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A1C6- Los idiotas que capturaron su corazón

J City Private High School es una de las mejores escuelas secundarias de élite del país. Los distintos edificios de la escuela ocupan una gran superficie con hermosa vegetación y un ambiente elegante. Incluso los baños estaban decorados en blanco y negro, limpios y sencillos.

El timbre del final de la clase no había sonado y el sonido de los profesores dando conferencias aún se podía escuchar débilmente desde varias aulas. El baño estaba inusualmente silencioso, con solo una puerta cerrada y se podía escuchar el crujido de la ropa desde el interior.

Tang Tang se sentó en el asiento del inodoro, secándose las lágrimas y sollozando mientras se quitaba los pantalones.

El rostro del chico bonito estaba lleno de marcas de lágrimas y su nariz y sus ojos estaban rojos de tanto llorar. Su frágil cuerpo todavía estaba convulsionando, lo que le hacía parecer realmente lamentable.

Sus dos delgadas piernas quedaron expuestas en el aire, y Tang Tang, con ojos rojos, pellizcó el borde de su ropa interior de algodón blanco con dos dedos.

Mirando de cerca su ropa interior, hizo un puchero y las lágrimas que acababan de detenerse instantáneamente volvieron a caer.

El olor a desinfectante en el aire se mezcló gradualmente con una dulzura desconocida. La ropa interior de algodón blanca todavía estaba seca en el frente, pero la parte que cubría su trasero estaba empapada de jugos lascivos que goteaban.

"Wu... I-idiotas".

El principito mantuvo la evidencia de su lascivia, sintiéndose a la vez avergonzado y agraviado, y siguió secándose las lágrimas con el dorso de la mano.

Justo cuando estaba maldiciendo y sollozando, la puerta del cubículo fue golpeada dos veces con un "golpe".

Tang Tang retrocedió como un gato asustado y preguntó con cautela en voz baja: "¿Quién es?"

Hubo silencio afuera de la puerta durante unos segundos, y luego se escuchó la fría voz de Jiang Che.

"Abre la puerta."

Al reconocer que era uno de los grandes idiotas, Tang Tang se burló y murmuró para sí mismo.

Hmph, no va a abrir la puerta.

Ya esperaba que el niño no lo escuchara obedientemente. Inmediatamente después, la voz de Jiang Che llegó desde afuera de la puerta, levemente teñida con un toque de tentación: "Te compré ropa interior nueva. Abre la puerta, no te follaré".

Tang Tang no lo sintió antes, pero ahora que Jiang Che lo mencionó, de repente sintió un escalofrío debajo. Miró la ropa interior que tenía en la mano, todavía goteando jugos, luego desvió la mirada hacia la parte inferior de su cuerpo desnudo y tierno. Después de luchar consigo mismo por un tiempo, todavía no se atrevía a faltar a clases sin nada puesto. Vacilante, extendió la mano y abrió la puerta.

Jiang Che estaba perezosamente afuera de la puerta, sosteniendo un paquete. Cuando se abrió la puerta, miró hacia arriba y sus ojos oscuros y sombríos estaban tan fríos como un estanque helado. Sin embargo, su mirada fría se desplazó hacia abajo, cayendo sobre la tierna y desnuda parte inferior del cuerpo de Tang Tang, provocando ondas en la piscina helada.

Tang Tang se quemó por su mirada y rápidamente echó las piernas hacia atrás. Respiró hondo y levantó la barbilla, usando una voz suave y tímida para actuar con dureza: "Dame... dame eso y podrás salir".

En ese momento, el rostro del pequeño se llenó de disgusto. Así como un emperador de la antigua China les decía a sus concubinas: "Por favor, vete, realmente no quiero verte ahora".