quince

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La bebé estaba sentada sobre la suave alfombra que adornaba la sala del lugar, rodeada de varios juguetes que la distraían mientras su mami cocinaba el almuerzo y no tenía idea de donde estaba su mamá. Estaba un poco aburrida ya, quería que su mami la tomara en brazos para así poder acurrucarse en su pecho, llenándose de su olor materno, así que decidió soltar el juguete que estaba llevando a su boca en ese momento, necesitaba llegar a donde su mami Mina estaba.

"¿cómo puedo llegar hasta allá? Uhm, creo que ya sé, hay que intentarlo"

La pequeña colocó las palmas de sus manos contra la superficie de la alfombra, primero una manito y una piernita, luego la otra, como mamá le había explicado, no era tan fácil como parecía ser, pero no se rendiría, necesitaba llegar a donde mami estaba, todo se trataba de determinación.

Mina, que hasta ese momentos estaba inmersa en hacer el almuerzo sintió una sensación extraña al no oír los balbuceos de Tzuyu, y pues como muchos bien saben, cuando los bebés están en silencio es porque algo pasa o algo están tramando, así que no lo dudó ni por un segundo, caminando a paso rápido fuera de la cocina, curiosa por saber lo que la pequeña cachorra hacía, estando ya en la sala no estaba preparada para lo que presenció.

Estaba intentando gatear, su bebé estaba intentando dar sus primeras gateaditas.

—¡Bebé! —Exclamó, exaltando a la pobre cachorra que intentaba avanzar con algo de dificultad, sus pasos fueron rápidos hasta llegar cerca de la pequeña —Tú puedes amor, ven con mamá.

"Uh, que bueno que llegaste, creo que no iba a poder llegar"

Se colocó de cuclillas a una distancia un poco corta pero considerable, estando allí extendió sus brazos, lista para recibir a la pequeña y llenarla con un montón de besos, orgullosa de cuan inteligente era su bebé y lo rápido que estaba creciendo.

Claro que no contó con que la pequeña al verla decidiera sentarse, ya que ¿para que esforzarse si ya mami estaba aquí?

—Hey, Chewy—llamó nuevamente su atención, chasqueando los dedos esperando que el ruido le atrajera —Ven bebé, mamá te quiere abrazar.

—Ma... ―balbuceó, si la quería abrazar era solo venir a hacerlo, ¿por qué no lo hacía?

"¿Te quedaste pegada al suelo, mami?"

Mina suspiró, pensó en las cosas que tenía en la cocina y calculó que no necesitarían de su vigilancia por unos cuantos minutos, pero Tzuyu no parecía querer complacer los deseos de su madre, distrayéndose con un sonajero a su lado. La omega hizo un puchero, estaba segura de que iba a presenciar uno de los momentos más importantes de la corta vida de su cachorra.

Fue cuando pensó en una idea, la manipulación no debería ser la primera opción, pero en ese caso...

—Oh, qué lástima que no quieras venir —intentó sonar lo más convincente posible —Porque estaba pensando en que ya es tu hora de comer.

La pequeña en ese momento no prestaba atención, las luces que emitía su sonajero eran más importantes, estaba intentando comerlas pero al parecer era imposible.

—Y que podrías tener tu preciada leche.

"¿Leche dijiste?"

Tzuyu balbuceo y su mami pensó que era casi como si estuviera contenta, entonces volvió a apoyar sus manitas sobre el suelo, porque vamos, cada vez obtenía menos leche, no podía rechazar una oferta de esas, así que con todo su esfuerzo intentó de nuevo.

"Vamos, Tzuyu, tenemos que conseguir esa leche"

Su madre omega sonrió complacida, no podía creer como la pequeña había entendido a la perfección y estaba tratando de llegar hacía ella, no cabía duda de que había sacado su intelecto.

—Ya estás cerca, bebé—animó Mina, aplaudiendo ya sentada en el piso.

No era un ritmo constante pero estaba avanzando, estaba logrando el objetivo y aquella omega en frente de ella no podía estar más emocionada, aplaudiendo y alentando a su pequeña para que llegara a su meta. Ya estaba a nada, dos pasitos más y lo hizo, estaba tocando las manitas de su mamá.

—¡Lo hiciste! —celebró la mayor llenando su carita de besos al instante, haciéndole cosquillitas y felicitándola —Mamá estará tan feliz como yo, no puedo esperar a que llegue.

Mina se levantó del suelo, con la pequeñita en brazos, necesitaba atender la cocina así que la sentó en su mecedora en cuanto revisaba que todo estuviera bien con su comida.

—Espera ahí, ya vuelvo, prepararé un delicioso puré de papas para ti.

"Y entonces... ¿la leche?"

Baby Thoughts 「michaeng」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora