𝐔𝐍 𝐇𝐎𝐌𝐁𝐑𝐄 𝐀𝐋𝐀𝐃𝐎 ─ Gustavo Cerati.

.Capítulo 9 : Entre caníbales.

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Narra _____ :

Había estado la gran parte del día limpiando y ordenando la casa para dejarla como antes estaba, los chicos incluyendo a Daniela se fueron y no me ayudaron a ordenar, bueno, Luis se quedó un rato y se fué.

Me estaba dando una ducha, me sentía bastante cansada de ordenar y sólo quería comer algo y dormir. Salí de la ducha y me puse una toalla cubriendo mi cuerpo, salí del baño pero no esperaba una sorpresa como esta.

Estaba Gustavo en la puerta de mi habitación.

Lo ví y me asusté pensando que era otra persona, hasta dí un pequeño salto al verlo. Cuando observé bien quien era, suspire y lo miré.

─ ¡Gustavo!, ¡me asustaste! ¿Cómo es que entraste a la casa? ─ Pregunté confundida.

─ A.. ah... este.. abrí la puerta de la cocina y pasé. Cómo no te veía o escuchaba subí a ver si estabas. ─ Se quedó mirándome detenidamente.

─ Me hubieras llamado.. ─

─ Mucha ropa. ─ Dijo interrumpiendome, al escuchar eso no pude evitar sonrojarme, por un momento me había olvidado de que estaba en toalla.

─ Ah.. ─ No dije nada y rápidamente y busqué ropa en mi closet, me estaba avergonzando de que Gustavo me viera de esta forma.

Tomé una polera y un short cualquiera y volví al baño a vestirme.

Luego de eso, salí nuevamente de el baño, Gustavo estaba acostado en el borde de mi cama viendo el techo, aún seguía preguntándome para qué vino.

─ Bueno.. ¿qué necesitabas? ─

─ Oh, bueno, en realidad nada. Pero necesitaba verte. ─ Dijo sentándose para verme, volvió a verme detenidamente de pies a cabeza. No dijo nada al verme, pero noté como mordía su labio ligeramente.

─ Entiendo. Pues, ya me viste, ¿ya te vas? ─ La verdad no quería que se fuera, pero ya estaba bastabte cansada.

─ No me siento satisfecho así. ─ Él rió y se levantó de mi cama acercándose a mí. Puso mi cabello detrás de mi oreja, viéndome directamente a los ojos.

Verlo y sentirlo tan de cerca hacía que sintiera tantas cosas, me ponía nerviosa, sus ojos azules me hipnotizaban.

─ ¿Sabías que eres muy hermosa? ─ Dijo antes de tomar de mi cintura, apegandome más a él.

No sabía que decir, sentía que mis mejillas ardían y yo moría por besarlo.

─ B.. bueno.. obvio que lo sé. Tú también eres muy hermoso. ─ Traté de disimular mi nerviosismo, pero mi voz temblorosa me fallaba.

─ De verdad, sos tan hermosa.. ─ Susurró mientras se acercaba más a mí, ya no tenía más dudas, posicione mis brazos al rededor de su cuello y me puse de puntas para poder alcanzarlo. Él puso una mano en mi cuello y me acercó a él, juntando nuestros labios en un mojado beso, parecía hacerse cada vez más profundo e intenso.

Pude sentir su desesperación por más, sentía como bajaba sus manos lentamente, recorriendo las curvas de mi cuerpo tiernamente hasta llegar a mi trasero, el cual apretó con ganas, lo que me hizo soltar un leve jadeo durante el beso.

Nos separamos por la falta de aire y él me pegó a la pared, cómo amaba que hiciera eso y me mirara con esos ojos de deseo.

─ _____... te amo, mucho. Nos conocemos de hace poco, pero siento que te amo. ─ Dijo entre suspiros.

─ Gustavo.. yo.. ─ Apenas pude terminar cuando Gustavo me levantó, me pegó más a la pared, aún sentía como sus manos apretaban me apretaban con deseo.

Aferre mis piernas a sus caderas, juro haber sentido algo allí abajo cuando lo hice. Derrepente, volvió a besarme intensamente, ahora me llevó a la cama, ahí se puso sobre mí y comenzó a besar mi cuello, mordiendolo en ocasiones y dejando marcas. Fué subiendo sus manos hasta mi pecho, cuando se detuvo susurró a mi oído.

─ ¿Puedo? ─ Preguntó, a lo que yo respondí con una respiración agitada, apenas podía respirar entre los besos.

─ Pero.. Gustavo, tu novia... ─

─ No te preocupes por eso nena, ¿puedo? ─ Volvió a preguntar, esta vez suspire y respondí que sí.

Pude escuchar una leve risa de él, siguió besando y mordisqueando mi cuello, ahora estaba subiendo lentamente mi polera, dejando al descubierto gran parte de mi torso.

Gustavo bajó la mirada y se quedó viendo por unos segundos mis pechos, sé que tenía ganas. Pasó una mano por mi espalda hasta encontrar el broche de mi sostén, el cual lo desabrocho fácilmente, ahora sí dejando al descubierto mis pechos. Comenzó a besar todo mi cuerpo semidesnudo, lograba sacarme unos cuantos jadeos y gemidos cortados. Volvió a subir y comenzó a besarme nuevamente en los labios, ahora yo caí en la desespero y bajé mis manos hasta sus pantalones, los cuales desabroche y comencé a bajarlos, mientras los bajaba dí un leve apretón en su trasero, a lo cual él soltó una risa entre el beso.

─ Oye.. ─ Dijo entre risas.

Seguí bajando sus pantalones, él mismo se los terminó por sacar. Metí mi mano por dentro de el bóxer de Gustavo, comencé a acariciar lentamente su miembro, él soltó un gemido ahogado, nunca esperé escucharlo gemir de esta manera en algún momento.

─ _____, n.. no aguanto más. ─ Dijo entre jadeos y se posicionó entre mis piernas, bajó mis short junto con mi ropa interior. Se acercó más a mí pero antes de todo, se colocó un preservativo.

Yo estaba nerviosa, a mis 21 años seguía siendo virgen, o al menos hasta ahora.

─ Trataré de ser gentil, pero no te prometo nada, nena. ─ Dijo antes de introducirse en mí, y.. Dios, juro haber visto el cielo por unos segundos.

Gustavo subió mis piernas y las colocó por encima de sus hombros, poco a poco aumentaba la velocidad de sus embestidas. Derrepente, se acercó a mi oído y susurró agitado.

─ Una eternidad esperé este instante.. ─ Dijo entre jadeos mientras que besaba mi cuello.

Apesar de que estaba siendo brusco, no era que sólo estabamos teniendo sexo, estabamos haciendo el amor. Gustavo recorría firmemente partes de mi cuerpo, mis curvas, todo. Se sentía como si las estuviera admirando y analizando, se sentía lindo.

Me aferre a él y pasé mis manos por su espalda, la rasguñaba en algunos momentos, era tan bueno. ¿Era algo bruto pero a la vez delicado?... no sé como explicarlo. Acariciaba y besaba todo mi cuerpo tiernamente, lo amaba. Pero bueno, ahora no me sirven las palabras, gemir es mejor.

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