondo él podía asegurar con certeza que serían una pareja arrasadora.

Fue cuestión de un par de salidas, para que Sowon se convirtiera en la primera novia de Jeonghan, pero ¿Por qué era a él a quien le tomaban la mano secretamente durante cada clase?

Podía ver en los perezosos de Jeonghan una silenciosa disculpa cuando olvidaba sus planes por una cita con Sowon.

Joshua no podía culparle, no podía culpar a nadie por el error de querer romper lo que amaba. No quería luchar contra sus sentimientos ya que sería como boxear sin guantes.

Todo estaba en su cabeza, debía apoyar a su mejor amigo, debía ser fuerte por él y olvidar ese tonto enamoramiento que pasaría como una estrella fugaz.

El americano no necesitaba una disculpa o alguna señal de Jeonghan para entender que este deseaba un momento a solas con su novia. Las reuniones de trabajos en equipo pasaron a ser fríos mensajes. Quería proteger su corazón pero a la vez no quería dejar ir a Yoon, actuando como una sirena que lloraba, el mismo aprendió a excusarse en el almuerzo, a sentarse en primera fila, donde a Jeonghan le sería imposible tomar su mano, a correr a la hora de la salida, a esconderse en la biblioteca, aprendió muchas cosas con tal de no dejar ir su amor por el mayor, aunque deseaba que este desapareciera, sin importar que una pequeña parte quería luchar por ese inocente amor.

Sus disculpas se volvían cada vez menos razonables y Jeonghan supo que Joshua lo estaba evitando, entre lágrimas Joshua se disculpó volviendo a mentir, enterándose de que la mentira era tan adictiva como su amor prohibido.

──Disculpa si te herí.── No quería hacerle eso, no quería perder aquella conexión que poseían ambos. ──Quería darles espacio.── Volvió a mentir, quería evitarlos, no soportaba ver como ahora era Sowon quien sujetaba la mano de su mejor amigo. Era él, Hong Jisoo quien estaba quemando todo lo que tenían hasta las cenizas.

Jeonghan sonrió engañado por la mentira, envolviendo al menor entre sus brazos, a pesar de ambos haberse castigado con el silencio.

Los almuerzos volvieron a ser un ritual de tres, un triángulo isósceles, donde dos lados sentían lo mismo y uno quedaba a la deriva, él quedaba en una esquina, quedaba siendo un mal tercio, deseando volver a encerrarse en su burbuja de mentiras.

Sowon fue presentada a los Yoons, quienes la quisieron como a una hija y bromeaban cuestionándole a Jeonghan como pudo encontrar una novia tan bonita, tan perfecta, todo lo que no era él.

Esa noche por primera vez lloró de amor mientras perdía la cabeza al observar su reflejo anhelando que Jeonghan le perdonara algún día si llegaba a romper su corazón como él hizo con él suyo.

Las primeras discusiones de la pareja llegaron. Jeonghan y Sowon no podían estar de acuerdo en lo mínimo.

¿Comida India?¿Comida china?
¿Salir? ¿Quedarse en casa?
¿Acción? ¿Comedia?

Toda conversación terminaba en un desacuerdo y Joshua parecía paloma mensajera llevando mensajes de uno a otro.

Después de esas tantas discusiones cuando el Sol se ocultaba tras el horizonte Jeonghan hallaba su refugio en la dulce voz de Jisoo tal como creía haber encontrado en la de Sowon.
Debía ser porque Joshua le conocía desde hace años, era eso.

Joshua era una constante, era alguien que siempre estaría a su lado y por eso el de felinos ojos se convertía cada noche en su confidente.

A través de un teléfono uno contaba sus males de amor, mientras que el otro los ocultaba.

La perfecta relación de Jeonghan y Sowon no duró más de un año, Sowon comenzó a exigir más atención pero eso solo generaba más discusiones; una simple demanda, quería citas de ellos dos, no de ellos junto a Jisoo. Le agradaba el mejor amigo de su novio, pero cuando sentía frío al regresar de una salida era Joshua quien tenía el abrigo de Jeonghan sobre sus hombros.

No quería culpar a ninguno de los tres, cuando se dio cuenta de una triste verdad Jeonghan amaba a Jisoo y ella le atraía, lo que aún no sabía el tipo de amor que profesaba el de angelicales facciones por su mejor amigo.