Capitulo 24

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Betty caminaba de un lado a otro dentro del baño de su habitación, pensaba que lo que iba a hacer para no tener que tener relaciones sexuales con Román porque ya no soportaba más y no quería que la tocara con sus sucias manos. Hasta que de repente se lo pongo una idea era algo descabellado pero como Román no tenía ni dos dedos de frente no se iba a dar cuenta y podría zafar por lo menos por una semana.
Cogió una tijera que había en el baño y se cortó un dedo de su mano izquierda, luego se bajó la ropa e impregnó su tanga con la sangre que salía de él. Luego limpió su mano y coloca un pequeño algodón en el dedo para que pueda coagular rápido la sangre y Román no notara que se había cortado.
Se saca la tanga y dentro del baño lo llama;
Betty:"Román, Román venga por favor"
Román:"Que quieres Berenice, que ya estoy en la camita esperándote para que lo pasemos bien rico"
Betty(haciéndose la angustiada):"Ay Román necesito que me traigas una tanga, lo siento es que me vino la menstruación. Me desperté con dolor de ovarios pero no me imaginé que me había venido y manché la tanga, por favor me podrías traer una de mi cajón"
Román:"Ay noooo, maldita menstruación yo que pensaba gozarme una noche estupenda al lado de mi mujercita. Pero qué remedio, ahí te llevo la tanga cuál quieres?" Le dijo desilusionado porque pensaba pasar una noche de sexo desenfrenado como siempre tenía con ella.
Betty:"Cualquiera está bien, solo necesito una tanga para poder cambiármela"
Román:"Ok te llevo cualquiera menos la roja porque esa es mortal para mí, te la veo puesta y te deseo más."
Betty:"Ok está bien, no hay problema. Por eso te dije que cualquiera estaba bien "
Román:"Bere y que te parece si lo hacemos por tú hermoso trasero que me vuelve loco y me dan ganas de poseerlo?"
Betty recuerda todo lo que le hizo Él junto a Miguel con tan solo escuchar esas palabras y empieza a descomponerse en el baño. Primero empieza a temblar para luego tener chuchos de frío e inmediatamente cambiar a tener mucho calor, sentía como que su cuerpo cambiaba la temperatura a cada instante y creía que si Román seguía hablando de esa manera se iba a desmayar.
Betty:"Sabes Román que yo no quiero saber nada con que metas tu cosita dentro de ese lugar, ya te lo he dicho a millones de veces que yo no soy como todas las tipas que has tenido. Además recién me vino la menstruación estoy con unos terribles dolores de ovarios y tú lo único que piensas es en el sexo y no te preocupas porque a mí me duele todo el cuerpo en especial los ovarios"
Román:"Está bien, yo solo decía tampoco es para tanto Berenice. No sé por qué las mujeres siempre hacen tanto barullo cuando nosotros los hombres exigimos lo que nos corresponde como tal"
Betty:"Ay que comentario tan machista, después de todo tanto bla bla bla bla y la tanga?"
Román (se acerca a la puerta del baño):"Toma aquí la tienes y la otra quieres que te la lleve al lavarropas?"
Betty(abre apenas la puerta con la tanga ensangrentada):"No te preocupes que la lavo aquí mismo, no te hagas problema "
Román (mira con asco la tanga):"Ok entonces te espero en la cama para poder dormir"
Betty:"Está bien, ya voy " cierra la puerta y se queda apoyada detrás de ésta. Suspira aliviada y de sus labios emerge una leve sonrisa porque pudo por fin lograr su cometido.
Luego de lavar la tanga que había manchado con su propia sangre de su dedo, Betty la cuelga en una percha y sale del baño. Pero antes de salir, para disimular, puso protector para menstruación en la tanga que le había dado Román y luego salió.
Se había colocado el pijama que siempre usaba cuando tenía el periodo, levantó las sábanas junto al edredón y se acostó en la cama.
Betty:"Hasta mañana"
Román:"Hasta mañana Berenice" le da un beso
Apagan las luces de sus respectivos veladores que se encontraban en sus mesitas de luz y se disponen a dormir. Ambos con diferentes sentimientos por un lado Beatriz esbozante de alegría por haber logrado su cometido y por otro lado Román furioso porque no pudo tener relaciones sexuales con Berenice y sintiendo un terrible dolor en su zona genital.

Mientras ocurría esa escena en el baño de la conversación entre Betty y Román, por su parte, Armando estaba como un tigre enjaulado. Caminaba de un lado a otro en su habitación y no sabía qué hacer para ayudar a Betty. Además estaba tan celoso que llevaba un punto que no le interesaba para nada la misión que tenía que hacer y quería ir a la habitación de ellos para sacarlo a Román a puñetazos y darle una paliza tan grande que nunca más se le va a ocurrir tocarle un pelo a ninguna otra mujer.
Pero sabía que eso no lo podía hacer porque peligraría la misión y era importante tener todas las pruebas necesarias para llevarlos a la justicia y que se pudran en la cárcel.
Pero no aguantaba más porque los celos lo que comían y eso para él era extraño porque nunca había sentido celos por nadie ni siquiera por Alicia su novia asesinada, pero con Betty estaba sintiendo cosas que jamás había vivido y por ende no sabía como actuar con ellas. De repente se lo jugué ir lentamente al pasillo y caminar sigilosamente hasta la puerta de la habitación de ellos para así poder escuchar si ese degenerado de Román le estaba haciendo algo a ella y aunque pusiera en riesgo su misión, él se metería para que no le tocaba ni un solo pelo a Betty.
Viendo que esa era la única posibilidad que tenía, entonces salió de su habitación y despacito, sin hacer el menor ruido como le he enseñado en las fuerzas especiales, voy caminando hacia la habitación de ellos.
Al llegar solo atina a escuchar lo último de la conversación de ellos, donde Román le decía a Betty que si ya que no quedaba el remedio porque ella tenía el período entonces debían dormirse. Cuando Armando escuchó eso regresó sobre sus pasos con una sonrisa en sus labios porque Román no había logrado su cometido, pero a la vez también se preguntaba cómo Betty había logrado que él le creyera que ella estaba menstruando.
Sonriendo llegó a su habitación, se sacó la ropa y solamente se quedó en bóxer. Se acostó en la cama y se tapó con el edredón, pero todavía no se podía dormir porque tenía la cabeza la intriga de saber cómo había logrado Betty que Román no la tocara.
Armando (para sí mismo pero en voz alta):"Ay mi amor, no sé como hiciste para convencerlo de que no te tocara y me hiciste el hombre más feliz del mundo. Pero esta incógnita no me la voy a quedar y mañana en el momento que pueda te voy a preguntar qué es lo que hiciste (mirando a la puerta luego dice) Hasta mañana mi vida, Hasta mañana mi amor" y cierra los ojos para dejarse llevar por los brazos de Morfeo.







Continuará

Muero por tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora