—Eren.
El castaño se paró en seco y volteó a mirarme.
—¿Qué pasa?
—Tú crees que... –Desvié la mirada, sintiéndome totalmente patético– Olvídalo.
Eren frunció el ceño y se posicionó al lado de la puerta de copiloto.
Lo miré, desconcertado.
—¿Qué haces? ¿Y tu auto?
—Vine en taxi. –Abrió la puerta y se sentó–
—No soy tu chófer. –Gruñí, sentándome también y abrochándome el cinturón–
—Sí lo eres. ¿Qué querías preguntar antes?
Pensé en las palabras de Marina y respiré profundo. Detestaba esta sensación.
—Tú crees que... –Empecé a decir, Eren me miraba curioso– ¿No valgo la pena?
El castaño se quedó atónito por unos segundos y después me desvió la mirada, procesando mi pregunta.
—¿Valer la pena cómo?
—No lo sé, no te preguntaría de saberlo. –Resoplé y encendí la camioneta– olvídalo, es algo que no tiene mucho sentido tampoco.
—Pero espera, ¿Te refieres a valer la pena cómo persona? ¿Algo así?
—Eso creo... Cómo hombre.
Eren miró hacia el frente, confundido.
—¿Me puedes dar más contexto de tu pregunta?
—Olvídalo, Eren. –Deslicé la palanca y miré el retrovisor– De verdad no es tan importante.
—Pues... Eres bueno con quién quieres ser bueno, y malo con quién quieres ser malo.
Mantuve el pie en el freno y lo miré.
—¿Esa respuesta debería sacarme de dudas?
Eren chasqueó la lengua y alzó los hombros.
—No conozco todas tus facetas... Pero eres un buen colega y un buen amigo, estás allí cuando te necesitan y te gusta hacer el bien. Tienes sentimientos pero... Bueno.
—¿Pero? –Repetí, animándolo a continuar–
—Bueno, no son muy visibles.
—¿No valgo la pena por no llorar frente a las personas? ¿Por no reír a carcajadas?
—¡No, no! –Eren movió las manos rápidamente– A lo que voy es que, una persona tiene que conocerte bastante bien para darse cuenta de que vales la pena... A simple vista no lo notarían porque... –Lo miré y él me miró un poco asustado de lo que diría a continuación– porque tu primera impresión es... fría, como el hielo.
—¿Hielo?
Eren se quedó pensativo.
—Bueno, más bien como un hielo bastante afilado e imponente, un iceberg.
—¿Qué?
—Como un gato, también.
—¿Un gato?
—Es que eres muy... arisco y... –Bajó un poco su voz– amargado.
Parpadeé atónito.
Iba a decir algo, pero Eren se me adelantó.
—¿Podemos cambiar de conversación? –Eren me desvió la mirada, ahora enfocándola en su ventana– Presiento que esto no terminará bien.
Tomé aire y empecé a conducir.
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Miénteme y quiéreme (+18) | Levi Ackerman.
Fanfiction¿Te arriesgarías a salir en una cita con un hombre con el que sólo has hablado por mensajes, no has visto su rostro ni escuchado su voz, pero con el que has mantenido las conversaciones más interesantes de toda tu vida? Marina sabía que se estaba a...