8. (Bitter)Sweet Surprise.🍰

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La batería que alimentaba la tarjeta musical navideña se había agotado y ya no se escuchaba ningún villancico cuando Yoongi despertó por la mañana

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La batería que alimentaba la tarjeta musical navideña se había agotado y ya no se escuchaba ningún villancico cuando Yoongi despertó por la mañana. Un dolor punzante le taladraba las sienes y la parte posterior de la cabeza. Seguía tirado en el suelo, pero al menos tenía una almohada bajo la cabeza y estaba tapado con una manta... Esos detalles debían de ser obra de Hoseok.

¿Pero qué mierda había pasado anoche? Recordaba haber llegado con Hoseok a un bar y poco más. Y hablando del susodicho... ¿dónde estaría ahora? La pregunta se respondió sola, pues un delicioso aroma a café recién hecho penetró en las fosas nasales de Yoongi.

Un poco desorientado, y con la espalda hecha polvo tras pasar horas durmiendo en el suelo, Yoon se enrolló la sábana a la cintura y se dirigió a la cocina de su apartamento. En el interior de su pálido pecho, el corazón de Yoon se alteró y palpitó con la misma intensidad que su cabeza resentida por la resaca cuando, al asomarse a la puerta, vio a Hoseok preparando café.

Al parecer el castaño se había dado una ducha, pues su cabello estaba húmedo y vestía un bóxer negro de Yoongi junto con una camisa del mayor también, la cual le quedaba un poco ancha pero aun así no llegaba a cubrirle ni la mitad de los muslos. Yoon sintió cómo subía la temperatura de su cuerpo al ver las largas y tonificadas piernas de Hoseok, que emergían desvergonzadamente desnudas de debajo de su camisa blanca.

— Oh, estás despierto — Seok sonrió. Lucía somnoliento al igual que Yoongi, pero incluso así era tan guapo que Yoon tenía que hacer un sobreesfuerzo para poder quitarle los ojos de encima —. ¿Café?

— Ugh, quizás luego — musitó el mayor —. Ahora necesito algo para el dolor, siento que la cabeza me va a estallar.

El azabache se alegró de ver la caja de analgésicos en la encimera y se apresuró a tomar uno, cosa que Seok ya había hecho para combatir la resaca. Entretanto, su atractivo invitado, que se desenvolvía por la cocina como si estuviera en su propia casa, preparó un par de tostadas con mantequilla y le sirvió un café a Yoongi.

— Te he cogido ropa prestada hyung, espero que no te importe.

— Quédatela — repuso sin interés —, te la regalo, tengo de sobra — concluyó. Pese a que se empeñaba en demostrar indiferencia, lo cierto era que le gustaba ver a Hoseok llevando su camisa, y para qué mentir; encontraba muy excitante el hecho de que su ropa interior ahora estuviera cubriendo la entrepierna y el lindo trasero de Seok.

Hoseok se quedó de pie al lado de la encimera, desayunando una tostada, mientras que el otro le dio un pequeño sorbo al café caliente y luego se dirigió al dormitorio a por ropa limpia. Debía darse una ducha rápida antes de salir, puesto que ya eran las once y cuarto, y a las doce tenían cita en la pastelería para probar tartas nupciales.

El teléfono de Yoongi mostraba en pantalla varios iconos: las llamadas perdidas de sus padres y hermano mayor, los mensajes sin leer de sus amigos y compañeros del trabajo, los recordatorios de que tenía reuniones a las que, por cierto, no podía asistir... Mierda, desde la despedida de soltero parecía haberse desconectado y desligado de todo. ¿Y sólo habían pasado un par de días? Parecía media eternidad.

HANGOVER! [YoonSeok]🎲Donde viven las historias. Descúbrelo ahora