My dad is very cool - AU Jujutsu Kaisen

II

Pov. Megumi Fushiguro

Pasaron 3 dias desde que mi "papá" llegó de una forma inesperada larga irme con el a no se dónde, a decir verdad no era diferente el lugar a donde vivíamos tsumiki y yo, pero tenía más espacio que el teníamos.

No era de tan bonito, pero era mejor que aquella casa pequeña con fracturas.

El no suele estar mucho en casa, y los fines de semana solo lo veo por la mañana para después dejarnos e  la casa solos, aunque debo admitir que me da igual, me llena de curiosidad y inquietud lo que haga, además de los sucesos que e visto.

No le e querido decir a tsumiki, ni menos a toji, pero veo cosas que nadie puede ver, desde pequeños monstruos que estas por rincones hasta grandes que se esconden por la oscuridad.

Aunque al principio me aterraba eso, ya se me hizo esa costumbre del verlas y por lo tanto también de ese miedo de estar frente a una.

Aunque toji se a dado cuenta de que algo está mal conmigo, simplemente no le toma importancia e me ignora. Se  también que no es algo que le incumba pero...

Eso me frustra.

Me siento que no le importo y pienso que volvió por mi por la responsabilidad que tiene, y no porque de verdad se preocupara por mi.

Hoy me desperté por un ruido que provenía por la pequeña mesa donde comemos.

Sabía que era toji llegando de su trabajo,  luego venía a asegurarse que estuviéramos dormidos y finalmente se iba a dormir, eso ya era rutina.

Siempre me dio esa curiosidad que esta haciendo, así que con cuidado de que no me atrape fui a ver que era lo que hacía.

Me asomé por la pared y vi que el estaba manchado de sangre de dudosa precedencia, y vi a un pequeño monstruo como los que siempre veía, pero este tenía forma de gusano, con una expresión de un bebé.

Veía como toji metía cosas dentro de aquel monstruo, no entendía lo que estaba viendo.

Me intenté ir lo más silencioso posible, para no ser descubierto pero al parecer un sirvió de nada, ya que toji me habló desde ese lugar.

— Megumi, ¿No sabes que es de mala educación espiar a los demás? – dijo alzando la voz, esa voz me paralizó de inmediato.

No dije nada, y camine hacia el cuarto en el que se suponía que debía estar durmiendo, sentí un poco de miedo al ser descubierto y pensé que le iba a dar igual si me fui o no.

No fue hasta que sentí una mano posarse sobre mi hombro, a lo cual me di la vuelta y vi una la cara de toji espeluznante.
 
Mi cuerpo se paralizó del miedo, mi mirada bajo al suelo esperando un regaño o algo peor, pero lo que después sentí fue una mano acariciando mis cabellos, asi que subi un poco la cabeza para mirarlo y lo que vi fue su mirada seria.

Su mano tomó de la mía dirigiéndome al cuarto donde el estaba antes. Me sentó delante de el, me miró buscando una respuesta a lo que porque fui a verlo.

— Megumi ¿que es lo que te pasa? - dijo mirándome fijamente, apreté la tela de mi pantalón, y baje la mirada.

— No es nada, solo me pareció escuchar algo y vine a ver  – dije de forma baja, mire como aquella criatura venía hacia mí, y me exalte un poco. A lo cual generó un pequeño gesto en toji, que sabría describir

— ¿Te da miedo este pequeño?– dijo toji con una sonrisa burlona, eso me generó enojo ¿Enserio se lo toma como un juego?

— No es gracioso – dije con el ceño fruncido, me sentía avergonzado y un poco humillado. Como era posible que me hablara de eso haci de la nada — solo me tomo de sorpresa verte con una de esas criaturas

Toji lanzó una pequeña risa, y me miró  con una pequeña sonrisa, y se acercó a él junto con esa criatura.

—Megumi así que era eso, pensé que tú mismo te darías el significado – dijo poniendo su mano debajo de su barbilla. ¿El sabe lo que pasa? ¿Porque no lo dijo?

— ¿También los puedes ver? – pregunte algo curioso, al parecer no era el único que los veía y toji era uno.

— Saltemos ese tema – dijo intentando no hablar sobre eso, no sabia el porque pero lo deje pasar — Eres especial Megumi... Tú sabes que tienes un don ¿verdad?

Me quedé en silencio ¿especial? Que era eso del don, no entendía.

— Toji, No entiendo ¿que es eso? – dije indiferente, pero debo admitir que me siento un poco asustado por eso

— Megumi eso se explicará con el tiempo, primero quiero saber si tu ya mismo descubriste tu don – dijo acercándose a mi, examinandome con su mirada como si fuera una persona extraña, me asuste un poco y por lo que veo, el pareció notarlo.

Tomó una de mis manos, y la estuvo visualizando un poco.

— Pero quiero que sepas que... no te asustes... se que esto es una mierda pero nunca lo tome mal – dijo mirando mi mano, me quedé atónito por unos segundos, yo nunca pensé que diría algunas palabras para mi, aunque no eran las mejores.

Pero me siento feliz por ello.

— Toji, ¿Tu ya lo sabes? ¿Cómo lo sabes? – esta incrédulo como es que ya lo había notado si ni siquiera yo lo e visto, tal vez era más observador que yo.

— Lo veo siempre cuando duermes o cuando finges hacerlo y cada mañana cuando estas debajo de aquel sol – dejo a un lado mi mano y señaló mi sombra, lo dijo con un tono casi cálido — mira,  observala, visualiza cada detalle, entiendela ya que es parte de lo que eres y lo que crees que eres capaz – dijo toji mirándome fijamente, mientras yo estaba analizando cada palabra que daba.

Pase mi mirada hacia mi sombra, intentando hacer lo que aquellas palabras, la visualice profundamente intentando entender lo que toji me dijo.
No era fácil, pero traté de hacerlo.

No entendía, pose mi mirada en el rostro de toji, el suspiro un poco pesado, se levantó y se dirigía a donde estaba su cuarto, sin antes darme una pequeña palmada en la cabeza.

— Vale, trataremos mañana – suspiro mientras se iba, se detuvo un momento para susurrar una palabras poco audibles. — deberás esforzarte – me quedé un poco confundido, y de igual manera me dirigía a la habitación que compartía con tsumiki.

Fui al futón, y me recosté sobre el, cubriéndose del frío para dormir, cerré mis ojos ya que siempre pensé que era la clave de dormir más rápido y después de varios minutos caí en sueño.

Pero antes de ello lo último que puede sentir fue a toji, entrando a la habitación arropando mi cuerpo  adecuadamente para dormir.

—