Capítulo 21

6 0 0
                                    

Aixa: Asquerosos piratas – dijo en susurro, para que nadie la escuchara. Se escuchó el caminar de alguien y le abrieron paso a un joven, no parecía muy viejo, tal vez de la edad que Aixa aparentaba, fornido, alto, de cara fina sin barba, ojos almíbar y con el sombrero de capitán.

Capitán: Bueno… bueno… ¿Qué tenemos aquí? Este es un excelente regalo para su capitán, una mujer con buenos músculos, femenina y sobre todo hermosa – esta lo miraba a los ojos, alguien le pegó en la cabeza.

– No mires al capitán a los ojos y baja la cabeza, irrespetuosa – dijo un pirata.

Aixa: Yo no me humillo ante nadie – y volvió a levantar la cabeza.

Capitán: Tiene carácter, me gusta, eres mía.

Aixa: Yo no soy de nadie y mucho de un asqueroso pirata.

El capitán sonrió, de verdad le gustaba mucho esta mujer, se agachó hasta quedar a su altura – pues, ahora te guste o no, serás de mi propiedad – la princesa forcejeo – lávenla, pónganle ropa, llévenla a la bodega y póngale un cadena para que no se escapé – le mandó a los hermanos – los demás vuelvan al trabajo – todos asintieron e hicieron lo pedido.

Aneth bañó y limpió a Aixa, le dio ropa de ella y Galván la llevó a la bodega y la aprisionó por el tobillo, después de hacer eso le dijeron al capitán y se fueron a hacer sus labores. El mayor bajó con su mano derecha, la encontraron parada recostada a la pared.

Capitán: ¿Es verdad lo que dice Aneth, que no recuerdas nada? ¿Ni siquiera tu nombre?

Aixa: Es cierto – dijo seria.

Contramaestre: No le creo – le dijo casi en un susurro, que la ahora humana escuchó, pues a pesar de tener piernas todos los sentidos y poderes de sirena siguen con ella - ¿Y si es un espía?

Capitán: No lo creo, mira su piel, se nota que tenía mucho tiempo sin tocar el sol, quizás nunca. Yo le creo – dijo mirando al otro pirata, para volver a mirarla – deberás obedecerme en todo lo que te diga.

Aixa: ¿Por qué haría eso? No lo haré.

Capitán: Aprenderás con el tiempo que me debes obediencia, lealtad y respeto – la humana bufó – y mientras no lo hagas te quedarás aquí, encerrada; como no recuerdas tu nombre, te tendré que poner uno por el cual llamarte… - pensó un rato – Adara, que significa “la más hermosa” – con eso salió de la bodega.

La Venganza de la SirenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora