HANGOVER! [YoonSeok]🎲

10. Hot (Mis)Take.🎁

Aviso: Este capítulo contiene una escena algo subida de tono 🔞.

Por favor, si esto no te gusta, NO lo leas. Gracias.

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Otra jornada más, la mañana gris se fundió imperceptiblemente con la noche temprana que caracterizaba los inviernos, y antes de que nadie pudiera darse cuenta, el cielo ya estaba oscuro y las calles vestidas de luces navideñas y nieve que reflejaba los deslumbrantes adornos de Navidad.

Los pequeños ojos de Yoongi observaban distraídamente los gruesos copos de nieve que caían afuera, tan despreocupados y atemporales, ajenos a la vida caótica que existía bajo las nubes.
Su casa estaba hundida en la oscuridad, pues no se había levantado del sofá en toda la tarde, ni siquiera para encender la luz cuando anocheció. El tiempo había transcurrido con una lentitud dolorosa; horas y horas pensando en Hoseok, en qué debía hacer ahora, en cómo reaccionaría su familia cuando supiera lo de su enlace con el joven Jung.

La conversación pendiente que Yoongi tenía con su padre no podía posponerse ni un minuto más, él lo tenía claro. Era mejor que el hombre se enterara cuanto antes de la verdad, porque cuanto más retrasara el momento de decírselo, mayor sería el disgusto ya que aquella situación era como una enorme bola rodando cuesta abajo, haciéndose cada vez más grande y capaz de arrasar con todo a su paso.

El icono verde que daría inicio a la llamada esperaba a que Yoongi lo pulsara, mas un sonido estridente que atravesó todo el apartamento le hizo brincar del sofá y olvidar el teléfono: el timbre. El azabache se acercó a la puerta para ver quién era, quizás sus amigos, su hermano, o tal vez la policía, que venía a recordarle que habían hecho un trato con el comisario Oh y sin embargo todavía no tenían noticias del fiestero problemático. Podía ser cualquiera... excepto él.

Echó un vistazo antes de abrir y la imagen que vio en la pantalla del interfono le reveló que sus suposiciones eran erróneas. Quien estaba al otro lado de la puerta era precisamente...

— Soy yo — la inconfundible voz de Jung Hoseok —. Necesito hablar contigo.

— Lárgate — gruñó el mayor —, no estoy de humor para ver a nadie y a ti al que menos.

— Pero tengo algo importante que decirte... Por favor, Yoongi, esto es serio.

Decir que no quería ver a Hoseok era la mentira más grande que había dicho en mucho tiempo. Se moría de ganas por verle, a pesar de todo lo que había pasado, pero tenía que mantener la compostura y mostrarse firme.

En cuanto el azabache abrió la puerta, su ceño se frunció en señal de extrañeza al ver a Hoseok agitado, tan serio como no le había visto hasta entonces, con la nariz y los mofletes sonrosados por el frío de la noche decembrina y la ropa algo mojada por la nieve. Traía una carpeta verde en la mano y Yoon tuvo la certeza de que dentro debía de estar el Acta Matrimonial. Claro, Hoseok ya habría firmado.