Es mejor tener poco con justicia, que ser rico y deshonesto (Proverbios 16:8)
En una prédica de Pastor Dante Gebel mencionaba que Dios no les permitía riqueza a algunos porque sabía que los perdería en cuanto les diese la riqueza. A lo que se refería Gebel es la importancia de saber diferenciar entre el final del camino y el crecimiento en el camino. Muchas veces pensamos en el final, en ser millonarios y tener más de lo que necesitamos. Como diría aquella canción de Bacilos titulada Mi Primer Millón dónde decía ya quiero salir de esta bicicleta, salir a rumbear sin pensar en la cuenta. ¿Cuántos de nosotros nos sentimos así? Cuántos de nosotros nos sentimos que si tuviéramos dinero en la cuenta probablemente dejaríamos de visitar a Dios y comenzaríamos a poner otros dioses en el altar.
Ya hemos hablado anteriormente sobre lo que les sucede a las personas que ganan la lotería. Muchos de ellos terminan muertos, endeudados, divorciados y tantos otros escenarios negativos. ¿Por qué? Porque no hubo preparación para la bendición. Es igual que darle de comer a un perro, que continuará comiendo y comiendo, aunque esté lleno si lo que se le da le gusta. Lo mismo sucede con nosotros, si se nos da riqueza buscaremos siempre la riqueza y no quien a quien nos da nuestra riqueza. Hace unos días hablamos de George Foreman y como él le decía a su familia que quien proveería sería él y no Dios. Curiosamente, Foreman estaría cercano a la muerte y se convertiría a Jesús. Se bautizaría y comenzaría a predicar. En un momento de su vida se entera que su inversionista ha hecho pésimas inversiones y que tiene que regresar a los cuadriláteros en el inicio de sus cuarenta años. Esto llevó a Foreman a bajar de peso, a esforzarse, a entrenar como si no hubiese mañana. Finalmente, Foreman se convirtió en la persona de mayor edad en ganar el título de pesos pesados.
Esta historia recuerda a lo que son dice en Proverbios 16:26: es bueno que los trabajadores tengan hambre, el estómago vacío los motiva a seguir su labor. En el Proverbio que acabamos de leer se entiende la importancia de seguir hambriento en la vida a pesar de tener todo rodeado de comodidades. Lo que sucede, usualmente, es que al momento de saborear las comodidades estas empiezan a suplantar la vida con Jesús y se convierte en una vida de egocentrismo. Es por ello que en este Proverbio se habla varias veces de las personas orgullosas. Esto se debe a que una persona orgullosa es aquella que se aleja de la justicia, que no es generoso porque cree que es mejor que los demás y de la cual brota envidia.
Se nos advierte de estas personalidades en Proverbios 16:19 dónde se nos dice que es mejor vivir humildemente con los pobres que compartir botín con los orgullosos. Dios nos dice que es la humildad es mejor que el orgullo. En Proverbios 16:5 también nos dice que el Señor detesta a los orgullosos. Ciertamente recibirán su castigo. Es aquí dónde nos ponemos a pensar por qué para Dios es tan importante el hablar sobre el orgullo y la invitación a apartarnos. Recordemos lo que nos decía del orgullo en el octavo Proverbio:
· El temor del Señor es aborrecer el mal. El orgullo, la arrogancia, el mal camino y la boca perversa, yo aborrezco (Proverbios 8:13)
Se nos coloca al mismo nivel a la persona orgullosa, a la persona arrogante y la persona perversa. Debemos tener cuidado de seguir en nuestro camino íntegro con Dios. No separarnos de él porque el orgullo, la arrogancia o la boca perversa siempre están muy cerca para hacernos tentar.
Preguntas para tu día:
- ¿Soy orgulloso?
- ¿Soy arrogante?
- ¿Soy feliz con lo que siento?
Reflexión
Medita sobre Mateo 7:21-22. Piensa en tu corazón y por qué pueden salir tantas cosas negativas de él. Piensa en cómo poder limpiar tu corazón para que Dios te acompañe en tu vida financiera.
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Lecciones financieras de los Proverbios
SpiritualLibro Financiero basado en los Proverbios de la Biblia