Capítulo 7

66 5 1
                                    

Bella
Hoy eran las fiestas de verano del pueblo.
Estábamos todos en la plaza, que era el lugar de reuniones, fiestas y etc.
El alcalde estaba dándonos un discurso, como todos los años. Estaba subido encima de un gran escenario que habían montado para la ocasión.

-Por eso, pido un fuerte aplauso para este maravilloso pueblo, ¡Y que empiece la fiesta! -dijo el alcalde para que todos empezaran a aplaudir y a gritar.

El alcalde Brown, es la típica persona que todos aman. He de admitir que nos ha robado el corazón a todos. Es es amable, comprensivo y se toma la molestia de conocernos a todos.
A nuestro alrededor, había algunos puestos de comida, juegos y una gran noria. Todos se morían por subirse en ella.
Sophia no estaba con nosotros, porque estaba ayudando a su madre en el puesto de perritos calientes. Nosotros le ofrecimos ayuda, pero dijo que no hacía falta, y que se reuniría con nosotros más tarde.
James y yo, estábamos paseando al rededor, hasta que vimos el puesto de nuestro amigo Nate, así que nos acercamos a hablarle.

-Nate, hola -dije saludándolo. -¿cómo te va? -pregunté y él me sonrió.

La verdad, Nate siempre me había parecido guapo y atractivo.
Era alto, tenía el pelo castaño, los ojos verdes y se le veía muy buen cuerpo.

-Bien, gracias por preguntar. -dijo sonriéndonos.

-Así que, ¿este año te han tocado manzanas de caramelo? -preguntó James con tono de burla.

-Muy observador, Smith -dijo riéndose. -y sí, mis padres este año han decidido probar con manzanas de caramelo, y me han puesto al cargo unas horas.

-¿Unas horas? -pregunté. -si quieres, después puedes venir con nosotros, Sophia también vendrá. -dije.

-Claro -respondió. -¿a donde iréis? -preguntó.

-Iremos al jardín de la iglesia, y el que salga antes corriendo, nos regala una pizza a todos-dice James.

Nate se empieza a reír y responde.

-Iré -dice. -vais a flipar. -nos advirtió con el dedo mientras sonreía.

Las horas pasaron y la noche cayó, pero la fiesta aún seguía.
Ya estábamos todos juntos. Llegamos a la iglesia y la verdad, sí que daba bastante miedo.
Nos sentamos los cuatro en el césped, mientras James, trataba de contarnos una ridícula historia de terror. De repente, se empiezan a escuchar ruidos y aparecen luces detrás de una lápida.
Nosotros nos quedamos mirando, hasta que detrás de otras lápidas también se empiezan a escuchan ruidos y se ven luces.
Estábamos asustados a punto de gritar, cuando de detrás de una lápida salió Eros con una linterna, sonriéndonos.
Empezamos a correr todos de ahí. Cuando me di cuenta, estábamos separados. Los amigos de Eros perseguían a Sophia y a James, que habían ido por un lado, mientras Nate y yo íbamos por el otro con Eros detrás.
Llegamos al final del jardín de la iglesia, donde ya no había lápidas, solo hierba.
Nate y yo nos quedamos parados, sin saber qué hacer, y Eros se acercaba a nosotros a pasos lentos.

-Adams y el estúpido de su novio -dice para mirar a Nate con asco. -¿que estabais haciendo aquí? -pregunta acercándose a mí con la cara seria.

-Eso no te importa. -dije para después escupirle en la cara.

Él se me quedó mirando serio y después empezó a sonreír sádicamente.

-Te voy a matar. -dijo con la misma expresión.
Eros estaba a punto de agarrarme del cuello, pero antes de que lo hiciera, pude ver a alguien aparecer detrás de Eros, entre la oscuridad, y se estaba acercando hacia él.

-Aléjate de ella. -dice Damián para empujarlo y tirarlo al suelo.

Empezaron a darse puñetazos y yo quería separarlos para que no nos metieran en problemas, y no saliera nadie herido.

-Bella, no lo hagas, te van a hacer daño. -dice Nate para cogerme por los brazos y abrazarme para que no los viera.

Dejaron de pelear, y Damián se levantó del suelo para acercarse a nosotros y separarme de los brazos de Nate.
Los tres estábamos mirando a Damián confusos.

-Largaros, ya. -dice para señalándonos a los tres. - no deberíais estar aquí. -dijo.

Se me quedó mirando muy serio, y empezó a caminar para irse.
Quería ir detrás de él. Tenía que hacerle muchas preguntas, pero algo me decía que no me respondería a ninguna.

-Por hoy os salváis. -dijo Eros para levantarse del suelo con cuidado e irse casi cojeando.

Nosotros regresamos a la fiesta para buscar a los demás. Por suerte, a Sophia y a James tampoco les habían hecho nada, porque llegaron a la fiesta antes de que los atraparan.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Mar 02 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

The hell in Wichita Donde viven las historias. Descúbrelo ahora