Anti-Hero

Secreto y Umbridge⁷

La profesora Umbridge estaba en cada clase a la que iban , supervisando a los maestros era bastante estresante; en clase con la profesora Sybill Trelawney le pidió una profecía

–Vamos es una simple profecía, um qué pena– habló cuando la profesora no recitó nada

–¡No!– pidió abriendo los ojos– espere, espere creo que ya veo algo– tomó una gran bocanada de aire– si veo algo, algo oscuro usted está en un gran, gran peligro– la señaló

–Umj que bien– respondió Umbridge anotando algo para después salir de la clase de adivinación

–¡cómo me estresa esa señora!– se quejó la de ojos azules con Ron y Harry

–Deberías de no mostrar tanto tu odio hacia ella–  soltó Ron

–Concuerdo con él, podría castigarte como lo hizo con nosotros la última vez– pidió

–Trataré– les sonrío a ambos, ella no lo haría

Horas después todos los alumnos se amontonaban en el patio, Eyra y Luna que venían llegando pues habían ido a ver a los Thestrals se acercaron hacia el trío de oro a ver que sucedía

–Es es que esto– estaba sorprendida cuando Flich le dejó una maleta– Llevó 16 años dando clases y viviendo aquí– se acercó a Dolores la cual llegaba muy feliz– Hogwarts es mi hogar ¡por favor no puede hacerlo!– pidió empezando mientras lloraba un poco

–De hecho ya lo hice– le mostró una hoja mientras sonreía

La profesora Minerva McGonagall se acercó a consolar a la profesora dé adivinación

–¿Quieres decir algo querida?– dijo Umbridge con una sonrisa

–Hay demasiadas cosas que querría decirle– volteó hacia Sybill– tranquila

Las puertas se abrieron y dejaron ver al profesor Dumbledore que se dirigía hacías las tres mujeres con notoria molestia

–Profesora McGonagall– pidió apenas llego– puedo pedirle que escolte a Sybill de vuelta al castillo

Lo hizo mientras la mujer agradecía tantas veces como le era posible

–Dumbledore le recuerdo que según los estatutos del decreto educacional 23 dictado por el ministro– exclamó la de rosa siendo interrumpida por el mayor

–Tiene derecho a despedir a mis maestros, lo que no tiene es la autoridad para destrralos de aquí, este poder sigue siendo del director–

–Por ahora– sonrío

–¿Ya dije que odio a esa perra?– se dirigió a Luna– porque si no lo hice quiero que sepan que odio a esa perra

–¡Ahora vayan a sus salones!– pidió Albus

–¡Profesor Dumbledore espere!– pidió Harry siendo seguido por Eyra este lo ignoro pero antes de irse por completo habló

–Señorita Mikaelson venga a mi oficina– se alejó rápidamente

–Desapareció– volteó hacia la rubia

–Solo se fue rápido, nos vemos Harry– se despidió rápidamente para dirigirse a la oficina de Dumbledore

Al llegar a la oficina la chica tocó

–Pasa– escuchó así que entró

–¿Para qué me necesitas?– se acercó a el escritorio para tomar asiento

–Escuché los rumores sobre un vampiro en Ilevermorny– la rubia trató de no mostrar nerviosismo ante eso

–Si yo también escuché sobre él–