27.

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Hanbin jamás vio venir nada de lo que pasó al día siguiente.

Luego de que Taerae le haya dicho eso la noche anterior, Zhang Hao lo llevó hasta su departamento y le explicó a Matthew todo lo sucedido, le quitó las pequeñas marquitas de sangre que tenían sus antebrazos y se quedó recostado con él en su propia cama hasta que se estuvo quedando dormido, desgraciadamente, había sentido a Zhang Hao moverse para irse, escuchando a medias que mañana tenía que llevar temprano a su perrita en ayuno al veterinario y algo así.

—Te quiero, Bing Bing —le había susurrado antes de marcharse, dejándole un pequeño besito en la frente y un piquito en los labios que hizo a Hanbin gimotear feliz, antes de cerrar sus ojos y sumergirse en el sueño.

Y ahora mismo, recién entrando a su horario de trabajo, Hanbin deseó haberse quedado en la cama junto a Matthew y no haber salido de su casa.

¿Por qué? Porque el jefe estaba allí, y la mueca que tenía en el rostro demostraba tanto enojo que Hanbin quería ocultarse bajo la barra y no salir hasta que se fuera.

—¿Dónde está Chaewon? —Hanbin bajó la cabeza sumisamente, no podían culparlo, él era sumiso por naturaleza y tenía miedo, al escuchar la voz del señor Choi, su jefe.

Estaba él, Taerae, y una chica llamada Joy la cual Hanbin poco hablaba con ella y era mesera, junto a su jefe en la sala de empleados, aún no abría la cafetería y Hanbin estaba tan ansioso que tenía ganas de llorar.

—No es su turno ahora, señor Choi, llega luego de mediodía —habló Joy, batiendo sus pestañas y sin saber el contexto de la situación.

Hanbin miró a Taerae, quien le alzó una ceja mientras se cruzaba de brazos, ya sabía que había pasado.

—Bien —se sobresaltó el rubio ante el resoplido del hombre mayor—. Hanbin, necesito hablar contigo, ustedes dos pueden abrir por mientras —puntó a la castaña—. Quédate en la caja un par de minutos, luego regreso a Hanbin.

—Si señor —ambos dijeron, para luego darse media vuelta y salir de la sala de empleados, dejando a Hanbin tan nervioso mirando a su costado en frente de su jefe.

Hubo un pequeño silencio que solo pudo colocar los pelos de punta a Hanbin, no sabía que iba a pasar, podía hasta ser despedido y eso no estaba en sus planes para nada.

—Miré las cámaras, Hanbib —fue lo primero que soltó su jefe, y Hanbin cerró sus ojos mientras apretaba sus labios fuertemente, antes de volver a abrirlos y mirar a su jefe con esa postura recta.

—Lo lamento, señor Choi —soltó quedito, rascándose la nuca y paseando sus ojos por todas partes—. Jamás pensé que eso iba a suceder y lamento muc...

—¿De qué hablas? —bramó su jefe, nuevamente asustándolo y logrando que se encogiera. Ante eso, el hombre hizo una mueca de disculpas al ver que había asustado al chico—. No vine a regañarte por lo que sucedió ayer, porque no tienes ni un poco de culpa.

Hanbin abrió los ojos un poco sorprendido, y frente a él, el hombre suspiró.

—Mira, no me interesa ni tu vida amorosa ni tampoco tu orientación porque no afecta directamente en tu trabajo. No me importa si estás con un hombre o una mujer, tampoco si viene a la cafetería pero si que interrumpa tu trabajo, y gracias a Dios no lo ha hecho —explicó, tomando una pausa para luego seguir—. Lo que sí me interesa es que Chaewon ayer explotó contra ti  acá, y agradezco al cielo que haya sido mientras no hubiesen clientes, pero no toleraré esa clase de comportamientos entre los trabajadores.

Hanbin estaba perdido, al menos ahora podía respirar bien al ver que a su jefe no le importaba su orientación y que no le despediría, pero... ¿Ese tema no debía hablarlo con Chaewon?

Al parecer el señor Choi había notado su confusión.

—A lo que voy, Hanbin, es que necesito saber si Chaewon ha tenido un mal comportamiento contra ti aparte de ayer, ya he tenido problemas con ella y quiero que seas honesto conmigo y me lo digas —Hanbin asintió lentamente—. Soy tu jefe, y debo velar por tu seguridad en el trabajo también, así que, ¿Chaewon no te ha hecho nada más? Y no, no estoy hablando solo físicamente.

Hanbin suspiró, sin saber qué realmente decir, no quería manchar el trabajo de Chaewon con sus suposiciones de que siempre lo tenía con un ojo encima. Y talvés estaba siendo demasiado corazón de abuelita pero Hanbin era así, y sabía que estaba mal.

Aún así, Hanbin estaba cansado, muy cansado de esta situación.

—Humm... No me ha dicho nada directamente ni ese tipo de cosas —arrugó la nariz, mirando por un segundo a su jefe a la ojos—. Pero no sé si será cosa mía o no... Siempre siento que me tiene en la mira.

Su jefe asintió, suspirando nuevamente.

—Perdón por meterme en tu vida personal, pero Taerae me ha dicho que todo esto pasó porque su ex novio ahora está contigo, ¿es cierto?

Hanbin volvió a ponerse nervioso, y no tenía ni puta idea del por qué, así que soltó una risita nerviosa y asintió, llevándose un dedo a la boca y mordisqueándolo.

Volvió a quedar en silencio la sala, hasta que su jefe se descruzó de brazos y asintió, acomodándose la chaqueta que llevaba puesta.

—Esta bien, gracias Hanbin —agradeció, y Hanbin asintió suavemente—. Voy a ir al local central y volveré cuando sea el turno de Chaewon. Puedes ir a trabajar.

Dicho eso, su jefe se dió media vuelta y salió por la puerta que daba hacia el callejón. Y cuando Hanbin vió que estaba completamente solo, se desplomó en una silla que estaba allí e inhaló profundamente aire, sintiéndose absolutamente mareado y abrumado.

Se palmeó las mejillas y cerró los ojos, intentando volver a si mismo y con la creciente preocupación de que mierda iba a ocurrir al mediodía.

for me? ♡ haobinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora